Religión y política, cóctel del caso más polémico de COVID-19 en Paraguay

Asunción, 6 abr (EFE).- La senadora paraguaya María Eugenia Bajac ya era objeto de polémica por los oficios religiosos que, como pastora evangélica, ha realizado en el Senado y ahora es repudiada por la ciudadanía e investigada por la Fiscalía por no respetar la cuarentena luego de haber contraído el COVID-19, lo que motivó la clausura de la Cámara Alta.

Legisladores, personal del ente y periodistas que asistieron a la sesión del 1 de abril, en la que tomó parte Bajad, fueron instados a guardar cuarentena tras conocerse el positivo de la senadora, del Partido Liberal, el mayor de la oposición, que le retiró su apoyo.

El caso implica a la diputada Del Pilar Medina, del gobernante Partido Colorado, también imputada por violación de la cuarentena, aunque no dio positivo, mientras Bajac lo está además por tentativa de lesión grave.

El caso ha despertado la indignación en un país con cinco muertes por el COVID-19 y sometido a medidas excepcionales, entre ellas la restricción de la circulación de personas las 24 horas del día, como medio de impedir contagios a gran escala a los que no puede hacer frente la precaria sanidad pública.

UN CONGRESO PROVIDA EN LIMA

Las dos parlamentarias acudieron junto a una delegación a un congreso religioso y provida que tuvo lugar a mediados de marzo en Lima, donde Bajac contrajo la enfermedad.

De acuerdo con el comunicado de Bajac de este fin de semana, la senadora guardó los 14 días de cuarentena entonces establecida para las personas procedentes del extranjero.

Según su relato, se hizo las pruebas del coronavirus un día antes de la sesión del 1 de abril, a la que asistió ante la creencia de estar sana y al no presentar "síntomas de enfermedad alguna".

De acuerdo con algunos de sus colegas, Bajac no permaneció mucho tiempo en esa sesión, en la que se aprobó la postergación de las elecciones municipales, previstas para noviembre, a causa del coronaviris.

Otros medios locales señalaron que la legisladora había realizado antes algunas gestiones privadas en dos establecimientos.

Un día después de la sesión, Bajac conoció el resultado del test, como portadora asintomática del coronavirus que causa la enfermedad COVID-19.

Ese positivo fue la causa de que el presidente del Congreso, el también liberal Blas Llano, cerrara el Congreso hasta después de Semana Santa.

Al anuncio de Llano, que entonces no dio el nombre de la persona contagiada, siguió la divulgación en las redes sociales de fotos en las que se veía a la delegación de Bajac y de Medina en el aeropuerto de Asunción, a la espera del vuelo a Lima.

Tras ello llegó la investigación de la Fiscalía a Bajac y Medina, que posteriormente pidieron perdón a la ciudadanía.

EN LA CUERDA FLOJA

El comunicado de Bajac se produjo el mismo día en que el presidente de su partido, Efraín Alegre, solicitó su pérdida de investidura por utilizar fondos públicos para un viaje personal.

Y es que la senadora recibió un monto de la Cámara Alta para acudir a un encuentro político en Guatemala, pero finalmente acudió al religioso de Perú y desde el ámbito privado.

Asimismo Llano pidió a Bajac este domingo su renuncia al cargo bajo la advertencia de que en caso contrario impulsaría el proceso de pérdida de investidura.

UNA PASTORA EN EL SENADO

Ello mina las posibilidades de continuar en el Senado de Bajac, que se había destacado en la Cámara Alta por sus expresiones religiosas, con lecturas bíblicas y rezos al comienzo de algunas sesiones.

Además de esas invocaciones, la senadora impulsó el pasado año una propuesta que fue aprobada por una mayoría de senadores, y por la que se declaró a la Cámara Alta provida y profamilia.

Bajac reconoció luego que ese proyecto abría la puerta a que el Estado destine recursos iglesias y movimientos que organicen campañas en favor de la vida y la familia.

La senadora ocupa su escaño pese a que el artículo 197 de la Constitución inhabilita a ministros o religiosos de cualquier credo a ser candidatos a las dos Cámaras.

Además de las dos legisladoras, en Paraguay han sido imputadas unas 1.240 personas por violar la cuarentena levantada para frenar la diseminación del coronavirus.

(c) Agencia EFE