‘El punto de inflexión’: Cuatro profesionales de Miami-Dade describen la crisis inmobiliaria

Los trabajadores de los sectores sanitario, alimentario y hotelero, así como muchos otros del sector público y privado, tienen dificultades para vivir en el sobrevalorado mercado inmobiliario del Condado Miami-Dade. A los profesionales universitarios y a los que inician su carrera profesional también les resulta difícil mantenerse al día con el aumento de los alquileres y los precios de la vivienda.

El Miami Herald publicó recientemente una consulta en línea a sus lectores pidiéndoles que dijeran cómo se las han arreglado para llegar a fin de mes en uno de los mercados inmobiliarios más candentes del país. Catorce personas respondieron y compartieron voluntariamente su situación financiera personal.

El Herald redujo las respuestas a un grupo de cuatro residentes de Miami-Dade que ejemplificaban la diversidad de nuestra comunidad –en función de su lugar de residencia, profesión, sexo, edad, raza y etnia– y los entrevistó para saber más sobre cómo están afrontando el monumental reto de mantener un techo que puedan pagar.

Las cuatro personas son una directora de ventas y banquetes de un hotel, una profesora universitaria, un médico residente y un maestro de escuela intermedia, cada uno de los cuales gana entre $64,000 y $75,000 al año. Su situación económica es precaria, aunque cada uno de ellos gana bastante más que el ingreso familiar promedio del condado, $59,044, la cifra más reciente de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Sus historias representan a los miles de habitantes de la zona que están lidiando con el dolor financiero de la crisis de la vivienda en curso que comenzó antes de la llegada de la pandemia en marzo de 2020, pero empeoró bruscamente durante la emergencia de la salud pública. En todo Miami-Dade los propietarios de pequeñas empresas han dicho que este año ha sido extremadamente difícil encontrar trabajadores para puestos de nivel básico y otros, los que normalmente pagan el salario mínimo o marginalmente superior. Muchos de ellos se han marchado a otras comunidades menos caras dentro y fuera de la Florida.

“Todavía tenemos que ver las consecuencias [totales] de este mercado inmobiliario”, dijo el experto en vivienda Ned Murray, director asociado del Centro Metropolitano Jorge M. Pérez de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). “Una vez que obtienes un título y eres un profesional, quieres comprar una casa o al menos alquilar algo que sea decente. Si no podemos ofrecer eso en el mercado de la vivienda, ellos (los residentes) encontrarán un mercado de la vivienda que sí lo haga”.

Los expertos en vivienda recomiendan que los compradores destinen tres veces y media sus ingresos anuales a la compra de una casa, y el 30% de los ingresos mensuales familiares antes de impuestos al alquiler mensual de una vivienda. Eso significa que los aspirantes a propietarios de viviendas en Miami-Dade deben ganar unos $110,000 anuales para comprar un condominio al precio medio de venta de $388,531, o $164,000 al año para comprar una casa unifamiliar al precio medio de $575,000, según los más recientes datos de ventas de la Miami Association of Realtors.

Los inquilinos necesitan ganar $125,000 al año para pagar el alquiler promedio actual de $3,140 al mes por un apartamento de dos dormitorios en el área metropolitana de Miami, según Redfin, un sitio digital de catálogos inmobiliarios.

En primavera, los alcaldes de la ciudad y del condado declararon el estado de emergencia por la crisis de asequibilidad de la vivienda. Desde entonces, los formuladores de políticas como la alcaldesa del condado, Daniella Levine Cava, han reservado millones para ayudar a los más agobiados por los costos y han recabado ideas de expertos sobre qué más hacer para aliviar la situación.

Todo tiene que estar sobre la mesa, dijo Murray, incluyendo congelar los alquileres en todo el condado y poner topes en el alquiler.

“Nosotros estamos en el punto de inflexión en el que toda nuestra economía está en riesgo”, dijo. “Si eso no es una emergencia, no sé lo que es”.

Murray predijo que un mayor número de residentes dejará Miami-Dade en 2023 por el precio del mercado de la vivienda. “Las personas están aguantando en este momento lo mejor que pueden”, dijo. “Solo pueden aguantar hasta cierto punto”.

La difícil situación de la vivienda para cuatro residentes

Elizabeth Kidder Sánchez, madre soltera, dice que no tiene el dinero para gastar que tenía antes, lo que limita las actividades que disfruta con su hija. La razón es que Sánchez paga $2,900 al mes por alquilar una casa en Kendall.
Elizabeth Kidder Sánchez, madre soltera, dice que no tiene el dinero para gastar que tenía antes, lo que limita las actividades que disfruta con su hija. La razón es que Sánchez paga $2,900 al mes por alquilar una casa en Kendall.

▪ Elizabeth Kidder Sánchez, de 43 años, alquila una casa de tres dormitorios en Kendall por $2,900 al mes. A principios de este año, la madre soltera y nativa de Miami alquilaba una casa en Westchester, el barrio donde creció. En otoño, el alquiler subió un 45% y no pudo encontrar otra casa allí por menos de $3,000 al mes, se mudó a Kendall. Trabaja como directora de ventas y banquetes en el Miami International Airport Hotel, con un salario anual de $70,000. También creó su propia marca de joyas Arroz Con Mango para complementar sus ingresos.

El Dr. Lawrence Rolle, en la foto en su porche de Miami tras un día de trabajo, es residente de segundo año en el Hospital Jackson Memorial. Con todos los postores al contado, para él fue todo un reto comprar finalmente una casa en Liberty City.
El Dr. Lawrence Rolle, en la foto en su porche de Miami tras un día de trabajo, es residente de segundo año en el Hospital Jackson Memorial. Con todos los postores al contado, para él fue todo un reto comprar finalmente una casa en Liberty City.

▪ El Dr. Lawrence Rolle, de 28 años, trabaja como médico residente en el Sistema de Salud Jackson de la Universidad de Miami. Nacido en Daytona Beach y criado en Atlanta, Rolle se mudó a Miami en 2021 para su residencia médica después de graduarse de la escuela de medicina. Abrumado en el mercado de alquileres y casi enfrentando la falta de vivienda, Rolle compró una casa de tres dormitorios en mayo de 2022 en Liberty City por $340,000. Recurrió a un préstamo especial para médicos, que no requiere dinero de enganche, para comprar la casa de la ciudad. Gana $64,000 al año.

Tras recibir un gran aumento del alquiler, Holly Morganelli, de 41 años, compró un departamento de un dormitorio en Coconut Grove. Aunque gana $70,000 al año, tiene un segundo empleo para complementar sus ingresos.
Tras recibir un gran aumento del alquiler, Holly Morganelli, de 41 años, compró un departamento de un dormitorio en Coconut Grove. Aunque gana $70,000 al año, tiene un segundo empleo para complementar sus ingresos.

▪ Holly Morganelli, de 41 años, se mudó a Miami en 2014. Originaria de Pennsylvania, Morganelli alquiló en Coral Gables durante años antes de verse afectada por un alza del alquiler del 37%. En enero, compró un condominio de un dormitorio en Coconut Grove por $222,000. Morganelli trabaja como bibliotecaria y profesora adjunta en la Universidad Internacional de Florida, y gana $70,000 al año. Recientemente lanzó Manic in Miami, su actividad secundaria, y un podcast centrado en la salud mental.

'La gente no puede permitirse vivir aquí. No solo los que pensamos que tienen menos ingresos, sino también los que tienen estudios universitarios', dice Tanjim Hossain, en la foto con su hijo Ambrose y su esposa, Christine Oliver, en su casa de North Miami.
'La gente no puede permitirse vivir aquí. No solo los que pensamos que tienen menos ingresos, sino también los que tienen estudios universitarios', dice Tanjim Hossain, en la foto con su hijo Ambrose y su esposa, Christine Oliver, en su casa de North Miami.

▪ Tanjim Hossain, de 31 años, llegó a Miami en 2013 para cursar estudios de posgrado en la Universidad de Miami. Nacido en Bangladesh, Hossain creció en Orlando después de que su familia llegara a Estados Unidos cuando él solo tenía dos años. Hossain y su esposa, Christine Oliver, viven ahora en North Miami, en una casa de dos dormitorios que la pareja compró en 2017 por $228,000. La pareja quiere una casa más grande en el mismo vecindario para su creciente familia, que incluye dos gatos, Daphne y Sofía. Pueden permitirse el pago inicial de una casa, con un precio de hasta $500,000. Pero no pueden pagar los impuestos y el seguro de una casa de ese precio. Hossain enseña Matemáticas y Ciencias en la Escuela Intermedia Carol City de Miami Gardens y gana $75,000 al año. Oliver trabaja como gestora medioambiental en el Departamento de Salud de la Florida y gana $75,000. Combinados, los dos ganan $150,000 al año.

Conversaciones sobre sus retos en materia de vivienda

¿Cómo fue navegar por el mercado inmobiliario del área de Miami este año?

Elizabeth Kidder Sánchez: Toda mi vida está en Westchester. Ahí es donde quería estar. No pude encontrar nada.

Holly Morganelli: El inventario era extremadamente bajo. Fue un acto de fe.

Dr. Lawrence Rolle: Alquilé durante un año y todo el tiempo busqué una casa, algo que tuviera sentido, asequible, razonable. Y no había nada. Fui a ver las casas que tenían un precio razonable. Hubieran sido financieramente manejables, pero cada vez excedieron mi oferta. Todo el mundo estaba poniendo dinero en efectivo sobre el precio de venta. Yo no tenía dinero para hacer eso. Fue desalentador.

Tanjim Hossain: El precio de compra no era el problema. Eran los impuestos y el seguro. Ahora mismo estamos pagando algo menos de $10,000 por el seguro de la vivienda y los impuestos. Los impuestos y el seguro serían $30,000 además de la hipoteca para una casa de unos $500,000. Eso es demasiado.

¿Cómo ha afectado la crisis inmobiliaria a su estilo de vida y a su futuro?

Kidder Sánchez: No tengo dinero para gastar. Las actividades con mi hija son limitadas. Tengo que pagar mucho dinero de alquiler. Tengo que ser mucho más calculadora. En lugar de ir al cine y comprar cualquier tentempié que ella quiera, hay que pensar en cosas que sean gratis o baratas, o ver si alguien me invita a algo. No tengo la misma capacidad para hacer lo que quiera con mi hija. A ella le encanta salir a comer. Solíamos salir todas las semanas. Ahora hemos pasado de una vez a la semana a una vez al mes.

Hossain: Una guardería de calidad cuesta entre $1,500 y $2,000 al mes. Hemos recurrido a la familia para que cuide de Ambrose y así poder ahorrar. Tendría sentido para nosotros mudarnos y no molestarnos en buscar otra casa en Miami-Dade. Nos mudamos aquí porque Miami es Miami. Es la Ciudad Mágica. Nos encanta estar aquí, pero no podemos hacer que funcione, si no es sostenible.

¿Por qué es un problema tan crítico?

Kidder Sánchez: A los nativos se les está echando. Si no tuviera a mi familia aquí, me mudaría. Hace dos o tres años, vivíamos con normalidad. Ahora todo el mundo está tan apretado que es difícil hacer las cosas a las que estás acostumbrado. No importa si has ido a la escuela y has estudiado.

Morganelli: Conozco amigos y colegas cuyos alquileres se han duplicado en Miami Beach y Brickell. Son profesionales que tuvieron 60 días para mudarse. Es terrible.

Rolle: Desde abajo hasta arriba, todo el mundo está sufriendo la crisis de la vivienda. Las personas que están bien en sus carreras, financieramente estables, están perdiendo su vivienda. Si a la persona que tienes al lado no le va bien, tú tampoco estás tan bien como podrías o deberías. Si la gente tiene un nivel determinado de bienestar, puede alcanzar sus sueños y objetivos. Si no tienes eso, estás limitado.

Hossain: Estos dos últimos años con la pandemia creo que la gente se ha dado cuenta de que necesitamos personas que hagan los trabajos básicos. Uno quiere que su hijo tenga un maestro de calidad. Pero hemos perdido varios maestros [que se mudaron] a Texas y Georgia. Se necesita gente de todas las clases sociales en una sociedad. La gente no puede permitirse vivir aquí, no son solo los que pensamos que tienen menos ingresos, son los que tienen estudios universitarios los que no pueden hacer que funcione.

¿Cuáles cree que son las soluciones al problema?

Kidder Sánchez : El aumento máximo del alquiler debería subir solo un determinado porcentaje cada año. Un aumento de $800 de un mes para otro es una locura. Conozco a otras personas cuyos caseros les han dicho que tienen que pagarles $1,000 el mes que viene. Algunas personas pueden hacerlo, pero muchas otras no.

Morganelli: Los legisladores deberían implementar algún tipo de control de alquileres.

Rolle: Necesitamos control del alquiler. Los alquileres de la gente están subiendo $1,000 al mes sin cambios en los hogares, sin mejoras. Ellos quieren que te vayas, de manera que alguien más pueda firmar ese contrato de arrendamiento. Es una locura. La ayuda tiene que venir del gobierno, del condado, del alcalde, del estado.