Las relaciones comerciales con China centran los debates de la segunda jornada del G7

Los líderes de las potencias del G7 se reúnen en Bari (Italia) hasta el viernes por la noche. Ayer, la jornada estuvo marcada por un acuerdo político sobre la utilización de los intereses de los activos rusos congelados en el marco de la guerra de Ucrania, que podría permitir conceder a Kiev un gigantesco préstamo de 50.000 millones de dólares. Hoy, el G7 dirige su atención a China, tratando de proteger sus industrias de la invasión de productos chinos subvencionados, pero sin chocar frontalmente con Pekín.

Las palabras del comunicado final del G7, este viernes por la noche, serán cuidadosamente sopesadas. China ha aumentado considerablemente sus exportaciones de productos tecnológicos de bajo coste. La Unión Europea acaba de anunciar derechos de aduana adicionales para los vehículos eléctricos chinos, a pesar de las amenazas de represalias, informa nuestra corresponsal especial en Bari, Aabla Jounaidi.

Las relaciones comerciales entre China y Occidente son actualmente fuente de tensiones. El miércoles, Bruselas anunció la imposición de hasta un 38% de derechos de aduana adicionales a las importaciones de vehículos eléctricos chinos en la UE.

Evitar un choque con Pekín

Pekín ha intensificado sus acciones coercitivas en los últimos años, como ha hecho recientemente en relación con los minerales críticos. Japón, que participará en los debates del viernes, está en una buena posición para hablar de ello. Tendrá que encontrar las palabras para abogar por un sistema regulado, pero sin chocar con Pekín.

No es tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta que Tokio presidirá los debates de este viernes sobre las tensiones en la región indo-pacífica, alimentadas por China y de las que Japón también se está llevando la peor parte.


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