¿Cómo relanzar el motor franco-alemán?

¿Cómo relanzar el motor franco-alemán?

El motor franco-alemán parece estar gripado. La guerra en Ucrania ha cristalizado las tensiones entre París y Berlín, sin embargo, Alemania y Francia han acordado liderar un plan conjunto de rearmamento europeo.

El anuncio supo mal al otro lado del Rin. En la conferencia sobre Ucrania celebrada en París a finales de febrero, Emmanuel Macron no descartó la idea de enviar tropas terrestres a Ucrania.

¿Cómo encarrilar el tándem franco-alemán?

Unas horas más tarde, Olaf Scholz respondía desde Berlín que "Europa y la OTAN no enviarán ningún soldado a Ucrania". Según Carolyn Moser, directora de un grupo de investigación del Instituto Max Planck de Derecho Internacional (Heidelberg) y titular de la cátedra Alfred Grosser de Ciencias Políticas, aquello representaba "una bandera roja para Alemania", que teme que Vladímir Putin la califique de "belicista".

"A diferencia de Francia, el canciller alemán no puede contratar tropas por sí solo. Debe consultar siempre al Parlamento Federal", explica Jacques-Pierre Gougeon, director de investigación del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) y autor de "Alemania, un desafío para Europa" (Editorial Eyrolles, 2024). Interpretó aquello también como "una especie de ignorancia cultural por parte del vecino francés".

Durante la misma conferencia, el presidente francés no perdió la oportunidad de recordar que "muchos, sentados en esta mesa, solo estaban pensando en enviar sacos de dormir y cascos" a Ucrania. Un par de banderillas clavadas a su vecino alemán, que anunció a finales de enero de 2022 su intención de enviar 5.000 cascos a Kiev pero se negó a suministrar armas.

La situación ha cambiado mucho desde entonces.

Alemania, poco a poco, ha aceptado cruzar una serie de líneas rojas que se había marcado, llegando incluso a entregar carros de combate pesados, Leopard 2, y quizás mañana el famoso misil de crucero Taurus.

Después de los Estados Unidos, Alemania es ahora el segundo mayor contribuyente de ayuda a Ucrania. Según el Instituto Kiel, Alemania se habría comprometido a proporcionar 17.000 millones de euros en ayuda a Ucrania cuando Francia solo habría prometido 1.800 millones de euros.

"Hay una especie de batalla de comunicación entre Francia y Alemania. Al principio, Francia no quería dar a conocer las cifras. Al final, lo hace porque se da cuenta de que es perjudicial para ella", explica Gaspard Schnitzler.

Francia ha dudado menos en entregar armas pesadas, pero lo ha hecho mucho menos público. Y hasta el día de hoy, nos resistimos a decir exactamente qué cumplimos y en qué medida. Se justifica por el hecho de que entonces podríamos revelar secretos de defensa.

La falta de comunicación también es una fuente de tensión. Ante la invasión rusa a gran escala de Ucrania, Olaf Scholz anunció a finales de febrero de 2022 que liberaría un paquete de 100.000 millones de euros para modernizar la Bundeswehr. Francia, "sorprendida por su capacidad de poner 100.000 millones de euros sobre la mesa", lamenta no haber sido informada de antemano, informa Jacques-Pierre Gougeon.

Alemania corre el riesgo de convertirse en el primer Ejército convencional de Europa (...) Se avecina un desequilibrio franco-alemán en el ámbito militar.

"Fue una torpeza excluir a Francia de la Iniciativa Europea Sky Shield"

Otra piedra en el zapato de la relación franco-alemana es el proyecto de escudo antimisiles europeo de la Iniciativa Europea Sky Shield. Iniciado por Alemania, el proyecto, que incluye a 21 países de la OTAN pero no a Francia, consiste en sistemas alemanes (IRIS-T), estadounidenses (PATRIOT) e israelíes (Arrow-3). "Diplomáticamente fue algo torpe, porque no se llegó a un acuerdo con Francia. Algunos se sintieron un poco ofendidos porque esta iniciativa no incluía a Francia ni a la industria francesa", analiza Carolyn Moser.

Berlín y París también discuten sobre el tema del Mecanismo Europeo de Paz, "una especie de fondo común que se utiliza para comprar equipos para Ucrania", especifica Gaspard Schnitzler.

Alemania quiere que este dinero se utilice para comprar equipamiento, independientemente de su procedencia. Sin embargo, Francia luchó durante meses para que ese dinero se reservara para la compra de equipos europeos.

La Europa de la defensa

Estas disonancias ya existían antes de la invasión a gran escala de Ucrania. En 2017, el discurso de Emmanuel Macron en la Sorbona, en el que abogaba por una reforma de la defensa europea y una mayor soberanía europea, quedó en papel mojado al otro lado del Rin.

Las visiones francesa y alemana sobre la defensa europea difieren fundamentalmente en un punto: el papel de la OTAN.

Mientras Francia aspira a una cierta autonomía, Alemania prefiere un enfoque transatlántico.

"Para Alemania, la defensa de Europa es la OTAN, siempre seguirá siendo la OTAN", afirma Gaspard Schnitzler. Por ejemplo, las tropas estadounidenses están estacionadas en Alemania y Berlín "contribuye a compartir la disuasión nuclear estadounidense con el estacionamiento del Bombardero 61 en su territorio", asegura. Por lo tanto, Alemania se opuso durante mucho tiempo a "la idea de desarrollar la defensa europea y la vio como una forma de duplicación innecesaria y costosa, o incluso como algo que podría debilitar a la OTAN", explica.

Serie de desacuerdos

La Defensa es la culminación de una serie de desacuerdos de larga data entre París y Berlín.

Históricamente, el tema energético ha sido objeto de debate entre los dos vecinos. Si bien Francia depende de la energía nuclear (alrededor del 70% de su combinación eléctrica y el 20% de su combinación energética), Alemania cerró sus últimas centrales nucleares en 2023. Sin embargo, la guerra en Ucrania está poniendo de nuevo sobre la mesa la cuestión energética porque Alemania, uno de los principales consumidores de gas ruso, debe buscar suministros en otros lugares.

Otra piedra en el zapato de las relaciones franco-alemanas es el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur.

Para Alemania, el libre comercio es esencial porque su economía es muy dependiente de las exportaciones (...) La tasa de apertura de la economía alemana es del 87%. Esto es considerable. En Francia es sólo el 60%.

Además, mientras Berlín aboga por la firma de este acuerdo de libre comercio, París cree que "las normas ambientales son insuficientes", explica Jacques-Pierre Gougeon.

La cuestión de la deuda también es una fuente de debates recurrentes entre París y Berlín. "Francia tiene un ratio de deuda extremadamente alto, el 111% del PIB, mientras que Alemania tiene el 65% del PIB", recuerda Jacques-Pierre Gougeon. Además, si bien el déficit de Francia es del 5,5% y el de Alemania del 2%, "los alemanes presionan mucho para que Europa se comprometa a reducir los déficits presupuestarios", opina Jacques-Pierre Gougeon.

¿Liderazgo disputado?

Además, el "liderazgo franco-alemán" parece estar en tela de juicio.

En primer lugar, algunos culpan a París y Berlín por su pasada proximidad a Moscú. Además, "para los países bálticos y Polonia, que se sienten más amenazados por Rusia debido a su geografía, la pareja franco-alemana ya no tiene realmente la legitimidad necesaria para definir la estrategia europea", opina Jacques-Pierre Gougeon.

La guerra en Ucrania también ha alterado la distribución de roles y las relaciones de poder dentro de la pareja.

Hubo una forma de distribución tácita de roles entre una Francia que era más líder en cuestiones de defensa y cuestiones estratégicas, y luego Alemania en cuestiones económicas. Y podemos ver claramente que este equilibrio se debilita hoy con las ambiciones alemanas en materia de defensa.

La pareja franco-alemana también parece quedar relegada a un segundo plano en un momento en que Berlín tiene los ojos puestos en el Este. En su discurso en Praga en agosto de 2022, Olaf Scholz abogó por la ampliación de la Unión Europea para incluir a los países de los Balcanes Occidentales, Ucrania y Moldavia para una Europa de 30 o 36 estados miembros. "Es innegable que el centro de gravedad de Europa se desplazará hacia el Este", predice Gaspard Schnitzler.

Sin embargo, las cartas todavía no se han repartido.

Sólo Alemania y Francia representan el 48% del PIB de la Eurozona, el 32% de la población de la Unión Europea y el 31% del presupuesto europeo. Así que no podemos prescindir del eje franco-alemán.

¿Cómo relanzar el motor franco-alemán?

Se avistan varias formas de volver a encarrilar el tándem franco-alemán.

Para Carolyn Moser, Berlín y París deben comunicarse mejor, teniendo en cuenta que "no basta con hablar, también hay que hablar con la intención de obtener un resultado".

Por su parte, Jacques-Pierre Gougeon aboga por abrir la relación franco-alemana a otros socios, en particular a Polonia en el marco del Triángulo de Weimar, y por mantener las reuniones entre Francia y Alemania antes de las grandes cumbres.

Gaspard Schnitzler recomienda llevar a cabo proyectos ya existentes, como el futuro tanque de combate franco-alemán, el MGCS, y el sistema de combate aéreo del futuro, el SCAF. También recomienda el uso efectivo de los medios de cooperación existentes, en particular los descritos en el Tratado de Aquisgrán de 2019. Por último, recomienda evitar "la comunicación a través de los medios de comunicación, sino más bien en el contexto de reuniones bilaterales".