Nueva prohibición de asilo obligará a muchos migrantes a quedarse en México, donde enfrentan discriminación

Los ciudadanos haitianos son el grupo más numeroso de solicitantes de asilo político en México. Pero de los casi 19,000 que han solicitado protección para permanecer en el país este año, solo 62 han obtenido el estatus legal de refugiado.

Esta baja tasa de aceptación, en comparación con los 3,848 hondureños a los que las autoridades mexicanas ya han concedido protección como refugiados este año, es uno de los ejemplos que activistas a favor de los inmigrantes y trabajadores humanitarios señalan al hablar de su oposición a una nueva regla de la administración del presidente Joe Biden que prohíbe a los inmigrantes solicitar asilo en Estados Unidos si no lo han solicitado primero en otro país por el que hayan viajado.

La regla, que entra en vigor este viernes, forma parte de una serie de nuevas medidas radicales que la administración ha puesto en marcha a medida que la regla de salud pública de emergencia de la era de la pandemia, conocida como Título 42, llegaba a su fin. Bajo la política de la era de Trump, más de 2.8 millones de migrantes fueron expulsados rápidamente de la frontera sur de Estados Unidos durante tres años.

Ahora, dicen activistas, en lugar de volver a la política anterior en la que los migrantes podían presentarse en persona en un puerto de entrada estadounidense y solicitar asilo, Estados Unidos los obligará a elegir entre la deportación y el destierro o permanecer en lugares plagados por el tipo de violencia y pobreza de la que huyen, y sin protecciones migratorias sólidas.

“Esta prohibición de asilo no es más que un cambio de marca de las políticas dañinas y racistas de la administración de Trump, que obligaron a tantas personas y familias, incluidos niños, a ponerse en peligro”, dijo Abby Maxman, presidenta y directora ejecutiva de Oxfam America. “Buscar asilo es un derecho legal y humano: uno que no debe depender del país del que se huye, la ruta de su viaje hacia Estados Unidos o la forma de entrada”.

Migrantes cruzan el Río Grande hacia el lado estadounidense, desde Matamoros, México, el jueves 11 de mayo de 2023. Los migrantes se apresuraron a cruzar la frontera con México el jueves con la esperanza de entrar en Estados Unidos en las últimas horas antes de que se levantaran las restricciones de asilo relacionadas con la pandemia. (AP Photo/Fernando Llano)

Kevin Keen, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, dijo que aunque la agencia celebra el fin del Título 42, considera que “elementos clave de la regulación son incompatibles con los principios del derecho internacional de los refugiados”.

“El reglamento restringirá el derecho humano a solicitar asilo”, dijo. “Solicitar asilo es un derecho humano fundamental”.

El jueves, mientras el reloj se acercaba a la hora límite de las 11:59 p.m. para la expiración del Título 42 y otras normas sanitarias por el COVID-19, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) rechazaron las críticas de que estaban sometiendo a migrantes ya vulnerables al peligro y la violencia.

“Escuchamos estas críticas, pero no estamos de acuerdo con ellas”, dijo el subsecretario interino de Política Fronteriza y de Inmigración del DHS, Blas Núñez-Neto, en una convocatoria de prensa con periodistas. Insistió en que según las normas nueva “la gente sigue teniendo derecho a solicitar asilo en la frontera”.

Núñez-Neto dijo que el DHS está ofreciendo otras formas de llegar legalmente a Estados Unidos. Él y otros han destacado el éxito de más de 100,000 haitianos, cubanos, nicaragüenses y venezolanos a quienes se ha permitido entrar en Estados Unidos con un nuevo programa humanitario.

“Como todos los países, tenemos la necesidad de hacer cumplir nuestras leyes en la frontera y también hemos trabajado con los países aliados en la región para que amplíen sus canales legales para los migrantes y hagan cumplir sus leyes en sus fronteras”, dijo Núñez-Neto en la llamada, realizada en español.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, volvió a insistir en que cualquier persona que llegue a la frontera sin usar una vía legal enfrentará consecuencias más duras, incluida una prohibición de reingreso de al menos cinco años y un posible enjuiciamiento penal.

“Estamos preparados para procesar y expulsar humanitariamente a las personas que no tengan una base legal para permanecer en Estados Unidos. Tenemos 24,000 agentes de la Patrulla Fronteriza en la frontera y hemos enviado miles de soldados y contratistas, y más de mil agentes de asilo para ayudar a hacer cumplir nuestras leyes”, dijo. “No crean las mentiras de los contrabandistas. La frontera no está abierta”.

Martha Youth, subsecretaria adjunta encargada de Asuntos de Inmigración del Departamento de Estado, dijo que la administración ha proporcionado más de $4,000 millones en ayuda humanitaria y ayuda al desarrollo a la región en los dos últimos ejercicios fiscales. Una parte de esa ayuda se destinó a apoyar a los inmigrantes y a ayudar a los gobiernos a ampliar sus propios sistemas de asilo.

Pero estas cifras no sirven de consuelo a los activistas a favor de los migrantes y a los trabajadores humanitarios en México, que, en virtud de un acuerdo con Estados Unidos, ha acordado aceptar hasta 30,000 haitianos, cubanos, nicaragüenses y venezolanos devueltos desde Estados Unidos cada mes.

Para estos migrantes y otros que están en una ruta migratoria que a veces abarca hasta 11 países —algunos migrantes comienzan su viaje por tierra desde lugares tan lejanos como Brasil—, significa permanecer en países que no los quieren o donde enfrentan prejuicios étnicos y raciales.

George MacLeod, profesor del St. Mary’s College de Maryland, quien visitó recientemente la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana, dijo que conoció a varios haitianos que describieron la imposibilidad de inscribir a sus hijos en escuelas mexicanas y la discriminación de los caseros mexicanos.

“Un hombre describió haber pasado hambre durante dos días para poder enviar dinero a su familia, y que con los salarios del mercado negro, ya que el trabajo oficial es difícil, era difícil incluso hacer frente a los gastos básicos de alquiler y comida en Tijuana”, dijo MacLeod.

Según estadísticas oficiales de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados del gobierno de México, las solicitudes de asilo de refugiados haitianos tuvieron la tasa de respuesta positiva más baja en 2022 y en lo que va de este año, entre los cinco países que encabezan la tabla de solicitudes. Los otros son Honduras, El Salvador, Cuba y Venezuela.

Un migrante hace un gesto a Guardias Nacionales de Texas que están detrás de una alambrada en la orilla del río Grande, visto desde Matamoros, México, el jueves 11 de mayo de 2023. Las restricciones de asilo en EEUU relacionadas con la pandemia, conocidas como Título 42, expiraron el 11 de mayo (AP Photo/Fernando Llano).
Un migrante hace un gesto a Guardias Nacionales de Texas que están detrás de una alambrada en la orilla del río Grande, visto desde Matamoros, México, el jueves 11 de mayo de 2023. Las restricciones de asilo en EEUU relacionadas con la pandemia, conocidas como Título 42, expiraron el 11 de mayo (AP Photo/Fernando Llano).

El año pasado, solo 12% de todas las solicitudes de asilo haitianas que fueron finalizadas concluyeron con una respuesta positiva, en comparación con el 97% de las solicitudes de los venezolanos.

Hasta el mes pasado, casi 19,000 haitianos han solicitado el estatus de refugiado este año en México, aunque la tasa de respuesta positiva sigue bajando.

En dos informes recientes, la ONU señaló que 46% de las personas en tránsito por Guatemala entre enero de 2022 y febrero de 2023 atribuyeron a la violencia, la inseguridad y la discriminación las razones para huir de su países.

Otro estudio de la ONU señaló que México, que tuvo un récord de 130,000 solicitudes de asilo en 2021, ha tenido dificultades para mantenerse al día con las solicitudes.

Jessie Valcin, quien nació en Haití y trabaja con migrantes en un refugio en Tijuana, dijo que los migrantes de Haití, así como de naciones africanas, enfrentan rutinariamente discriminación en México, especialmente en materia de atención médica.

El mayor problema suele ser la barrera del idioma. A los haitianos en particular a menudo se les niega la atención médica porque no tienen un intérprete, dijo Valcin, que estudia Psicología en una universidad mexicana.

Recuerda dos casos en particular. Uno fue el de una mujer haitiana embarazada de seis meses a la que se negó el tratamiento porque se presentó en el hospital sin intérprete. Otro caso fue el de una mujer guatemalteca embarazada que iba a dar a luz, no hablaba español y a su marido no se le permitió entrar en la sala de partos para ayudarla.

“El médico repetía que sabía que los guatemaltecos hablaban español”, dijo Valcin, añadiendo que la mujer solo hablaba una lengua indígena.

“La profesión médica tiene un sistema que es discriminatorio y racista”, dijo, recordando casos en los que mujeres embarazadas han dado a luz en las escaleras de los hospitales porque no se les permitió la entrada por falta de intérpretes. “La vida de los migrantes en México es muy dura y a menudo enfrentan la delincuencia”.

Ni siquiera los migrantes hispanohablantes han sido inmunes. July Rodríguez, activista venezolana en México, dijo que nunca solía ver prejuicios contra los venezolanos en México, hasta ahora.

Guardias Nacionales de Texas a lo largo de un tramo de alambre de púas mientras una mujer migrante con un niño intenta cruzar hacia Estados Unidos, en las orillas del Río Grande, como se ve desde Matamoros, México, el jueves 11 de mayo de 2023. Los migrantes se apresuraron a cruzar la frontera con México el jueves con la esperanza de entrar en EEUU en las últimas horas antes de que se levantaran las restricciones de asilo relacionadas con la pandemia. (AP Photo/Fernando Llano)

Rodríguez acusó a los funcionarios locales de algunas ciudades fronterizas mexicanas de difundir mensajes xenófobos, que ahora se han extendido a la Ciudad de México con “gente maldiciendo a los venezolanos por la calle, deseándoles la muerte a veces”.

“Los oigo decir eso sin que se den cuenta que yo también soy venezolana, porque me callo”, dijo.

Lizbeth Guerrero, abogada venezolana que vive en México, afirmó que los migrantes enfrentan extorsiones y desapariciones forzadas, dados los altos índices de delincuencia del país. Con tantos venezolanos avanzando hacia Estados Unidos, le preocupa lo que pueda venir.

Desde octubre, Estados Unidos devuelve a México a los venezolanos que intentan cruzar ilegalmente la frontera. Ahora, en virtud de un acuerdo entre la administración de Biden y México, a ellos se unirán decenas de miles de cubanos, haitianos y nicaragüenses a quienes, tras ser detenidos por agentes fronterizos estadounidenses, se les preguntará si desean regresar voluntariamente a México, donde podrán solicitar permiso legal para entrar en Estados Unidos. En caso que decidan no regresar, los migrantes serán colocados en procesos de expulsión acelerada, serán expulsados y se les prohibirá la entrada en Estados Unidos durante al menos cinco años.

“No sabemos qué va a hacer México con toda esta gente que va a ser devuelta”, dijo Guerrero. “A veces se escuchan comentarios como, México los va a seguir recibiendo, pero uno se pregunta, ¿en qué condiciones? ¿Los van a seguir teniendo como ahora, con gente pasando momentos difíciles en campamentos que no tienen más que tiendas de campaña? ¿Donde no tienen agua ni electricidad? ¿Y donde no tienen absolutamente nada para quedarse y estar bien?”.

Guerrero dijo que a pesar de los mensajes de los funcionarios estadounidenses de que la frontera no está abierta, los migrantes siguen avanzando hacia Estados Unidos, creyendo erróneamente que una vez que terminara el Título 42 la frontera se abriría instantáneamente.

Con el sistema de asilo mexicano ya desbordado y los migrantes luchando por sobrevivir en el país sin documentos, Guerrero dijo que no puede evitar preocuparse por lo que pueda pasar.

“Todo el apoyo que hemos visto ha venido de la sociedad civil y no del gobierno”, dijo Guerrero. “Al contrario, lo que ha hecho el gobierno es crear más trabas a las personas en tránsito”.