Programas de Chespirito, criticados pero igual hacían reír

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 4 (EL UNIVERSAL).- Que si es injusto que programas tan entrañables como los de Chespirito dejaran de transmitirse desde este fin de semana, que si ya era hora de dejarlo descansar... En las redes sociales se dispara el debate, y en el mundo real, los recuerdos por un teleshow que era parte de la cotidianidad desde los años 70. Mientras tanto, Grupo Televisa y Grupo Chespirito buscan llegar a un acuerdo,

Roberto Gómez Fernández, productor de las series animadas de El Chavo y El Chapulín e hijo de Roberto Gómez Bolaños, se limita a decir que "aún no puede hablar porque todavía no es oportuno", mientras que Florinda Meza, su viuda y quien dio vida a personajes como Doña Florinda y a La Chimoltrufia, prefiere estar al margen por ser "ajena al conflicto".

El novelista, ensayista y periodista Pepe Gordon recuerda que los integrantes del cuarteto estadounidense "Kronos Quartet" le comentaron que en su búsqueda de sonidos que se filtran en las calles en la cultura mexicana, se toparon con una lonchería con una tele en blanco y negro de la que salían imágenes aderezadas de una singular versión de una obertura de Beethoven. Descubrieron que era la entrada de un programa de televisión, y fue así como descubrieron a Roberto Gómez Bolaños y al Chavo del Ocho. Producto de ese descubrimiento crearon "Chavo suite", y al estreno invitaron a Chespirito.

"Me habló de su amor y respeto por la creatividad de nuestra lengua, de sus estudios de dramaturgia y de cómo su nombre de batalla provenía de su admiración por Shakespeare, que tropicalizado y en diminutivo se volvía Chespirito. Hablamos de su mundo y de la popularidad del Chavo del Ocho, que había trascendido en toda América Latina. Cuando terminó la entrevista, ya en la calle, uno de los camarógrafos estaba llorando. Había conocido a Chespirito".

Para el periodista Nicolás Alvarado, los programas de Roberto Gómez Bolaños hacían reír de manera auténtica, cosa que ya no sucede en las pantallas desde hace años.

"Han sido terriblemente criticados los programas de Chespirito, lo cual a mí me parece injusto y me parece que además acusa un sesgo de clase. Había un cierto orgullo en alguna época de las familias de clase media alta de prohibir a sus hijos ver a Chespirito, yo creo que se equivocaban, yo crecí viendo los programas de Chespirito como muchísimos niños mexicanos".

Chespirito, agrega, marcó "uno de los grandes hitos en la historia de la televisión nacional", y sí, sigue vigente, sigue haciendo reír.