Puerto Rico gana la guerra de ajustes a Venezuela en la Serie del Caribe de Miami

Quién lo iba a decir: Panamá es el único equipo invicto en la Serie del Caribe.

Sin mucho descanso tras su derrota nocturna ante República Dominicana, Puerto Rico se levantó con fuertes ánimos de desquite ante la poderosa escuadra de Venezuela.

Y vaya si los boricuas lo lograron porque salieron a batear y a aprovechar todos los puntos débiles de los sudamericanos para imponerse el domingo 6-2 e igualar a los sudamericanos y dominicanos en la tabla de posiciones del Clásico del Caribe con sede en el loanDepot park, que acogió otra excelente asistencia de 32,092 aficionados.

Ozzie Guillén había señalado como abridor a Joulys Chacín, pero el serpentinero sufrió una leve distensión en el bíceps derecho mientras realizaba su bullpen de calentamiento y esto obligó al manager venezolano a echar mano a su cuerpo de relevistas.

“Creo que Chacín padeció de un calambre, pero no será nada grave’’, explicó Guillén.

“Este es un juego de ajustes. No se trató de la pérdida del abridor o de los relevistas, sino que nos faltó el bateo oportuno. Un hit y todo habría cambiado. Hay que ajustarse’’.

Eso, sin duda condicionó en parte el juego de los Tiburones de La Guaira, pero la clave de la derrota habría que encontrarla en la pérdida de tremendas oportunidades de hacer carrera que quedaron en simples amenazas y produjeron muy por debajo de su potencial.

Una y otra vez los venezolanos colocaron hombres en posición anotadora y obligaron al piloto de los puertorriqueños, Yadiel Molina, a realizar cambios, pero salvo en par de ocasiones, los escualos se fueron con las manos vacías y, eventualmente, con la primera derrota en el torneo.

El tercera base de Puerto Rico Emmanuel Rivera (centro) es felicitado tras anotar una carrera ante Venezuela, en la segunda entrada del partido de la Serie del Caribe, celebrado el domingo 4 de febrero de 2024 en Miami.
El tercera base de Puerto Rico Emmanuel Rivera (centro) es felicitado tras anotar una carrera ante Venezuela, en la segunda entrada del partido de la Serie del Caribe, celebrado el domingo 4 de febrero de 2024 en Miami.

“Creo que nuestros relevistas hicieron un buen trabajo ante un equipo como el de Venezuela’’, expresó Molina.

“Confiamos en nuestros muchachos, confiamos en nuestra ofensiva y tomamos cada juego día a día’’.

Las segunda, tercera y, especialmente, la séptima entradas -cuando llenaron las bases sin out- fueron ejemplos de la capacidad de Venezuela para embasar hombres, pero de sus carencias para pegar el batazo importante ante los relevistas de los Criollos de Caguas, que también pasaron por el montículo como si fuera un desfile interminable.

Puerto Rico fue sumando anotaciones con dos en el primero, uno en el segundo, y dos más en el cuarto y quinto, y una última en el octavo con una mezcla de imparables, errores contrarios, batazos de sacrificios y jugadas de selección que se combinaban para darle al marcador un acento boricua.

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Básicamente, toda la historia del desafío se redujo a la manera en que Puerto Rico aprovechó sus oportunidades y como Venezuela malgastó las suyas -Yasiel Puig, por ejemplo, dejó a siete hombres en base- para encajar su primera derrota, mientras que los de la Isla del Encanto llegaron a tres triunfos.