Qué es el I Ching, el milenario el libro de adivinaciones que sigue asombrando a millones

I ching ancient Chinese oracle with Yijing hexagram, old coins and stalks
I ching ancient Chinese oracle with Yijing hexagram, old coins and stalks

El I Chin, o el libro de las mutaciones, ha atraído a estudiosos y filósofos durante miles de años. Se trata de la obra clásica más antigua de China. Es un tratado filosófico y un texto oracular que explora los principios universales de cambio, dualidad y equilibrio.

El ensayista estadounidense Eliot Weinberger dice que el I Ching ha servido como una taxonomía filosófica del universo, una guía para una vida ética, un manual para gobernantes y un oráculo del futuro personal y de los estados. Explica que es uno de los libros más consultados en el mundo porque se cree que puede explicarlo todo.

“Con su aparente infinidad de aplicaciones e interpretaciones, nunca ha habido un libro como este en ninguna parte. Es el centro de un vasto torbellino de escritos y prácticas, pero en sí mismo es un vacío, o tal vez una nube que cambia continuamente, ya que la mayoría de las palabras cruciales del I Ching no tienen un significado fijo”, escribió el autor y traductor para The New York Times.

Los orígenes del texto son imprecisos. La explicación mitológica dice que fue creado hace unos 5.000 años por el héroe Fu Xi, un ser antropomórfico con cuerpo de dragón o serpiente y rostro humano. Cuenta la leyenda que el monarca estaba sentado en la orilla de un río meditando sobre la vida cuando vio a una tortuga emerger de agua. Su caparazón estaba marcado con trigramas, que habrían sido señales enviadas por las fuerzas celestiales para revelar a Fu Xi las respuestas a las eternas inquietudes humanas.

Fu Xi aprendió entonces que todo podía reducirse a ocho trigramas, que estaban formados por tres líneas continuas y discontinuas y que reflejaban el yin y el yang, como se le conoce en China a la dualidad que impulsa al universo.

La mitología se convierte en leyenda cuando, alrededor del año 1050 a. C., el emperador Wen, fundador de la dinastía Zhou, duplicó los trigramas a hexagramas y escribió oráculos breves para cada uno de ellos. Cada uno de los 64 hexagramas tienen su propia interpretación y ofrece una visión única sobre situaciones específicas que le interesan al lector.

(Getty mages)
(Getty mages)

La sabiduría Oriental llega a Occidente

Los contactos comerciales entre China y Europa, a través de la Ruta de la Seda, permitieron la llegada del I Ching a Occidente. Ya en el siglo XVII, los primeros estudiosos europeos tuvieron acceso a traducciones parciales y referencias sobre el I Ching.

Se cree que el I Ching influyó en el desarrollo del sistema numérico binario, que es el fundamento del lenguaje informático, creado por el matemático y filósofo alemán Gottfried Leibniz. El erudito hizo referencias directas a los hexagramas y a las ideas cosmológicas del I Ching al explicar su aproximación al código binario.

Leibniz habló abiertamente sobre su fascinación por el texto y señaló que los hexagramas se correspondían con los números binarios del 000000 al 111111. Aseguraba que los autores del I Ching habían tenido acceso a conocimientos matemáticos mucho más avanzados de lo que creían sus contemporáneos.

El I Ching fue traducido a varios idiomas europeos en el siglo XIX, pero su popularidad en Europa y Estados Unidos realmente comenzó en 1924, cuando Richard Wilhelm, un teólogo que había vivido y estudiado en China durante más de dos décadas, publicó una traducción al alemán del texto con la ayuda del erudito chino Lao Naixuan.

El traductor y poeta británico Arthur Waley publicó una famosa traducción del I Ching al inglés en la década de 1930, lo que lo acercó a un público occidental más amplio y lo convirtió en un texto accesible y apreciado. La traducción de Waley del I Ching, basada en textos clásicos chinos, fue aclamada por su poética fluidez y por capturar la esencia filosófica del texto original.

El psicoanalista suizo Carl Gustav Jung fue otro intelectual influyente que estudió y admiró profundamente el I Ching, al punto de encontrar en el I Ching una herramienta valiosa para explorar el inconsciente colectivo y entender la naturaleza arquetípica de la mente humana.

El popular y polémico músico estadounidense Dob Dylan admitió, en una entrevista con el diario Chicago daily News en 1965, que no tenía ninguna religión ni seguía ninguna filosofía porque no le gustaba que nadie le dijeran qué tenía que hacer, o cómo debería vivir. Sin embargo, dijo que había un libro llamado I Ching que le parecía “lo único increíblemente cierto” y no sólo para él. “No hay que creer en nada para leerlo, porque además de ser un gran libro para creer, también es una poesía fantástica”.

En 1975, el físico estadounidense Fritjof Capra describió los paralelismos entre la antigua noción china de Tao y el mundo subatómico de partículas revelado por la física cuántica en su libro El Tao de la Física.

Hoy en día, el I Ching ha permanecido como un camino para acceder a una sabiduría ancestral que ha trascendido a través de los siglos. Este texto milenario nos invita a reflexionar sobre nuestra existencia, nuestras elecciones y nuestra conexión con el universo.

Guía para consultar el oráculo

1. Si deseas consultar alguna inquietud al I Ching, la recomendación es buscar un lugar tranquilo, sin distracciones y tener tres monedas idénticas en la mano.

2. Define claramente la pregunta o situación sobre la que deseas obtener orientación. Es importante que la pregunta sea específica y esté bien formulada para obtener una respuesta significativa del I Ching.

3. Agita las tres monedas en tu mano mientras centras la atención en la pregunta. Lanza las monedas y toma nota de las caras o cruces, en orden de aparición, de abajo hacia arriba. Cada cara cuenta como 3 y cada cruz como 2.

4. Cuando hayas registrado los resultados de los lanzamientos, convierte los números obtenidos en líneas enteras (yang) y quebradas (yin) para formar el hexagrama. Un hexagrama consta de seis líneas y puede tener un total de 64 combinaciones diferentes.

5. Consulta una de las versiones del I Ching o un libro de interpretación para leer la descripción y el significado del hexagrama obtenido. La interpretación te proporcionará una visión y reflexión sobre tu situación o pregunta específica.

6. Es importante recordar que el I Ching no predice el futuro. Se trata de proporcionar una perspectiva filosófica y espiritual sobre tus circunstancias actuales y las posibles formas de abordarlas.

Fuentes: Hipertextual, Mythopedia, The New York Review, Inverse, La mente es maravillosa, Asia Times, Daily Jstor, I Ching.

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