Un renacimiento psicodélico en el Departamento de Asuntos de Veteranos

Militares veteranos y cónyuges de veteranos durante una sesión de terapia de grupo en un retiro psicodélico en Tijuana, México, el 18 de marzo de 2022. (Meridith Kohut/The New York Times)
Militares veteranos y cónyuges de veteranos durante una sesión de terapia de grupo en un retiro psicodélico en Tijuana, México, el 18 de marzo de 2022. (Meridith Kohut/The New York Times)

El último experimento conocido en una clínica del Departamento de Asuntos de Veteranos con terapia asistida por psicodélicos comenzó en 1963. Ese fue el año en que asesinaron al presidente John F. Kennedy. “Surfin’ USA” encabezaba las listas de éxitos musicales y los soldados estadounidenses aún no habían sido desplegados en Vietnam.

En ese momento, el gobierno federal era un semillero de investigación sobre psicodélicos. La CIA exploró el uso del LSD como una herramienta de control mental contra los adversarios. El Ejército de Estados Unidos probó el potencial de la droga para incapacitar a los enemigos en el campo de batalla. Y el Departamento de Asuntos de Veteranos lo usó en un estudio experimental para tratar el alcoholismo.

Sin embargo, el auge del uso recreativo de drogas, incluyendo los alucinógenos, provocó una feroz reacción política y ayudó a poner en marcha la guerra contra las drogas que, entre otras cosas, puso fin a una era de investigación sobre el potencial terapéutico de los psicodélicos.

Casi seis décadas después, un puñado de médicos ha vuelto a traer la terapia psicodélica al sistema de atención médica del Departamento de Asuntos de Veteranos. Si sus estudios muestran resultados prometedores, podrían marcar un avance importante en la búsqueda de la legalización y legitimización de los psicodélicos con el fin de hacerlos ampliamente disponibles para uso clínico.

Hablé con cuatro de los investigadores del gobierno que lideran estudios sobre el uso de MDMA, a menudo llamado éxtasis, y psilocibina, para tratar enfermedades mentales que han sido resistentes a las terapias actuales para muchos veteranos. Los investigadores abordaron sus motivaciones, dudas y esperanzas para el futuro de los psicodélicos medicinales.

Escarbando en los recuerdos como un arqueólogo

Shannon Remick, de 34 años, lleva el Ejército en la sangre, ya que fue criada por una madre militar, un padre marine y un padrastro miembro de la Marina. Esa familiaridad con las fuerzas armadas es parte de lo que la llevó a convertirse en psiquiatra en el Departamento de Asuntos de Veteranos, donde descubrió que un número significativo de veteranos de combate con trastorno de estrés postraumático (TEPT) no respondía a los tratamientos convencionales.

Rachel Yehuda, directora de salud mental en el Centro Médico del Departamento de Asuntos de Veteranos en el Bronx, en Central Park, en Nueva York, el 3 de junio de 2022. (Bryan Anselm/The New York Times)
Rachel Yehuda, directora de salud mental en el Centro Médico del Departamento de Asuntos de Veteranos en el Bronx, en Central Park, en Nueva York, el 3 de junio de 2022. (Bryan Anselm/The New York Times)

En octubre, se convirtió probablemente en la primera médica desde la década de 1960 en administrar psicodélicos como medicina a un paciente en una clínica del Departamento de Asuntos de Veteranos. Los diez pacientes de su estudio en la clínica del Departamento de Asuntos de Veteranos en Loma Linda, California, son veteranos de combate con TEPT que se ofrecieron a someterse a tres sesiones con MDMA con la esperanza de explorar las raíces subyacentes de su angustia.

Remick aseguró que es crucial crear una relación y confianza con los pacientes durante las sesiones de terapia convencional antes de los viajes con MDMA. Antes de que el paciente tome la píldora, ella establece un estado de ánimo tranquilizador haciendo un ejercicio de respiración, leyendo un poema o haciendo que el veterano sostenga un objeto con significado personal. Explicó que las sesiones de MDMA en sí suelen ser autodirigidas y el terapeuta escucha más de lo que habla.

El objetivo es poner a los pacientes en un estado en el que puedan examinar y reflexionar sobre los recuerdos traumáticos con menos miedo y aversión de lo que normalmente experimentan. Comparó el proceso de dar sentido a los momentos dolorosos del pasado con la clasificación de una excavación arqueológica, un delicado proceso de descubrimiento y comprensión.

“Acompañamos al paciente mientras explora una especie de sitio de excavación”, afirmó. “En última instancia, no nos corresponde señalar y decir: ‘Oye, mira eso’, porque lo que estoy viendo quizá no es lo mismo desde su ángulo”.

La terapia con MDMA hizo que pospusiera su jubilación

Acercándose a la edad de 60 años hace un par de años, Rachel Yehuda comenzó a contemplar la jubilación. Ella había sido una prolífica investigadora y médica durante más de tres décadas estudiando, entre otras cosas, cómo el trauma intergeneracional afecta a los hijos de los sobrevivientes del Holocausto.

“Estaba orgullosa de nuestro trabajo, pero no conducía a soluciones prácticas para tratar a los sobrevivientes de traumas”, comentó Yehuda, profesora de Psiquiatría y Neurociencia en la Escuela de Medicina Icahn en Monte Sinaí y directora de salud mental en la clínica del Departamento de Asuntos de Veteranos en el barrio del Bronx de la ciudad de Nueva York.

Pero en los últimos años, Yehuda, ahora de 62 años, quedó fascinada por el renacimiento de la terapia asistida por psicodélicos y pospuso la jubilación. A principios de 2020, empezó a pedir permiso para tratar con MDMA a los veteranos que sufrían TEPT.

Su estudio, que comenzó en enero e incluirá a casi 60 participantes, analizará si tres sesiones de MDMA son más eficaces que dos para reducir los síntomas del TEPT.

Yehuda señaló que los viajes de MDMA pueden ser poderosos catalizadores para la curación. Ella se sometió a uno en 2019 como parte de una formación para terapeutas, una experiencia que describió como reveladora.

“Me hizo entender realmente qué es lo que se supone que estás haciendo en la psicoterapia”, reveló. “Nunca había entendido del todo lo que significa tener un avance”.

Pero advirtió que los investigadores aún tienen mucho que aprender sobre los tipos de pacientes que se beneficiarán de este tratamiento, el papel que deben desempeñar los terapeutas y los posibles peligros.

“El proceso de apertura debe hacerse con los terapeutas adecuados”, explicó.

Estudiar si la MDMA puede reparar matrimonios afectados

Durante sus 23 años tratando a veteranos y estudiando las fortalezas y las deficiencias de la terapia convencional para el TEPT, Leslie Morland reconoció que los tratamientos estándar a menudo no abordan los desafíos que enfrentan los veteranos en el trabajo y en el hogar.

Su búsqueda por encontrar intervenciones más holísticas la llevó a desarrollar un estudio que examina si la MDMA puede hacer que la terapia de pareja sea más efectiva.

“Muchos de nuestros militares aprenden a desconectarse emocionalmente para ser efectivos en el combate”, aseguró Morland, de 52 años. “Y luego los traemos de vuelta y les decimos: ahora necesitamos que se abran con nuestra terapia de conversación”.

En un estudio clínico que espera lanzar a fines de año, Morland tiene la intención de reclutar a ocho veteranos en San Diego que han tenido matrimonios afectados y guiarlos a través de dos sesiones con MDMA que serán flanqueadas por terapias de conversación. El objetivo es brindar a las parejas las herramientas que necesitan para comprender y abordar de manera significativa las causas de la discordia.

“¿Cómo trabajan juntos para sostener realmente las mejoras que se han logrado en la terapia?”, preguntó.

La psilocibina como terapia para la adicción a la metanfetamina

Entre 2010 y 2019, las tasas de mortalidad por sobredosis de drogas entre los veteranos aumentaron un 53 por ciento y murieron más de 42.000 personas. Las muertes por psicoestimulantes, incluyendo la metanfetamina, fueron particularmente altas, ya que aumentaron un 669 por ciento.

Las opciones de tratamiento fiables son escasas, lo que ha hecho que la tasa de recaídas sea alta.

Estas elevadas cifras de mortalidad y recaída motivaron a Christopher Stauffer, de 41 años, a tratar a los veteranos adictos a la metanfetamina con psilocibina en un programa residencial del Departamento de Asuntos de Veteranos en Portland, Oregón. El estudio comenzará a reclutar participantes en un futuro próximo.

La psilocibina —el ingrediente psicoactivo de los hongos alucinógenos— se ha mostrado muy prometedora como tratamiento experimental para el abuso de sustancias.

Stauffer dijo que su investigación y práctica clínica con civiles le ha demostrado que los pacientes suelen adquirir una nueva comprensión de los impulsos que fomentan su adicción durante una sesión de psilocibina. Un paciente de un estudio anterior comparó la adicción con sentirse atrapado en una jungla densa.

“La psilocibina era como un machete”, aseguró Stauffer. “Fueron capaces de abrir un camino para conectar con las personas que los rodeaban y que eran relaciones importantes”.

El próximo estudio de Stauffer sobre la psilocibina comparará los resultados de 30 veteranos adictos a la metanfetamina que han sido admitidos en un programa de rehabilitación residencial. La mitad recibirá una combinación de terapia convencional y dos sesiones de psilocibina, mientras que la otra mitad solo recibirá terapia convencional.

En un segundo estudio, Stauffer comprobará si la MDMA puede mejorar la terapia de grupo para veteranos con TEPT haciendo que los participantes sean más abiertos emocionalmente y se apoyen entre sí.

© 2022 The New York Times Company