El riesgo que corres si dedices enfadar a un pulpo
Lanzar una piedra, un palo o cualquier otro objeto durante una pelea no es tan sencillo como puede parecer. En realidad, no hay muchas especies capaces de arrojarse piedras durante sus enfrentamientos. Se requieren diferentes habilidades cognitivas para entender que ese objeto del suelo puede usarse como herramienta arrojadiza para la defensa o el ataque… y de hecho, si recordamos la película “2001: Una odisea del espacio”, el momento definitorio en el que nuestros antepasados homínidos adquieren inteligencia es cuando son capaces de comprender que un palo o una piedra pueden resultar armas muy eficaces.
El comportamiento es tan excepcional que, hasta ahora, tan solo se había observado en algunas especies de primates no humanos. Sin embargo, a esta reducida lista de “lanzadores” debemos sumar otra especie: los pulpos.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Sydney documentó el comportamiento de un grupo de diez pulpos comunes en la Bahía Jervis, Nueva Gales del Sur, utilizando cámaras subacuáticas. Las grabaciones muestran a los pulpos recogiendo diferente material del fondo marino, como conchas, piedras, limo o algas y propulsándolo mediante un chorro de agua a propulsión. De esta manera, podían disparar una buena cantidad de material en dirección al pulpo adversario.
El estudio se ha publicado esta misma semana en PLOS ONE y muestra más de cien lanzamientos de este tipo en veinticuatro horas de grabación repartidas durante varios días. Aproximadamente un 50% de estas tiradas ocurrieron durante interacciones con otros pulpos y su puntería no es demasiado mala ya que casi el 20% de los objetos lanzados golpearon efectivamente a su objetivo.
Una cuestión quedaba en el aire en estas prácticas de tiro… No estaba muy claro por qué los pulpos lanzaban ese material. Los investigadores plantearon varias hipótesis, incluyendo el enfrentamiento contra rivales, marcar territorio o incluso alguna conducta desconocida de apareamiento. Sin embargo, tras analizar detenidamente las imágenes los investigadores notaron que los pulpos cambiaban frecuentemente el tono de su piel a colores más oscuros, un comportamiento que generalmente se interpreta como una muestra de agresión.
“Yo especularía que muchos de los lanzamientos dirigidos representan un intento de establecer un 'espacio personal', pero esto es una especulación, es muy difícil saber cuáles podrían ser sus objetivos", explica en Science Focus, Peter Godfrey, autor principal del estudio. “Los pulpos que mostraban un color más oscuro lanzaban mucho más a menudo y con un mayor vigor, mientras que los que mostraban un patrón de colores más pálidos lanzaban con menos fuerza”. Además los lanzamientos de los pulpos con patrones corporales más oscuros y uniformes, golpean a otros pulpos significativamente más a menudo que cuando no ofrecen esos colores”.
Por supuesto, es complicado meterse en la fascinante mente de un pulpo para entender los motivos reales de ese comportamiento aunque, por si acaso, no te acerques demasiado a un pulpo enfadado…
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Referencias científicas y más información:
Godfrey-Smith, Peter, et al. «In the Line of Fire: Debris Throwing by Wild Octopuses». PLOS ONE, vol. 17noviembre de 2022, PLoS Journals, DOI:10.1371/journal.pone.0276482.
Jason Goodyer “Angry octopuses caught hurling silt, shells and algae at one another” Science Focus