Régimen de Maduro sale golpeado en Asamblea General de Naciones Unidas

El gobernante Nicolás Maduro da un discurso en un mitin antes de las elecciones presidenciales, en la ciudad de San Cristóbal, al oeste de Venezuela, el 10 de julio de 2024.

El gobernante venezolano Nicolás Maduro está recibiendo una golpiza esta semana en la Asamblea General de Naciones Unidas, ante reiteradas menciones por parte de sus detractores de que su régimen perpetró un fraude electoral en las elecciones presidenciales, y el silencio ante éstas acusaciones de sus aliados más importantes.

Los discursos pronunciados en el encuentro de la ONU han extendido los reveses sufridos por el régimen en el campo internacional, en la medida en que un creciente número de países cuestionan el anuncio formulado por el régimen venezolano de que Maduro ganó la elección del 28 de julio.

El martes, el presidente estadounidense Joe Biden aprovechó su discurso ante la Asamblea General para enfatizar ese punto, describiendo la votación en contra de Maduro como el más reciente capítulo en la lucha de los pueblos por alcanzar la libertad.

“Lo he visto en todo el mundo: los valientes hombres y mujeres que pusieron fin al apartheid, derribaron el Muro de Berlín y hoy luchan por la libertad, la justicia y la dignidad. Vimos ese recorrido universal hacia los derechos y la libertad en Venezuela, donde los votantes emitieron su voto por un cambio que no se puede negar”, declaró el gobernante estadounidense.

El presidente chileno Gabriel Boric, quien pese a ser un dirigente de izquierda lleva ya meses criticando el autoritarismo de Maduro, también aprovechó su discurso para instar a sus pares a adoptar una postura más firme ante los eventos de los últimos meses en Venezuela.

“Estamos frente a una dictadura que pretende robarse una elección, que persigue a sus opositores y que es indiferente al exilio de millones de sus ciudadanos”, dijo Boric. “Se requiere una salida política a esta crisis, que reconozca el triunfo de la oposición en las elecciones y que lleve adelante una transición pacífica a una democracia en forma”.

Posturas similares han sido adoptadas por otros mandatarios presentes en el encuentro internacional, incluyendo al presidente paraguayo Santiago Peña, quien dijo que el pronunciamiento emitido el día de las elecciones por el régimen “ignoró la voluntad del pueblo”.

Maduro, quien enfrenta cargos penales en Estados Unidos por su presunta participación en operaciones de narcotráfico, decidió no viajar a Nueva York para participar en la Asamblea Nacional. El jefe del régimen bolivariano también enfrenta acusaciones por crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional.

El canciller venezolano Yván Gil tiene previsto pronunciar un discurso en la tarde del miércoles.

La lluvia de críticas que recae sobre el régimen venezolano contrasta con el silencio de quienes hasta hace muy poco eran considerado como sus principales aliados en la región, los presidente de Brasil y de Colombia, cuyos países podrían verse directamente afectados de producirse un nuevo éxodo de migrantes venezolanos de no haber una rápida solución de la crisis.

Muchos temen que ese escenario es una amenaza real ante encuestas señalando que un 40% de la población ya estaría considerando irse si Maduro permanece en el poder más allá de este año.

Pero en vez de utilizar sus discursos para instar a sus pares actuar con celeridad para evitar que un nuevo tsunami de migrantes venezolanos inunde la región, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y su par colombiano Gustavo Petro optaron por guardar silencio en vez de salir a cuestionar en público a Maduro. Los gobernantes prefirieron criticar a Israel por sus acciones en el conflicto bélico que mantiene en Gaza y el Líbano.

Más de ocho millones de venezolanos ya han salido del país sudamericano en los últimos años para escapar del colapso económico y la persecución política que atribuyen al régimen socialista de Caracas.

Los discursos pronunciados en la ONU también hicieron referencia a la nueva ola de represión emprendida por el régimen, que ha conducido al arresto de más de 2,500 personas y la muerte o lesiones de decenas de disidentes.

El régimen de Caracas emprendió la feroz represión luego que líderes de la oposición venezolana calificaran como fraudulento el anuncio emitido por el Consejo Nacional Electoral, organismo férreamente controlado por el régimen, de que Maduro ganó la reelección con cerca del 52% de los votos.

La oposición sostiene que su candidato, Edmundo González, fue el verdadero ganador de las elecciones tras derrotar a Maduro por un margen de votos de más de 2 a 1, y para demostrarlo publicó en internet los conteos oficiales, conocidas como actas, de cerca del 80% de los centros de votación, los cuales muestran que González sacó más del 67% del total de votos emitidos.

Hasta el día de hoy, el régimen no ha presentado las actas confirmando que Maduro ganó la elección, pese a los repetidos pedidos de la comunidad internacional de que lo haga.

Otros líderes mundiales presentes en el encuentro también utilizaron su tiempo para referirse a la crisis venezolana, incluyendo a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien instó a la comunidad internacional a no permanecer de brazos cruzados ante la crisis venezolana.

“En América Latina... como desgraciadamente ocurre en varias regiones del mundo, las legítimas aspiraciones de libertad y democracia de decenas de millones de personas siguen sin cumplirse. Pienso en particular en el pueblo venezolano, al que va toda nuestra solidaridad y apoyo”, dijo Meloni. “La comunidad internacional no puede permanecer impasible mientras, casi dos meses después de las elecciones del 28 de julio, sigue sin reconocerse el resultado electoral”.