Propuesta de desaparecer Comipems preocupa a quienes acaban de hacer el examen para ingresar al bachillerato

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El examen de Comipems representa una oportunidad para que el hijo de Verónica Hernández, vecina del municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, pueda estudiar en uno de los bachilleratos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aunque los planteles de nivel medio superior de esta institución no quedan cerca de su domicilio.

Para ella y su hijo es la posibilidad de que en un futuro pueda tener el pase automático a la UNAM. Sin embargo, la jefa de gobierno electa, Clara Brugada, y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, plantean la desaparición de la Comisión Metropolitana de Instituciones de Educación Media Superior (Comipems), lo que genera incertidumbre y dudas entre madres y padres de jóvenes que recientemente participaron en el concurso.

“Nosotros pusimos las primeras tres opciones de la UNAM, en cuarto lugar una Vocacional del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en quinto pedimos un Conalep y al último una Preparatoria Anexa a la Escuela Normal”, detalla Verónica. Todos estos planteles quedan a más de una hora de su casa, pero afirma que prefiere estas opciones a las que tiene más cerca.

“Vivimos en el municipio de Nezahualcóyotl, y hay varios planteles, nos quedan cerca varias escuelas, pero ninguna a la que mi hijo quiera ir. Además, no considero que las que tenemos en la zona alcancen el nivel de la UNAM o del Politécnico, por eso es que no creo que desaparecer el Comipems sea buena idea”, agrega.

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Entre la promesa de desaparecer Comipems, el próximo 9 de agosto más de 285 mil jóvenes egresados de la secundaria conocerán los resultados del examen único de ingreso al Bachillerato.

Ante los pocos detalles que se conocen de la propuesta, familias manifiestan su inquietud por la posibilidad de que las escuelas de nivel medio superior sean asignadas conforme a la zona de los domicilios de los estudiantes, o que éstos tengan que presentar un examen de ingreso por cada institución.

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Foto: Cuartoscuro/Archivo

 

De acuerdo con madres de familia entrevistadas por Animal Político, el examen de Comipems fue un proceso que les resultó útil y sencillo, además de que garantiza que todos los jóvenes tengan un lugar dónde estudiar y que tengan la libertad de escoger hasta 20 opciones educativas que consideren más afines a sus intereses.

Por ello, expresan su preocupación por que los planteles sean asignados por cercanía a los domicilios, ya que esto podría limitar las posibilidades de quienes viven en zonas marginadas, o que deban presentar diferentes exámenes sin que se asegure que tendrán un lugar para estudiar.

Verónica dice que, en caso de que su hijo no quede en alguna de sus primeras opciones para estudiar el bachillerato, se inscribirá en la escuela que le asigne el Comipems, aunque el siguiente año volvería a presentar el examen –si este aún existe– para intentar entrar a la UNAM.

“Él estuvo estudiando por su cuenta, además de que en la secundaria pública donde asiste les hicieron exámenes simulacro, pero tuvimos que buscar apoyo extra para que se preparara”.

“Dentro de todo, me parece que el Comipems sirvió mucho, la convocatoria fue muy clara y encontramos materiales de apoyo en internet, pero lo que sí me gustaría que cambiara es que cuando den los resultados podamos saber por qué no se quedaron los chicos, cuáles fueron sus debilidades, porque no conocemos cómo es que califican el examen”, señala.

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“Antes, algunos se quedaban con varios lugares y otros con ninguno”

Mariel Miranda recuerda que previo a la existencia de Comipems, cuando ella salió de la secundaria, “teníamos que hacer examen en todas las escuelas que quisiéramos, antes algunos se quedaban con varios lugares y otros con ninguno, lo que generaba mucho trabajo administrativo y tener que aplicar en cada una”, por lo que considera que no debería desaparecer este organismo ni el examen único.

Su hijo es uno de los 285 mil 280 jóvenes que realizaron el examen este año, con el que espera poder ingresar a alguna preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), vocacional del Instituto Politécnico Nacional (IPN), o en última opción a un CETIS, “en el que por antecedentes familiares sabemos que salen bien preparados”.

“Él tomó un curso de tres meses y estudió por cuenta propia con la guía de Comipems, así que no creo que quede fuera de sus primeras opciones”, afirma Mariel. En el caso de que su hijo decidiera buscar el ingreso a una escuela distinta el siguiente año, dice que no tendría problema si esta se le asigna por la zona donde viven, ya que son vecinos de Coyoacán, donde existe una oferta amplia de planteles.

“Aún así, me parece que el Comipems es una buena opción. Yo estaba acostumbrada al proceso anterior, donde se hacían exámenes en varias escuelas, y al principio estaba desconfiada, pero al final de cuentas el chiste es que nos aseguren que hay lugar para todos los jóvenes”, agrega.

Además, Mariel considera que la desaparición de Comipems no resuelve el problema de la falta de oportunidades educativas para los jóvenes, ya que al concluir el nivel medio superior tendrán que presentar exámenes de ingreso a las distintas universidades públicas, a menos que hayan estudiado en una preparatoria de la UNAM.

“¿De qué va a servir que tengamos que ver varias convocatorias, en varios lugares, o que se asignen las escuelas cercanas si de todos modos no hay garantía de que consigan entrar a la universidad?”, cuestiona.

Escuelas privadas, “el plan B”

Elise Montero es otra de las madres de familia que esperan resultados de Comipems. En su caso, considera que si su hijo no se queda en alguna de las primeras opciones que pidió para el medio superior –preparatorias de la UNAM y vocacionales del Politécnico–, la mejor opción es inscribirlo en una escuela privada.

“Cerca de la casa hay una vocacional y una preparatoria de la UNAM, lo que nos convendría en caso de que se asignen las escuelas por ubicación del domicilio, pero lo que hemos considerado en caso de que no se quede en sus primeras opciones este año es mandarlo a una particular, porque hay que tener un plan B en caso de que lo manden a algún Colegio de Bachilleres o un Conalep”, apunta Elise.

Aunque la inscripción de su hijo podría alcanzar un costo de hasta 15 mil pesos entre el pago de la primera colegiatura, así como la compra de uniformes, libros y útiles escolares, la educación en una escuela privada es alternativa que más la ha convencido.

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Foto: Cuartoscuro/Archivo

 

Sin embargo, comenta que el hecho de que exista la posibilidad de que los jóvenes no sean aceptados en sus primeras opciones no es motivo para que se considere la desaparición de Comipems, ya que el examen único facilita los trámites que deben hacerse para que estos entren a estudiar el nivel bachillerato.

“No creo que sea correcto que lo quiten”, considera Montero, ya que “si bien es cierto que hay desigualdades en el proceso, y que todos quisiéramos que nuestros niños tuvieran lugar en la escuela que quieren, Comipems es muy útil, porque no tenemos que pagar en cada institución y presentar varios exámenes”.

En su experiencia, lo que podría mejorarse es la asignación de planteles para que los estudiantes realicen el examen, ya que en su caso tuvo que transportarse desde la alcaldía Venustiano Carranza hasta Tlalpan, en donde se encuentra la escuela en la que su hijo tuvo que presentarse.

Con o sin Comipems, padres buscan cursos

Tras su nombramiento como futuro titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Mario Delgado reiteró que se eliminará el Comipems, como propuso Claudia Sheinbaum durante su campaña como candidata a la presidencia de México.

Pese a que especialistas han criticado la propuesta porque no resuelve los problemas de desigualdad en el acceso a la educación de calidad, Delgado anunció que recibió instrucciones de la presidenta electa “de que revisemos todos los modelos que hay actualmente de media superior, revisar también las condiciones en que trabajan todos los maestros de este nivel educativo y que se construyan las preparatorias que hagan falta para que ningún estudiante que quiera estudiar la preparatoria se quede sin la posibilidad de hacerlo, y que esto nos lleve a terminar con la famosa prueba del Comipems“.

A pesar de que esta posibilidad está sobre la mesa, madres y padres de familia ya buscan cursos para el concurso de asignación de escuelas de nivel medio superior del próximo año.

Maricruz Zermeño, maestra dedicada a preparar estudiantes para el examen de Comipems, comenta que aunque todavía falta un año para el siguiente concurso para el nivel medio superior, y aunque es posible que sea eliminado este método de ingreso, algunas madres y padres de jóvenes que se encuentran a punto de salir de la secundaria ya la buscaron para pedirle que abra un nuevo curso para inscribir a sus hijos.

“Tengo 14 años preparando alumnos para el examen de Comipems, yo soy arquitecta de carrera, pero la vida me llevó por otro camino, y ahora me dedico a apoyar a jóvenes para que logren quedarse en sus primeras opciones”, cuenta Zermeño.

Aunque se preocupó por la noticia de que van a desaparecer el Comipems, porque esto podría afectar parte de su trabajo -ya que también da clases de regularización para estudiantes de primaria y secundaria, así como cursos de ingreso a la educación superior-, Maricruz afirma que el interés de las madres y padres de familia porque se abran cursos para sus hijos no ha cambiado.

“Actualmente ya hay padres de familia y alumnos que me han buscado para que les de cursos para el próximo año, y aunque yo les he dicho que no sabemos si se va a quitar Comipems, ellos piensan que hay que estar preparados en caso de que cada escuela aplique su propio examen”.

“En los años que tengo enseñando nunca conocí a un padre de familia que quisiera que quitaran el Comipems, o que expresaran su inconformidad de que los jóvenes tuvieran que presentar un examen, y tampoco los alumnos, ellos ya están mentalizados en que tienen que concursar por un lugar”, comenta la profesora.