Cómo recuperar horas de sueño durante el fin de semana puede prevenir enfermedades cardíacas
Dormir bien tiene un impacto crucial en la salud cardiovascular. Un sueño adecuado, tanto en cantidad como en calidad, puede ayudar a prevenir enfermedades cardíacas mientras que uno insuficiente también interfiere con la capacidad del cuerpo para regular los niveles de glucosa en la sangre.
Esto último puede conducir a una mayor resistencia a la insulina y, eventualmente, al desarrollo de diabetes tipo 2, una condición que incrementa el riesgo de sufrir problemas cardíacos.
Además, la falta de descanso adecuado está relacionada a un aumento de la inflamación crónica en el organismo, que puede dañar los vasos sanguíneos y favorecer la aparición de aterosclerosis, un endurecimiento de las arterias que contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Extendiendo un poco esta línea, dormir bien también está estrechamente relacionado con la salud mental. La médica psiquiatra Sara Boi, explica en Top Doctors que el sueño y la salud mental están intrínsecamente conectados, formando una relación que impacta de manera profunda nuestro bienestar general.
“Tanto la cantidad como la calidad del sueño influyen directamente en nuestra salud mental, y a su vez, nuestro estado mental puede afectar nuestros patrones de sueño. Esta relación bidireccional subraya la importancia de cuidar ambos aspectos para mantener un equilibrio saludable en nuestra vida”, asegura.
Boi también explica que, durante el descanso nocturno, el cerebro realiza tareas cruciales como procesar información, consolidar recuerdos y regular las emociones. Es por esto que una buena noche de sueño es esencial para enfrentarnos a los desafíos diarios con energía, claridad y estabilidad emocional.
El sueño también es clave para mantener el equilibrio hormonal en el cuerpo. Durante el descanso, se regulan hormonas como el cortisol, relacionado con el estrés, y la grelina, que controla el apetito.
Cuando el cuerpo no recibe suficiente descanso, los niveles de cortisol pueden elevarse, lo que aumenta la presión arterial y la inflamación. De igual manera, los desequilibrios hormonales pueden llevar al aumento de peso y la obesidad, otro importante factor de riesgo para el corazón.
Por último, la falta de sueño aumenta la probabilidad de arritmias, o latidos cardíacos irregulares, un problema que puede derivar en insuficiencia cardíaca y otros trastornos graves.