“No quiero llevar el recuerdo de estas quemaduras sin aprovechar nada”: migrante sobreviviente del incendio en Ciudad Juárez

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‘Juan’ tiene 22 años. Hace casi cinco meses salió de su casa en Guatemala con la expectativa de llegar a Estados Unidos y encontrar trabajo para ayudar a su familia. Su detención y el incendio de la estación migratoria de Ciudad Juárez el lunes 27 de marzo coartaron esa esperanza. Ahora con heridas en las manos y pocas certezas sobre el futuro, aguarda por una reparación del daño y la posibilidad de llegar aún a su destino.

No sabe si, en realidad, las autoridades le ayudarán con ese deseo, pero luego de haber pasado más de dos meses de hospitalización, no deja de tenerlo en mente: “De aquí para delante llegar a mi destino es la meta que tengo, porque yo no me voy a regresar para Guatemala, no quiero llevar el recuerdo de estas quemaduras sin aprovechar nada. Yo lo que quiero y espero es que se me recupere bien la mano, quiero ir para delante”, remarca luego de recordar cómo empezó su travesía.

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Aquel marzo, salió solo en autobús hacia la capital de Guatemala. En ocho días llegó a la frontera sur de México, luego a la capital del país para seguir hacia Puebla, Sonora y finalmente Ciudad Juárez. Había llegado una mañana, y estaba atravesando por una especie de bodega con rumbo a su destino final. “Entremedio de esa bodega, estaban ahí, como cinco eran”, relata en referencia a los agentes que lo detuvieron. 

Después vino un encierro de tres días en la estación migratoria. Probablemente, dice, eran 80 personas o más: “Éramos bastantes, ya no me recuerdo, pero sí era un buen grupo”. La describe como un espacio más o menos grande, donde les daban tres comidas y un colchón para pasar la noche. 

“No me sentía bien porque estaba encerrado, y era una bodega que no tenía ventanas ni nada, era oscuro, por eso más se desesperaba uno, no se miraba la claridad. Era estar encerrado todo el santo día”, recuerda.

La noche del 27 de marzo, de acuerdo con autoridades federales, alrededor de las 20:30 horas se desató una protesta al interior de la estación migratoria; después, la falta de acción del personal a cargo del lugar resultó en un incendio que dejó 40 personas fallecidas y 27 heridas. 

Tras el hecho, el siguiente recuerdo de ‘Juan’ es haber despertado en un hospital en Ciudad Juárez cerca de las 2 de la mañana. El humo, según su relato, lo había dejado desmayado. En los primeros momentos que estuvo despierto no recordaba nada específico, pero después se dio cuenta de que había sufrido quemaduras y había perdido el conocimiento.

Agentes de Migración llegaron al hospital solo a preguntar quién era responsable del incendio. “Qué les iba a decir yo; no sabía”, dice ‘Juan’. Ni siquiera recordaba con exactitud que había pasado o por qué estaba ahí. Las autoridades le advirtieron que seguirían investigando, pero él estaba convencido de que no tenía más que decir, pues sabía bien quiénes eran los responsables. 

“Eso pasó por culpa de ellos… Porque no abrieron la puerta, y había seguridad del lado de la estación; eran cuatro, pero de los cuatro nadie se atrevió a abrir la puerta. Como tenía candado, por eso no podíamos salir”, reclama. 12 días estuvo en el hospital de Ciudad Juárez, y casi dos meses y medio en otro en Ciudad de México. Lo más grave fue la quemadura de su mano izquierda, que recuerda sangrante cuando recién se despertó en el hospital.

Hoy son perceptibles las cicatrices de quemaduras en su mano derecha, mientras en la izquierda aún trae una especie de vendaje. Está viviendo en un hotel que, por el momento, paga el Instituto Nacional de Migración. Le dijeron que ahí estaría mientras se hacían responsable de él y de su atención médica. A su papá solo le dieron oportunidad de estar cinco días con él en México; ahora, está solo.

A veces sale a la plaza para no aburrirse de estar en el mismo hotel, dice, pero ahí se va a quedar hasta saber algo sobre su futuro. “No es justo estar aquí, porque si Migración hubiera destapado la puerta, no estuviéramos aquí; sí en Guatemala, pero como antes. Estamos todos lastimados del cuerpo, y eso no es justo, porque si hubieran abierto las puertas… pero no las abrieron”, insiste.

Eliseo permanece a la espera de la justicia, de la reparación y de lo que podría llegar a pasar en el futuro
‘Juan’ permanece a la espera de la justicia, de la reparación y de lo que podría llegar a pasar en el futuro | Foto: Especial

Reparación del daño

La Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho (FJEDD), el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), Derechos Humanos Integrales en Acción y Asylum Access se involucraron en las consecuencias del incendio en Ciudad Juárez desde la presentación de la denuncia penal por los hechos, aunque entonces no representaban a alguien en particular y por lo mismo, en un primer momento su participación fue rechazada.

Sin embargo, un segundo acercamiento se dio cuando algunos sobrevivientes continuaron su atención médica en Ciudad de México, como ‘Juan’.

En ese momento, a las víctimas se les ofreció representación directa y actualmente, las organizaciones llevan ocho casos. Para ellos, se está buscando la reparación integral del daño, tanto económica como con medidas de no repetición. 

Es decir, ajustes de carácter institucional para que hechos de ese tipo no vuelvan a suceder. En cuanto al derecho de acceso a la justicia, la representación jurídica está pidiendo que se investiguen los hechos y se determine, con toda exactitud, cuál fue el nivel de responsabilidad de las autoridades, explica Eduardo Rojas, abogado de la FJEED.

Hasta ahora, las ocho personas siguen en Ciudad de México recibiendo atención médica y viviendo en un hotel costeado por el INM.

“La investigación sigue en curso, y eventualmente tendrá que pronunciarse la Fiscalía (General de la República) si respecto a las personas que tiene vinculadas a proceso va a acusar o no. Eso sigue en marcha; nosotros ya con la calidad de asesores jurídicos estamos en este momento revisando toda la información y eventualmente, nos podríamos oponer ante algunas decisiones u omisiones por parte del Ministerio Público. En este momento, todavía no ha habido ninguna diferencia importante”, señala el abogado. 

Sin embargo, la FGR sí hizo intentos de convencimiento para que los sobrevivientes no aceptaran otra representación más que la de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), lo cual va en contra del derecho a elegir libremente a los representantes. Ahora, para la FJEDD lo relevante será estar al tanto de los delitos por los que se va a intentar enjuiciar a las personas vinculadas a proceso.    

En tanto, la CEAV mantiene contacto con las víctimas y está integrando los expedientes para la reparación del daño con valoraciones médicas y psicológicas, pero no intervino en relación a la inconformidad por parte de las organizaciones respecto a que el INM se hiciera cargo del hospedaje y la comida para los sobrevivientes por el conflicto de interés que pudiera generar el contacto con ellos. La CEAV, sin embargo, no podía mantener el nivel de las condiciones.  

Eliseo, sobreviviente del incendio en el centro de detención de Ciudad Juárez en marzo pasado
‘Juan’, sobreviviente del incendio en el centro de detención de Ciudad Juárez en marzo pasado | Foto: Especial

“Al menos hubo, digamos, una limitación en cuanto a la intervención de Migración, porque en un inicio los tenían como muy supervisados, muy vigilados, muy checados”, reconoce el abogado.

Por otro lado, los representantes ven como positivo que en el Senado se haya conformado una comisión ad hoc para darle seguimiento al caso.

En un acercamiento con el órgano, ya expusieron los obstáculos que han enfrentado y la expectativa de que tenga una postura de exigencia hacia las autoridades involucradas. 

“Y eventualmente que también intervengan legislativamente. Esto de las medidas de no repetición podría implicar una revisión sustantiva, importante, del marco migratorio mexicano, y para eso sería indispensable contar con el Poder Legislativo. Hay expectativas, pero sería muy pronto para saber si nada más va a ser algo mediático, sin ningún efecto, o si sí va a tener alguna consecuencia la instalación de esta comisión”, agrega. 

Por el momento, los sobrevivientes cuentan con una visa humanitaria con vigencia de un año desde marzo. Después, podrán solicitar una renovación que tendrían que evaluar las autoridades migratorias. Sin embargo, la mayoría de ellos, tiene la misma intención que ‘Juan’ de continuar con su meta: llegar a Estados Unidos

Para ello, el IMUMI en lo particular está pugnando por un “parole humanitario”, aunque en ese caso se enfrentarían al obstáculo de que el servicio médico público en ese país es muy restringido.

“Muchos de ellos si acceden al ‘parole’, tendrían que pagar un servicio médico privado, y esa es ahorita la dificultad. En el caso de algunos de ellos tal vez sea necesario que permanezcan en el país al menos hasta que concluya la parte más sustantiva de su tratamiento”, adelanta Rojas.  

Por otro lado, la Ley General de Víctimas no señala un plazo específico para que continúe el hospedaje y manutención, ni las condiciones o características que deben tener, sino que únicamente se precisa “mientras sean necesarias”, por lo que quedan sujetas a la interpretación legal. El abogado, subraya, sin embargo, que al menos deberían durar en tanto sigan recibiendo atención médica.

‘Juan’ permanece a la espera de la justicia, de la reparación y de lo que podría llegar a pasar en el futuro.

“Ahorita no sé nada, no hay fecha; cuándo me voy a ir o en qué día”, dice ante las posibilidades abiertas, pero con una sola convicción:

―¿Te quedarías acá en México?

―No, aquí no me quedo.