Río de Janeiro: abatieron a un policía militar armado que secuestró a pasajeros de un micro

RÍO DE JANEIRO.- Luego de casi cuatro horas de tensión, la Policía de Río de Janeiro abatió al secuestrador de un colectivo que mantuvo como rehenes a una treintena de personas sobre el puente que une Río con Niterói, el más largo de Brasil y una de las principales vías de acceso a la ciudad, en pleno horario pico. Ninguno de los pasajeros que habían sido retenidos resultó herido.

"Esa es la Policía que queremos ver. Fue necesario un francotirador para neutralizar al criminal, que resultó muerto, y salvar a las personas del colectivo", informó el vocero de la Policía Militar estatal, Mauro Fleiss, quien agregó que el secuestrador llevaba un arma de juguete. Todavía no se reveló la identidad del hombre y se desconocen los motivos de su accionar.

La crisis que mantuvo en vilo a Río había comenzado a las 5:28, cuando el hombre enmascarado, que se identificó como un expolicía militar, obligó al conductor del colectivo de la línea 2520 a bloquear los carriles en dirección a Río del puente Presidente Costa e Silva, de 13,29 kms de largo. La Policía cortó el tránsito en todo el puente y agentes del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (Bope) iniciaron una larga negociación. El secuestrador había afirmado que tenía un revólver, una pistola de choque, un cuchillo y un bidón con gasolina, con el cual amenazó con quemar el vehículo.

Según las autoridades, en el momento de la toma en el colectivo viajaban 37 personas. En las primeras dos horas, seis rehenes (cuatro mujeres y dos hombres) fueron liberados por el secuestrador, quien descendió varias veces del vehículo en medio de las negociaciones. De acuerdo a los liberados, el hombre parecía desorientado. Fue en uno de los momentos en que el secuestrador salió del colectivo que un francotirador policial disparó contra él.

"Lo ideal hubiese sido que todos saliesen vivos de la operación, pero preferimos salvar a los rehenes", señaló el gobernador del estado de Río de Janeiro, Wilson Witzel, conocido por su política de mano dura contra el crimen.

La toma de rehenes fue seguida de cerca también por el gobierno en Brasilia, y hasta el presidente Jair Bolsonaro comentó luego del desenlace de la crisis. "No tiene que dar pena. Defiendo que el ciudadano de bien no muera en manos de estas personas", resaltó sobre el secuestrador abatido el mandatario, quien ha sido un feroz impulsor de la liberación de armas de fuego para combatir la criminalidad.

La esposa de uno de los pasajeros rehenes, Eliziane Terra, relató a la prensa que su marido alcanzó a llamarla con su celular desde el colectivo. "El salió para trabajar a las 4.30 y alrededor de las 5:26 me mandó un mensaje diciendo que el colectivo estaba siendo secuestrado. 'Estamos yendo para el puente', escribió. Al principio pensé que era un asalto. Siempre roban billeteras y celulares, pero este tipo de cosa no sucede normalmente", dijo Terra.

El hecho trajo a la memoria el secuestro del colectivo 174, la tarde del 12 de junio de 2000, cuando un hombre mantuvo como rehenes a sus pasajeros por más de cinco horas. Todo aquel episodio fue transmitido en vivo por televisión y tuvo gran repercusión internacional ya que en los momentos finales de la negociación hubo una confusión y una rehén terminó baleada y muerta por la policía; el secuestrador -Sandro Barbosa do Nascimento- fue detenido pero murió asfixiado mientras era trasladado en una camioneta de la Policía.