Profesora vio inspiración en protestas en Columbia, pero alcalde de NY la llamó "agitadora externa"

Nahla Al-Arian visita el campamento de protesta propalestino en el campus de la Universidad de Columbia, el jueves 25 de abril de 2024, en Nueva York. (Laila Al-Arian vía AP)

NUEVA YORK (AP) — Antes de que los agentes de la policía ingresaran a la Universidad de Columbia el martes por la noche, y de que arrestaran a más de 100 personas mientras desalojaban un edificio escolar ocupado y un campamento, el alcalde neoyorquino Eric Adams dijo que recibió información de inteligencia que cambió su postura respecto a las manifestaciones en los campus universitarios contra la guerra en la Franja de Gaza.

“Agitadores externos” que trabajan para “radicalizar a nuestros hijos” estaban llevando a los estudiantes hacia tácticas más extremas, afirmó el alcalde. Y uno de ellos, dijo Adams varias veces en entrevistas con los medios de comunicación el miércoles, era una mujer cuyo esposo fue “condenado por terrorismo”.

Sin embargo, la mujer a la que el alcalde se refirió no estuvo en el campus de Columbia esta semana, no se encuentra entre los manifestantes que fueron detenidos y no ha sido acusada de ningún delito.

Nahla Al-Arian, de 63 años de edad, comentó el miércoles a The Associated Press que Adams había informado erróneamente su papel en las protestas y los hechos sobre su esposo, Sami Al-Arian, un exprofesor de ingeniería informática y notable activista palestino.

Sami Al-Arian fue detenido en 2003 por cargos de haber apoyado al grupo palestino Yihad Islámica en las décadas de 1980 y 1990, pero un jurado rechazó declararlo culpable de los cargos en su contra. El complicado caso permaneció en el limbo jurídico durante años, incluso después de que aceptó un acuerdo de culpabilidad en relación con un cargo menor que, según su familia, aceptó para salir de la cárcel y acabar con su sufrimiento. Fue deportado a Turquía en 2015, poniendo fin a un caso que algunos consideraron como un ejemplo de una extralimitación gubernamental.

Nahla Al-Arian, una profesora de escuela primaria jubilada, dijo que acudió a Columbia, pero no para enseñarle a nadie sobre desobediencia civil.

“Todo este asunto es una distracción porque están muy asustados de que los jóvenes estadounidenses están al tanto por primera vez de lo que está pasando en Palestina”, comentó Nahla Al-Arian. “Ellos son los que me influenciaron. Ellos son los que me dieron la esperanza de que por fin el pueblo palestino puede conseguir algo de justicia”.

Señaló que ha perdido a decenas de familiares a causa de los bombardeos israelíes de los últimos meses y que quería ver de cerca el campamento, así que se detuvo en el campus brevemente el 25 de abril mientras visitaba la ciudad de Nueva York en un viaje no relacionado junto a sus dos hijas. Dijo que se sentó en el jardín por poco tiempo, pero que no habló directamente con ningún manifestante, a quienes describió como “ocupados y hermosos”.

“Me senté y me sentí feliz de ver a esos estudiantes luchando por justicia para el pueblo oprimido en Palestina”, comentó. “Pero estaba cansada, entonces me fui”.

Una fotografía en la que aparece arrodillada sola junto a una tienda de campaña, tomada por su hija y publicada en la red social X por su esposo, avivó rápidamente las acusaciones de un vínculo terrorista con la protesta.

La afirmación fue repetida por cuentas de derecha en las redes sociales. Una publicación que obtuvo más de un millón de vistas en X decía erróneamente que la mujer habría estado entre los manifestantes cuando la policía entró en el campus. La publicación mencionaba fuentes del Ayuntamiento y ya fue eliminada. Pero la afirmación se propagó ampliamente, alimentando una narrativa —que ha sido disputada enérgicamente por los organizadores estudiantiles— de que el movimiento propalestino de Columbia ha sido cooptado por fuerzas externas.

En una aparición el miércoles en el programa CBS Mornings, Adams dijo que la división de inteligencia de la policía de Nueva York había identificado a personas entre los manifestantes “que eran profesionales, bien entrenados. Una de ellas estaba casada con alguien que fue detenido por terrorismo”. Al ser cuestionado sobre los detalles, declinó dar el nombre de la mujer, pero sugirió que los periodistas podrían averiguarlo consultando las redes sociales.

En declaraciones al programa Morning Joe de la cadena MSNBC, Adams también dijo que sus sospechas sobre influencias externas en los estudiantes se habían confirmado después de que la policía identificara a una mujer de la “organización” de la protesta cuyo “esposo fue detenido y condenado por terrorismo a nivel federal”. En una conferencia de prensa realizada más tarde ese mismo día, Adams sugirió que personas ajenas a la organización habían enseñado a los estudiantes de Columbia a montar barricadas para repeler los intentos de la policía de desalojarlos, y dijo: “Todas estas son habilidades que se enseñan y se aprenden”.

La policía se negó a dar detalles sobre qué grupos pueden haber estado implicados o a decir cuántas de las 109 personas detenidas en Columbia el martes por la noche no estaban relacionadas con la universidad. Incluso antes de que los estudiantes entraran en el Hamilton Hall, la policía había afirmado, sin ofrecer pruebas, que un grupo externo estaba ayudando a financiar y organizar el campamento.

Las fuerzas policiales llevan mucho tiempo intentando desacreditar las protestas aludiendo a “agitadores externos”, un término que se remonta al movimiento por los derechos civiles. Los agentes de policía de Nueva York hicieron afirmaciones similares durante las manifestaciones que estallaron en toda la ciudad tras la muerte de George Floyd en 2020, y en ocasiones señalaron que las marchas pacíficas encabezadas por activistas vecinales eran el trabajo de extremistas violentos externos.

Los estudiantes de Columbia han sido claros sobre el hecho de que cuentan con miembros externos de la comunidad entre su movimiento. Pero los organizadores afirman que sus acciones han sido dirigidas por alumnos, algunos de los cuales dijeron haber estudiado de cerca las tácticas utilizadas por quienes tomaron varios edificios universitarios en 1968 para protestar contra la Guerra de Vietnam y el racismo.

En un comunicado, el grupo que está detrás del campamento de protesta, Columbia University Apartheid Divest, defendió su derecho a “incluir a personas de fuera de la Ivy League o de la torre de marfil en este movimiento global”.

“Un ‘agitador externo’ es una calumnia utilizada por la extrema derecha para desacreditar la formación de coaliciones y la lucha contra el racismo”, señala el comunicado.

Laila Al-Arian, una periodista que acompañó a su madre en la visita al campamento el 25 de abril, dijo que las declaraciones del alcalde desenterraban recuerdos dolorosos de la lucha jurídica de su padre, que incluyó un largo periodo en régimen de aislamiento. Adams, señaló, “estaba apelando a los instintos racistas más básicos de la gente” para tratar a los musulmanes como personas externas peligrosas.

“Mi madre quería ver este hermoso acto de solidaridad de cerca”, añadió. “El hecho de que la gente utilice a mi padre para desprestigiar a estos estudiantes, que puede que ni siquiera estuvieran vivos cuando todo esto estaba ocurriendo, es vergonzoso en muchos sentidos”.