Puertorriqueños exigen respuestas tras primarias fallidas

SAN JUAN (AP) — El futuro de las fallidas elecciones primarias de Puerto Rico estaba en manos del Tribunal Supremo de la isla, mientras el lunes lentamente se iban respondiendo las preguntas sobre por qué faltaron boletas en los centros de votación, lo que obligó a las autoridades a reprogramar las elecciones primarias.

El plan de organizar otra votación el 16 de agosto en los centros que no pudieron abrir el domingo podría cambiar en función del fallo sobre una demanda entablada por Pedro Pierluisi, quien se postula contra la gobernadora Wanda Vázquez para convertirse en el posible nominado del Partido Nuevo Progresista. A la demanda se unió el senador de oposición Eduardo Bhatia, del Partido Popular Democrático.

Mientras tanto, María Dolores Santiago, la comisionada electoral del Partido Nuevo Progresista, le dijo a The Associated Press que funcionarios clave sabían sobre los problemas antes de las primarias del domingo, pero que nadie hizo nada para evitarlos. Dijo que las últimas boletas llegaron el sábado a las 8:30 de la noche, días después de lo programado, y que camiones cargados con las boletas y las máquinas electrónicas para votar no salieron hasta el domingo, el día de la votación, cuando suelen partir con uno o dos días de antelación.

Santiago se negó reiteradamente a responder preguntas sobre por qué durante la reunión del sábado con el presidente de la comisión electoral no sugirió personalmente retrasar las primarias. Sólo dijo que, en ese momento, el acuerdo general era proseguir con la elección.

“Quizás se pudieron haber tomado otras decisiones, pero tenemos que trabajar con la realidad”, dijo. “Es injusto echar culpas”.

La gobernadora y otros altos funcionarios de los dos principales partidos del territorio exigieron la renuncia de Juan Ernesto Dávila, presidente de la comisión electoral, después de que la falta de boletas implicó que las personas sólo pudieron votar en 60 de los 110 distritos electorales el domingo. Carlos Médnez, presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, también exigió a la comisión revelar los resultados de los lugares en donde se votó.

Fue la primera vez que tuvieron que suspenderse unas primarias, y muchos temen que el episodio haya socavado la confianza de los puertorriqueños en su gobierno y pudiera afectar al resultado de las elecciones generales de noviembre en la isla, donde la tasa de participación es de casi el 70%.

“Esa cicatriz nunca se va a ir de Puerto Rico”, afirmó el analista político Domingo Emanuelli. “Eso fue un atraco a la democracia del país”.

Dávila manifestó el lunes a WAPA TV que pensó que las boletas estarían a tiempo, y que los funcionarios de la comisión electoral de los dos principales partidos con quienes se reunió un día antes de las primarias nunca mencionaron la posibilidad de retrasarlas. También dijo que no sería responsable renunciar mientras se desarrollaban unas primarias.

“Una vez concluya el proceso primarista, lo analizaré”, dijo.

En las primarias se enfrentan dos candidatos que fungieron como gobernadores interinos tras la crisis política del año pasado. Vázquez se enfrenta a Pierluisi, quien representó a Puerto Rico ante el Congreso estadounidense entre 2009 y 2017.

Pierluisi fungió brevemente como gobernador tras la renuncia de Ricardo Rosselló en agosto de 2019, luego de grandes protestas callejeras desencadenadas por casos de corrupción y la filtración de un chat lleno de improperios. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Puerto Rico concluyó que Vázquez, entonces secretaria de Justicia, era la siguiente en la línea de sucesión porque no había secretario de Estado.

El principal partido de oposición, el Partido Popular Democrático, realizaba primarias por primera vez en sus 82 años de historia. Tres personas optan a la candidatura a gobernador: Bathia; la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, conocida por sus discusiones públicas con el presidente Donald Trump tras el devastador huracán María; y Carlos Delgado, alcalde de la ciudad costera de Isabela, en el noroeste de la isla.

Una junta federal que supervisa las finanzas de Puerto Rico restó importancia a las acusaciones de que la comisión electoral no tenía suficiente financiamiento, afirmando que había aprobado todas sus peticiones de fondos.

“Las interrupciones (...) son el resultado de una organización ineficiente en una agencia que hace sólo dos semanas tuvo inconvenientes para conseguir la impresión de las papeletas de una elección que originalmente se llevaría a cabo el pasado 7 de junio”, dijo la junta en un comunicado. “Esta agencia tiene dinero suficiente y cuenta con personal más que suficiente para realizar la única tarea que le corresponde”.

El caos actual podría empeorar con otras demandas, según expertos.

Edgardo Román, presidente del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, dijo que la situación está en una zona legal incierta porque nunca se había previsto. Hay que fijar una nueva fecha para los que no tuvieron ocasión de votar porque las boletas no llegaron, señaló, pero está menos claro qué ocurrirá con los que no regresaron a los colegios electorales porque no se enteraron a tiempo de que ya había llegado el material.

“Todo ha sido bien abrupto”, señaló. “Hemos tenido la peor experiencia electoral en la historia de Puerto Rico”.

El panorama era desalentador para algunos, pero Gireliz Zambrana, un empleado federal de 31 años y que no tuvo ocasión de votar el domingo, dijo que volvería a intentarlo el 16 de agosto, aunque estaba frustrado y dijo que lo ocurrido era irracional.

Insistió en que la situación de Puerto Rico debe cambiar. La isla sigue tratando de recuperarse de las secuelas del huracán María y de una serie de fuertes sismos, en medio de una pandemia y con 13 años de recesión económica.

“Hay que salir a votar”, afirmó. “La única forma (de) que todo esto se solucione es sacando a las personas”.