El Reino Unido a las urnas: una nueva ley electoral a prueba

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Este jueves, cincuenta millones de electores en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte acudirán a las urnas para renovar el Parlamento británico, de donde surgirá también un primer ministro. Si bien el “ratón loco” y el “embarazo de urnas” no representan una amenaza real para la democracia en el Reino Unido, sus leyes electorales se reformaron recientemente para garantizar un proceso más íntegro y transparente.

La nueva legislación —que se pondrá a prueba por primera vez en unas elecciones generales—, contempla una serie de medidas que han causado polémica por su rigor, pero que pueden resultar insólitas en países como México, donde estamos acostumbrados a estrictas normas y severos candados, fruto de una (bien fundada) sospecha histórica de fraude. 

“Olvidé mi credencial”

Impulsada por el recién creado Instituto Federal Electoral, la credencial para votar se instituyó en México desde 1990 y a la postre se convertiría en el carnet nacional de identidad. Por eso quizá nos parezca increíble que, en pleno 2024, los británicos tendrán que mostrar por primera vez una identificación con fotografía para recibir una boleta y ejercer su derecho al voto en una elección parlamentaria.

Los críticos de la medida argumentan que restringe las libertades e inhibe la participación. De hecho, se estima que catorce mil personas que acudieron a las casillas en las recientes elecciones locales inglesas no pudieron votar por ese motivo. La realidad es que en Irlanda del Norte la norma existe desde 2002 y en la mayoría de los países son válidos hasta veintidós carnets como forma de identificación —incluyendo pasaporte, licencia de conducir y tarjeta de transporte público—. Además, la Comisión Electoral otorga certificados de votación gratuitos.

¿Suplantación de identidad?

Si mostrar una tarjeta de transporte público en lugar de una credencial de elector resulta extraño, votar en representación de otra persona es una medida que nadie se atrevería a proponer en México. En el Reino Unido es posible a través del proxy vote, que consiste en una autorización especial que otorga cualquier ciudadano para que, en su representación, otra persona acuda a las urnas a tachar y depositar la papeleta que le corresponde.

La justificación del proceso es sencilla, ya que es posible argumentar desde viajes de trabajo o motivos de salud hasta unas simples vacaciones. Bajo las nuevas leyes electorales, una persona puede votar en representación de hasta dos británicos registrados en el Reino Unido y dos más que residan en el extranjero, cuando antes no se establecía un límite.

Sufragio en el extranjero

Antes de la reforma, los ciudadanos británicos perdían el derecho al voto tras quince años de residencia en el extranjero. Al eliminar esta restricción, se estima que hasta tres millones de personas podrán participar en las elecciones, particularmente a través del voto por correo. El proceso es realmente simple, pues los interesados pueden enviar una solicitud, en línea o por carta, hasta dos semanas antes de los comicios, incluyendo datos básicos de identificación como el número de seguridad social.

Prácticamente todas las encuestas otorgan una amplia ventaja al Partido Laborista, que volvería al poder después de catorce años de gobiernos encabezados por los conservadores; incluso, es probable que los tories sufran una derrota histórica que los lleve al tercer lugar, por detrás del Partido Reformista. Independientemente del resultado, las miradas estarán puestas en una ley electoral que tendrá que demostrar, con hechos, un incremento en el nivel y la calidad de la participación en una de las democracias más antiguas del mundo.

* Enrique López Alonso (@lopezalonso88) es maestro en Comunicación Política por la London School of Economics and Political Science (LSE).