La querida Duffy’s Tavern de Miami se vendió. Esto es lo que sabemos

La venta que tanto temía Miami por fin se hizo realidad: Duffy’s Tavern, el querido local donde Miami se reunió para tomar cervezas, comer hamburguesas y ver deportes durante casi 70 años, se vendió.

La propiedad, un museo virtual de la historia de Miami, en 2108 SW 57 Ave. en Miami, actualmente propiedad de Wayne Russell y James Fabbricatore, se vendió en $4.5 millones por 2112 Realty Corp. El comprador fue Greenway Point, LLC, según Kerdyk Real Estate, que representó al vendedor.

La venta se completó el 26 de julio, pero el propietario Wayne Russell, que ha estado en Duffy desde que se graduó con un título en Administración de Empresas de la Universidad de Miami en 1984, dijo que nada se siente aún muy diferente. Él sigue presentando la lista de especialidades del día a mesas llenas de lugareños (con una “vista de la bahía” dibujada del otro lado), sirviendo cervezas frías y hamburguesas y bromeando con clientes que llevan décadas comiendo y bebiendo en Duffy’s.

“Sigo trabajando”, dijo. “No me siento diferente. Un día más en la oficina. Pero ahora soy inquilino, no propietario”.

El plan, dijo, es que él y su equipo sigan operando el negocio por el momento, “al menos los próximos cinco meses”.

Trae Kerdyk, asociado senior de Kerdyk Real Estate, quien representó al vendedor junto con el director de ventas William Colas, confirmó que existía un plan para que Russell y su equipo operaran el restaurante durante un tiempo. Estimó que su participación pudiera prolongarse hasta un año.

“Duffy’s seguirá siendo inquilino”, dijo. “Pudieran ser uno dos años; nunca se sabe lo que va a pasar”.

Construido originalmente como residencia e inaugurado como Duffy’s por Martin Duffy en 1955, el inmueble cuenta con más de 30,000 pies cuadrados y el edificio de automóviles al lado de 3,180 pies cuadrados.

En él se han celebrado fiestas de los Hurricanes, el Heat y los Dolphins, cumpleaños, baby showers y reuniones de negocios. Recuerdos de los clientes y del personal cuelgan de las paredes y están pegados en las mesas, lo que da al restaurante un aire hogareño del que carece la mayor parte de Miami hoy en día.

Pero Russell, a pesar de su carácter gregario, parece dispuesto a dejarlo ir, aunque le encantaría que Duffy’s siguiera aquí de alguna forma. Su nieta Olivia, de seis meses, puede ser un factor importante en su voluntad de seguir adelante.

“Quiero ser abuelo”, dijo. “Quiero hacer cosas de abuelo. Quiero escribir un libro para ella. Supongo que tengo cinco años para terminar ese primer capítulo”.