Redoblan la presión para que el juez Gustavo Hornos deje de ser presidente de la Cámara de Casación

La posición del juez Gustavo Hornos como presidente de la Cámara de Casación Penal, el máximo tribunal penal del país por debajo de la Corte, se torna cada días más frágil desde que fue denunciado por visitar a Mauricio Macri cuando era presidente en la Casa Rosada.

Dos de sus colegas, los camaristas Mariano Slokar y Angela Ledesma, le enviaron una nota a la que accedió LA NACION, donde le pidieron que convoque a una reunión general de jueces del tribunal para tratar esa cuestión que motivó que diputados del oficialismo hicieran una denuncia penal y le pidieran el juicio político.

En la última reunión de presidentes de cada sala ocurrida hace una semana, Hornos, ante el estrépito público por la denuncia, le dio explicaciones a sus colegas. Les dijo que tenía una relación social con Macri, que lo había convocado para que lo aconsejara en asuntos de política judicial y dijo que no habló de ninguna causa en trámite. La oposición sostiene que tras esas visitas el juez resolvió en causas donde falló contra Cristina Kirchner.

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Tras esa reunión, los jueces Alejandro Slokar, Guillermo Yacobucci y Carlos Mahiques no se dieron por satisfechos con esas explicaciones y le mandaron una carta donde le recordaron que un juez independiente no solo debe comportarse como tal, sino también parecerlo, máxime cuando tiene una representación como presidente del tribunal.

A esa nota se sumó una carta de la jueza Ángela Ledesma, a la que accedió LA NACION, que con igual dureza que sus colegas le expresó que las explicaciones que dio le "generan una gran preocupación", en tanto se trata de un juez y del presidente del cuerpo. Escribió que estos hechos "instalan irremediablemente un manto de duda con relación a principios básicos de la ética judicial, como la imparcialidad, la independencia, la responsabilidad institucional, la integridad, la transparencia y la prudencia"

Le remarcó que no solo "incide en su figura como juez sino también en la institución que representa, con un daño en la confianza social imposible de mesurar".

Tras esta embestida epistolar fuentes judiciales dijeron que hubo conversaciones entre los jueces de la Casación, que son 13, para ver cuáles eran los caminos a seguir. Algunos empujaban la idea de convocar a un plenario general y pedirle allí la renuncia a Hornos como presidente del tribunal. Convocar a un plenarios de jueces es una facultad del presidente (Hornos) o se requieren al menos 7 votos de sus colegas. No hubo quórum. En paralelo otros sugirieron la conveniencia de que se tomara una licencia de algunas semanas, para enfriar el asunto.

Nada prosperó y ahora la jueza Ledesma y su colega Slokar reanudaron los pedidos de explicaciones requiriéndole a Hornos una reunión general de jueces para tratar su caso.

Hornos, según fuentes de la Casación, tiene previsto convocar a un plenario con un temario que abarca cuestiones de funcionamiento del tribunal y donde podría incorporar este pedido. Aunque nos se avizora que sea en lo inmediato, lo que puede generar ms malestar en sus colegas. El juez Hornos debe de estar sacando cuentas: del enojo inicial de 4 de sus colegas, ahora son dos los que les pidieron que convoque a un plenario.

En caso de que Hornos deje la presidencia de la Casación le tocaría asumir a su colega Slokar, vicepresidente primero.