‘Radical Conventions’ el arte cubanoamericano en los años ochenta

La década de los años ochenta marca un punto de inflexión esencial en la comunidad cubanoamericana y la mirada hacia lo latino. En lo que respecta al sur de la Florida, si Miami que en los sesenta contaba con una población hispana de apenas unas 50,000 personas, pasa a tener más de medio millón de hispano parlantes. Tras años de reticencia, el denominado exilio histórico (1959-1962) comprende que su estancia en los Estados Unidos no será más ese hiato forzoso hasta la expulsión de los tiranos de su tierra natal, sino el emplazamiento definitivo y su influencia deviene fuerza pujante en lo que respecta a la política exterior de Washington para con la isla caribeña.

Vista parcial de la exhibición ‘Radical Conventions’ en el Lowe Art Museum.
Vista parcial de la exhibición ‘Radical Conventions’ en el Lowe Art Museum.

En 1980, con el éxodo de El Mariel, llega a los Estados Unidos otra nueva gran oleada de emigrantes cubanos. Le preceden La operación Pedro Pan (1962) y Los vuelos de la libertad o Freedom Flights (1965-1973). Estigmatizados desde la isla como “gusanos” y “escoria”, y también tachados despectivamente como “Marielitos” por el auto denominado “Golden Exile”, este nuevo grupo, cambia la configuración y el mítico panorama asociados hasta entonces a la comunidad cubana en los Estados Unidos. A su vez, los descendientes de esa primera generación histórica llegan a su mayoría de edad; bajo el mandato de Jimmy Carter se reanuda el diálogo entre los dos países, los procesos de reunificación familiar y los viajes de cubanos exiliados a la isla; y los centros académicos en Estados Unidos se interesan de cada vez más en el estudio de lo “Latino”.

Es en este panorama que se inscribe Radical Conventions. Cuban American Art from the Eighties, curada por Elizabeth Cerejido y abierta al público en el Lowe Art Museum de la Universidad de Miami.

Integrada por casi un centenar de obras de 26 artistas (Carlos Alfonzo, Mario Algaze, José Bedia, Jaime Bellechasse, Juan Boza, Ernesto Briel, María Brito, Pablo Cano, Luis Cruz Azaceta, Fernando García, Nereida García Ferraz, Juan González, Félix González Torres, Ramón Guerrero, Nicolás Guillén, Tony Labat, Silvia Lizama, Tom López, Carlos Maciá, María Martínez Cañas, Luis Medina, Ana Mendieta, Tony Mendoza, Lydia Rubio, César Trasobares y Carmelita Tropicana), Radical Conventions no pretende ser un rastreo exhaustivo de los artistas cubanoamericanos en activo durante la década sino una curaduría de tesis activadora de zonas de reflexión en torno a las artes, problemáticas sociales de urgencia que marcaron la década, así como una revisión de lo cubanoamericano.

Radical Conventions pone el acento en la propuesta de artistas que rompen con la visión conservadora hacia la isla marcada por la Guerra fría, algunos de ellos siendo protagonistas del acercamiento y los viajes de regreso a Cuba como son los casos de Tony Labat, Nereida García Ferraz y Ana Mendieta.

Ceiba Fetish (1981), de Ana Mendieta, es altamente significativa en este sentido. Realizada en su paso por Miami tras su viaje a Cuba y de regreso a Nueva York, Ana escoge como emplazamiento para su obra el Cuban Memorial Park. El árbol sagrado transfigurado en silueta y cargado con recortes de pelos de gente anónima de barberías colindantes, establece un contrapunto directo con el monumento Bahía de cochinos ubicado en dicho parque.

En primera sala que acoge al público, como pilares que anteceden el viaje por la muestra, se imponen dos obras de muy diferente naturaleza centradas en el mismo hecho que marca el comienzo de la década: El Mariel. A la izquierda,10,865, la imponente instalación de raigambre conceptualista de Fernando García, integrada por seis paneles de escala monumental donde las planas de la prensa periódica van informando de los acontecimientos día por día. Cada día es marcado por números en esténcil, mientras que rotundas franjas de color rojo bloquean toda alusión que no refiera al traumático evento. El título de la pieza refiere al número de cubanos asilados en la Embajada del Perú buscando refugio político. Como contraparte y complemento, en tono mucho más íntimo, destacan las esculturas en terracota de Pablo Cano. Realizadas en 1981 y concebidas como proyectos de fuentes, las mismas exploran la tragedia humana a partir de la tradición barroca.

‘10,865’, 1980, de Fernando García. Seis paneles. Técnica mixta sobre cartulina. Collection of Miami-Dade Public Library System.
‘10,865’, 1980, de Fernando García. Seis paneles. Técnica mixta sobre cartulina. Collection of Miami-Dade Public Library System.

Ambos, Fernando García y Pablo Cano fueron miembros de The Miami Generation, término acuñado por el historiador de arte cubano Giulio V. Blanc a partir de la icónica exposición del mismo nombre que tuviera lugar en 1983 en el hoy desaparecido Cuban Museum of Art and Culture. Radical Conventions incluye el trabajo de otros miembros del grupo: María Brito, Juan González, Carlos Maciá y César Trasobares.

De izquierda a derecha: ‘Esperando el cambio’, ‘Mariel Monument’, ‘Patria y vida’, ‘La fuente cubana’, ‘La Pietá cubana’, ‘Exilio’, ‘La espera’, todas del 1981, de Pablo Cano.
De izquierda a derecha: ‘Esperando el cambio’, ‘Mariel Monument’, ‘Patria y vida’, ‘La fuente cubana’, ‘La Pietá cubana’, ‘Exilio’, ‘La espera’, todas del 1981, de Pablo Cano.

El acercamiento a la problemática identitaria no como visión binaria, romantizada y excluyente sino como acercamiento íntimo, integrador e inclusivo, es otra de las líneas dominantes en Radical Conventions, destacando aquí las obras de Tony Labat, María Martinez Caña, Luis Medina, César Trasovares y Carmelita Tropicana.

De izquierda a derecha: ‘Untitled 005’, negativo de luz ámbar en collage y ‘Untitled 005’, impresión vintage en gelatina de plata, María Martínez-Caña. Ambas de 1984.
De izquierda a derecha: ‘Untitled 005’, negativo de luz ámbar en collage y ‘Untitled 005’, impresión vintage en gelatina de plata, María Martínez-Caña. Ambas de 1984.

En los casos de Labat, Trasovares y Tropicana, asistimos a una deconstrucción de arquetipos manidos de lo cubano que son objeto de escrutinio a partir de la parodia. Los estereotipos del macho, la mujer y la religión, entre otros, son los puntos de partida para una mordiente reflexión en torno a la identidad y la mirada, también estereotipada del latino en los Estados Unidos.

Ningún hecho marcó más la década de los años ochenta que los estragos producidos por la pandemia del Sida. El extendido prejuicio de que el virus solo atacaba a homosexuales, drogadictos y minorías étnicas así como la tardía reacción del Centro de Control de Enfermedades (Center for Disease Control) hizo que activistas, artistas y profesionales de la salud se agruparan y alzaran su voz para sensibilizar a la sociedad, desenmascarar el estigma y buscar la debida atención a esta crisis de salud que en la referida década cobró la vida de más de 100,000 personas.

‘Sugar Kane 1’, de la serie ‘AIDS ArtReach’, 1989-1991, de J. Tomás López.
‘Sugar Kane 1’, de la serie ‘AIDS ArtReach’, 1989-1991, de J. Tomás López.

En este sentido, se imponen las obras de Jaime Bellechasse, Carlos Maciá, Félix González Torres y Tomás López.

AID ArtRearch, 1989-1991, de Tomás López, es una pieza de alta sensibilidad. La serie fotográfica concebida como parte del proyecto del mismo nombre y resultado de la convivencia diaria con personas enfermas de Sida, lleva a López a crear retratos psicológicos de gran humanidad que interpelan al receptor a reconocerse en el otro.

‘Perfil de un pueblo (Profile of a People)’, 1985, de José Bedia. Papel Xerox con técnica mixta.
‘Perfil de un pueblo (Profile of a People)’, 1985, de José Bedia. Papel Xerox con técnica mixta.

La inclusión en Radical Conventions de José Bedia resulta un tanto disonante teniendo en cuenta que el artista, cuya formación tiene lugar en Cuba, solo se radica en Estados Unidos en 1993, ya finalizada la década. Perfil de un pueblo, 1985, realizada ese año durante su residencia en State University, Nueva York, constituye un estudio de los pueblos indígenas de Norteamérica. La intención, desde el punto de vista curatorial, es la de enfatizar el tema del multiculturalismo en boga entonces dentro del circuito de arte estadounidense.

‘Ceiba Fetish’, Ana Mendieta, 1981. Postal.
‘Ceiba Fetish’, Ana Mendieta, 1981. Postal.

Aún cuando Radical Conventions no pretende ser una exposición comprensiva del arte cubanoamericano de los ochenta, se hecha de menos la presencia del grupo Nada que en la segunda mitad de los ochenta tuvo un papel vital en torno a la problemática del arte y los circuitos de exhibición, con la puesta al uso de estrategias de desestabilización como la invasión del espacio expositivo. Hubiera sido interesante, a mi juicio, establecer un paralelo entre tipo de acciones y el confinamiento de la obra de Ana Mendieta, Árbol de la Vida (1982), incluida en la presente exposición y colección del Lowe Art Museum. La misma fue exhibida en los jardines de la institución en el mismo momento en que Carl Andre tenía una exposición personal dentro del museo.

Radical Conventions es una muestra esencial para el estudio del arte cubanoamericano y la revisión de los años ochenta.

Janet Batet es escritora, curadora y crítica de arte. Escribe para diferentes publicaciones, galerías y museos.

‘Radical conventions. Cuban American Art from the Eighties’, hasta el 17 de junio, Lowe Art Museum, Universidad de Miami, 1301 Stanford Dr, Miami, FL 33146.