Rastros de más de 400 tipos de insectos son hallados en una sola bolsita de té


Un grupo de investigadores encontró rastros de más de 400 tipos diferentes de insectos en una sola bolsita de té. El hallazgo lo realizaron utilizando una técnica desarrollada recientemente.

El investigador principal del estudio, el profesor Henrik Krehenwinkel, de la Universidad de Trier, en Renania-Palatinado, Alemania, dijo: “Examinamos tés y hierbas disponibles comercialmente. Encontramos ADN de hasta 400 tipos diferentes de insectos en una sola bolsita de té”.

El biogeógrafo y su equipo utilizaron un nuevo método que idearon para estudiar una bolsita de té en busca de rastros de ADN de insectos.

La universidad explicó en un comunicado que Krehenwinkel y su equipo “presentaron un método con el que se puede obtener y evaluar ADN ambiental significativo (ADN ambiental o eDNA, por sus siglas en inglés) de plantas secas”.

Sus resultados son prometedores y podrían ser muy útiles, según el comunicado. Sobre todo, porque “este grupo de animales es de enorme importancia para el equilibrio del ecosistema global”.

El comunicado también exponía: “La posibilidad de poder recolectar eDNA en casi cualquier parte del medioambiente —en el agua, en el suelo o en las plantas— ha permitido que el biomonitoreo, la observación y la vigilancia de animales y plantas haya avanzado mucho en los últimos años.

NO MÁS TRAMPAS PARA INSECTOS

“Hasta ahora se tenía que atrapar a los insectos con trampas. Esta práctica no solo tiene la desventaja de que los animales mueren, sino que generalmente solo se atrapan a algunos de los insectos que entran en contacto con una planta y, por lo tanto, son los que se incluyen en el análisis”.

Krehenwinkel añadió: “Ahora también podemos probar qué insectos viven dentro de la planta”.

El método, que él y su equipo diseñaron, es innovador en el sentido de que “el eDNA no se colecta de la superficie de las plantas, como suele ser el caso, sino de material vegetal triturado y seco.

“El ADN ambiental no está disponible por mucho tiempo en la capa de la planta, porque se descompone con la luz ultravioleta o se lava con la lluvia. Otra limitación es que, de esta manera, se tienen en cuenta principalmente los insectos en la superficie de la planta”.

El método para observar cómo interactúan los insectos y las plantas es de interés para muchos otros esfuerzos científicos. Además, “demuestra que las especies de insectos asociadas a ciertas especies de plantas también desaparecen, y viceversa”.

Gracias a este nuevo método de eDNA, los expertos pudieron obtener nuevos datos sobre las causas de ello.

INDUSTRIAS BENEFICIADAS

La industria agrícola también podría beneficiarse de esta investigación, según el comunicado, porque ayudaría a identificar plagas e insectos que pueden propagarse al esconderse dentro de las plantas.

“Actualmente estamos trabajando para simplificar el protocolo de nuestro procedimiento para que las clases en escuelas puedan trabajar con él.

“A largo plazo, esto podría resultar en un proyecto ciudadano de ciencia en el que los ciudadanos realicen investigaciones en el campo de la biodiversidad”, manifestó Krehenwinkel.

La universidad agregó: “Finalmente, el procedimiento también podría convertirse en un caso de criminalística. Se pueden hacer declaraciones confiables sobre el verdadero origen geográfico de las plantas utilizando eDNA.

“De esta manera, las aduanas podrían determinar si los tipos de té importados realmente provienen de los países declarados. Lo que se puede hacer con el té también se aplica a otras plantas, por ejemplo, a las drogas”.

El estudio se publicó en la revista académica revisada por pares Biology Letters, que publica la Royal Society en Reino Unido.

La investigación se divulgó el 15 de junio de 2022 bajo el título “The bug in a teacup—monitoring arthropod–plant associations with environmental DNA from dried plant material” (El insecto en una taza de té: monitoreo de asociaciones entre artrópodos y plantas con ADN ambiental de material vegetal seco). Lo escribieron Henrik Krehenwinkel, Sven Weber, Sven Kuenzel y Susan R. Kennedy. N

(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).

Newsweek en Español te recomienda también estas notas:

¿Los insectos tienen cerebro?

Insectos comestibles, los alimentos milenarios de la dieta mexicana

Fósiles conservados en ámbar revelan el verdadero color de los insectos de hace 99 millones de años