Representación "ya debería ser fiesta nacional"

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 6 (EL UNIVERSAL).- ¡Ya debería ser fiesta nacional!, dice Patricia, habitante de la colonia Peñón de los Baños, en la alcaldía Venustiano Carranza, donde cada 5 de mayo se hace la representación de la batalla que tuvo lugar en Puebla, en 1862, y el Ejército Mexicano, con ayuda de los zacapoaxtlas, derrotó al francés.

Así, este domingo en el Peñon de los Baños todo es algarabía, si bien la tradición dice que se debe representar la batalla de los zacapoaxtlas y franceses eso al final del día "es lo de menos", pues familias enteras llegan desde las primeras horas del día a instalar cañones y a alistar sus escopetas para luego del mediodía empezar el escándalo y la verbena.

Las altas temperaturas que se dejaron sentir ayer domingo provocaron que la tradición quedara como una mera anécdota, las micheladas, los "azulitos" y las bebidas preparadas fueron las principales invitadas.

"Apenas para el calor, no se aguanta nada sin la cerveza", dijo Carlos, uno de los asistentes que aprovechó el fin de semana para acudir al lugar.

Los locales, por su parte, aprovecharon el clima para hacer del evento un negocio, "están a 150 por dos micheladas, es la promo del día", señaló Cinthia, quien a un costado del quiosquito puso su puesto de venta de bebidas.

El evento empezó casi una hora después de lo que indica la tradición, en ese tiempo fue común ver a franceses y zacapoaxtlas deambular por todo el Peñón de los Baños, conviviendo.

"Somos familia y desde niños nos dividíamos nomás por el desmadre", dicen los Odriozola, quienes ya tenían a punto los cañones para hacerlos "tronar" en medio de la festividad.

Las calles fueron resguardadas por policías capitalinos, pero de poco servía, cada persona estaba en su tema, unos con la bebida en la mano, otros gritando que ganaron la guerra y los más cubriéndose del calor, "la cosa es echar desmadre, más tarde, como cada año, no deben faltar los pleitos entre los barrios", dijo Brandon ataviado de zacapoaxtla.

La tarde del domingo fue escenario de la batalla, donde una vez más los mexicanos derrotaron a los franceses y al final todo se volvió una algarabía.