El móvil de Luis Enrique

Soccer Football - World Cup Qualifiers Europe - Spain Press Conference, Tbilisi, Georgia - March 27, 2021 Spain coach Luis Enrique during the press conference REUTERS/Irakli Gedenidze
Luis Enrique, sin cobertura. (Foto: Reuters/Irakli Gedenidze)

Tengo la certeza de que quien se asoma a este espacio que Yahoo Deportes me brinda gentilmente cada semana lo hace porque espera sangre o al menos dos guantazos, bien dados a ser posible. Pero tengo la esperanza de que, al menos la mayoría de ellos, desee también que el autor exprese su opinión libremente, aunque de vez en cuando no responda a sus expectativas. Para alguien que escribe no hay elogio más terrorífico que el “Me gusta leerte porque siempre dices lo que pienso”.

Aquí se critica a los periodistas, sí, pero sobre todo se habla de periodistas y de vez en cuando —una por lustro, no teman— no hace daño sacar la cara por ellos. En las raras ocasiones en que esto sucede siempre llega algún despistado con la acusación de corporativismo, que imagino que será algo parecido a etiquetar a Javier Mascherano como un especialista en lanzamientos de penalti porque una vez le tiró (y le marcó) uno a Osasuna. Correremos el riesgo.

El pasado sábado, en su conferencia de prensa previa al España-Georgia, Luis Enrique recriminó a los medios de comunicación haber prestado más atención a la peineta que dedicó a un aficionado tras la derrota en Suecia que a la provocación que la había motivado. A mí este reparto de tiempos no me parece tan raro. Uno de los axiomas de la información establece que no es noticia cuando un perro muerde a un hombre sino cuando un hombre muerde a un perro. A diferencia de otros principios básicos del oficio (por ejemplo, el que manda contrastar toda noticia al menos con dos fuentes), este se aplica casi a rajatabla.

Más sorprendente fue lo que dijo el seleccionador español poco después, cuando un reportero quiso saber si se sentía continuamente evaluado. En la respuesta, Luis Enrique acabó aludiendo a su relación con los periodistas: “No os doy lo que os gustaría que os diera”, presumió. “Sé lo que puedo esperar de vosotros y vosotros sabéis lo que podéis esperar de mí. En estos últimos 365 días no he tenido ni una llamada de un periodista, esto ya explica un poco…”

Sabíamos que Luis Enrique es hombre de gran personalidad, al que la opinión de los demás le importa “un bledo”, como él mismo dijo una vez. Lo que no sospechábamos es que iba a tener el cuajo de reprochar a los periodistas que no le llamen. Los mismos periodistas a los que desafía en cada respuesta, incluidos los pocos que le hacen preguntas de interés para el aficionado y de forma educada; los mismos a los que desprecia en bloque desde su época de futbolista; los mismos a los que sólo atiende por obligación contractual en ruedas de prensa y ‘flash interviews’; los mismos a los que niega la posibilidad de mantener una entrevista personalizada, pues no ha concedido ninguna durante sus tres años en la RFEF, y no por falta de peticiones. Mira que tenía Luis Enrique cosas que echarles en cara y va y les acusa de no querer darse de cabezazos contra una pared. ¿Usted se molestaría en llamar a alguien que no sólo no coge el teléfono sino que además se jacta de ello? Él mismo pareció darse cuenta cuando quiso zanjar la burla: “Tengo el mismo número desde que jugaba al fútbol. No lo queréis. Ni una llamada, eso significa que la relación funciona. Y que siga así, que dure”. Hay mejores formas de echar a los periodistas a los leones, más divertidas y, sobre todo, menos lesivas para la inteligencia.

Trataremos de ponerlas en práctica, de nuevo, la semana que viene.