Por qué el proyecto de ley de vacunas de Texas preocupa al personal de salud

Una comisión del Senado de Texas aprobó el miércoles un proyecto de ley que activistas de la salud pública en el estado han identificado como uno de los proyectos de ley antivacunas más preocupantes que se están considerando durante este período de sesiones legislativas.

La legislación, el Proyecto de Ley 1024 del Senado, limitaría significativamente la capacidad del departamento de salud estatal, los distritos escolares, las ciudades y los condados para exigir o promover vacunas de cualquier tipo. Aunque el proyecto de ley se centra específicamente en la vacuna contra el COVID-19, también contiene estipulaciones que pudieran afectar a futuras vacunas que aún no existen.

“Es un proyecto de ley muy, muy malo”, dijo el doctor Jason Terk, pediatra de Keller y presidente de la Texas Public Health Coalition.

Rekha Lakshmanan, director de estrategia de la Immunization Partnership, dijo: “Era un mal proyecto de ley en su forma original, y sigue siéndolo en su forma sustitutiva”.

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El proyecto de ley fue redactado por la senadora republicana de Brenham Lois Kolkhorst, presidenta de la Comisión de Salud y Servicios Humanos del Senado. La legislación propuesta se considera un proyecto de ley general de vacunas y salud pública, y codifica muchas de las órdenes ejecutivas que el gobernador Greg Abbott impuso durante la pandemia, como las prohibiciones a las ciudades o distritos escolares de establecer órdenes de uso de mascarillas. Pero también otorga a los legisladores el poder de decidir si añaden o eliminan vacunas de la lista de las obligatorias para asistir a la escuela en Texas.

En un comunicado, Kolkhorst dijo que presentó el proyecto de ley “para continuar la conversación a raíz de las políticas de vacunas relacionadas con el COVID que muchos texanos sintieron que eran onerosas y extralimitadas”. Añadió que un colega dijo que el proyecto de ley “enhebra la aguja” para encontrar un equilibrio “entre los poderes de la salud pública y nuestras decisiones médicas personales”.

Durante los testimonios sobre este proyecto de ley y otras propuestas de vacunas consideradas por los legisladores, ellos mismos promovieron la desinformación o invitaron a testigos que difundieron información errónea sobre la vacuna contra el COVID-19, dijeron expertos en vacunas.

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El proyecto de ley es parte de una tendencia más amplia en los estados de Estados Unidos, en la que los legisladores están tratando de restringir la autoridad de los organismos administrativos como los departamentos de salud estatales y locales, dijo Erica White, investigadora de la Universidad Estatal de Arizona y abogada de la Network for Public Health Law.

“Los estados están tratando de recuperar la capacidad de las dependencias para ser independientes y tomar sus propias decisiones políticas como lo harían normalmente”, dijo White.

Lo que el proyecto de ley 1024 del Senado significaría para la política de vacunas en Texas

Tal vez el cambio más notable que el proyecto de ley promulgaría sería cómo las vacunas se añaden o eliminan de la lista de vacunas requeridas para asistir a la escuela en Texas. Eso incluye vacunas estándares como las que protegen contra la poliomielitis y el sarampión, las paperas y la rubéola.

Durante su testimonio, Kolkhorst señaló que una adición reciente a los requisitos de vacunación fue aprobada en 2009 por los legisladores que ordenaron al Departamento de Servicios de Salud del Estado exigir vacunas contra la meningitis para los estudiantes que asisten a la universidad en Texas y viven en el campus. La ley se actualizó posteriormente para exigir vacunas contra la meningitis a todos los estudiantes universitarios, independientemente de dónde vivan.

“Fue una acción de la legislatura, así que esto no tiene precedentes”, dijo Kolkhorst durante la audiencia del 22 de marzo sobre el proyecto de ley.

Pero otros cambios en los requisitos de vacunación han sido instituidos por el Departamento de Servicios de Salud del Estado sin una votación de los legisladores. El cambio más reciente realizado a los requisitos estatales fue una actualización para hacer obligatoria la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola para todos los grados desde preescolar hasta el 12º grado en el año escolar 2016-2017, según un vocero del departamento de salud del estado. (Anteriormente, esos cambios se habían ido introduciendo año tras año).

Y los activistas de las vacunas dicen que dar completamente esa autoridad a los legisladores dejaría las decisiones de salud pública a personas sin experiencia en vacunas o en atención médica preventiva.

“Se está despojando a los profesionales de la salud y a los expertos en salud pública de la principal autoridad para tomar decisiones a la hora de establecer los futuros requisitos de vacunación”, dijo Lakshmanan, activista en Texas. “Y la están poniendo en manos de la legislatura y de formuladores de políticas, lo cual es preocupante y miope”.

En Texas, los niños que asisten a la escuela no tienen que vacunarse si tienen una exención médica o de conciencia a las vacunas. La vacuna contra el COVID-19 no es obligatoria para asistir a la escuela en Texas. El proyecto de ley de Kolkhorst prohíbe explícitamente que la vacuna contra el COVID se añada a los requisitos de vacunación escolar.

Testimonio en el Capitolio estatal

Los expertos en vacunas también dijeron que el testimonio en apoyo del proyecto de ley fue alarmante debido a la desinformación médica que se repitió en su apoyo.

Durante el testimonio del 22 de marzo, el doctor Robert Malone, médico con licencia para ejercer en Maryland, fue presentado como testigo invitado, y los legisladores se remitieron a él como experto en vacunas contra el COVID y otras políticas de inmunización.

Malone afirma que inventó las vacunas de ARNm en su trabajo de hace décadas (un coautor de uno de los trabajos de Malone sobre el ARN dijo al New York Times que era una “afirmación totalmente falsa”). Se hizo famoso durante la pandemia y ha aparecido en programas de radio y televisión, en mítines y en capitolios estatales haciendo campaña contra las vacunas contra el COVID-19.

En un comunicado, Kolkhorst dijo que a Malone “se le dio prioridad como testigo debido a su prominencia nacional y su agenda de viajes, que comúnmente se da a testigos con credenciales similares”.

En 2021, Malone apareció en un episodio del podcast “Joe Rogan Experience” durante el cual dijo que la gente en Estados Unidos está atrapada en una “psicosis de formación masiva”, en la que cualquiera que cuestione la narrativa sobre el COVID-19 es atacado. Durante el episodio, dijo que la situación en Estados Unidos era comparable a la de la Alemania nazi en la década de 1920. Más de 200 trabajadores de salud firmaron una carta abierta en la que criticaban las declaraciones de Malone por promover “afirmaciones falsas y socialmente perjudiciales”.

En su sitio web, Malone destaca el respaldo de Robert F. Kennedy, Jr., quien lleva difundiendo información incorrecta sobre las vacunas desde 2005. Kennedy, sobrino del presidente John F. Kennedy, comenzó promoviendo la idea ampliamente desacreditada de que las vacunas infantiles pueden causar autismo, una noción que se ha demostrado falsa en repetidas ocasiones. Kennedy fue identificado como uno de la “Docena de la desinformación” por un grupo de investigación que identificó a los 12 principales proveedores de información falsa sobre las vacunas contra el COVID-19 en internet.

Kennedy elogió a Malone como “el profeta más importante de la libertad médica, la salud pública y los derechos civiles”, según el sitio web de Malone.

Malone no respondió a los correos electrónicos en los que se le pedían comentarios. Un periodista del Star-Telegram llamó a un número de teléfono que aparece en su sitio web, pero no recibió respuesta. En su blog, Malone escribió que quien le pidió que testificara fue Rebecca Hardy, la directora de política del grupo Keller Texans for Vaccine Choice, que testifica con frecuencia en Austin.

Un médico activo de Texas testificó a favor del proyecto de ley, y un segundo médico se registró también a favor, según las actas de la audiencia del 22 de marzo. (Malone tiene licencia para ejercer en Maryland.) Otras personas que testificaron a favor incluyen al doctor Richard Fleming, un cardiólogo cuya licencia médica de Texas expiró en 2005, según la Junta Médica de Texas. (En 2009, Fleming se declaró culpable de delitos graves de fraude de salud y postal en Nebraska. Fleming declaró más tarde a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) que era inocente). Un hombre —Bryan Ardis— se identificó como un médico que trabaja en Plano, aunque la Junta Médica de Texas muestra que nadie con ese nombre es médico con licencia en Texas.

Tanto los legisladores antivacunas como sus partidarios declararon que la vacuna contra el COVID-19 estaba poco estudiada y que causaba lesiones e incluso la muerte a las personas que recibían la inyección o inyecciones. Pero los investigadores que estudian las vacunas contra el COVID-19 afirman lo contrario: como se ha vacunado a tanta gente en todo el mundo contra el COVID-19, en realidad es una de las vacunas más investigadas que se usan hoy en día.

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“No creo que ninguna vacuna del mundo haya sido sometida a un escrutinio de seguridad tan minucioso como las vacunas contra el COVID”, dijo el doctor Kawsar Talaat, profesor adjunto de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. Talaat es también codirector de investigación clínica del Instituto para la Seguridad de las Vacunas de la escuela.

El doctor William Schaffner, catedrático de medicina preventiva y enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, afirmó que “no cabe duda de que la vacuna contra el COVID es actualmente una de las vacunas mejor estudiadas que usamos en todo el mundo”.

Como ocurre con todas las vacunas, fármacos y tratamientos médicos, nada está completamente exento de riesgos, señaló Schaffner. Incluso fármacos tan comunes como el ibuprofeno pueden causar lesiones a determinadas personas.

Pero en general, el riesgo de las vacunas contra el COVID-19 son “acontecimientos adversos poco frecuentes”, dijo.

Aunque el proyecto ha salido de la comisión, eso no significa necesariamente que vaya a convertirse en ley. El Proyecto de Ley 1024 del Senado tendrá que ser aprobado por el Senado en pleno dos veces antes de ser remitido a la Cámara de Representantes de Texas.