Productores hondureños de camarón echan de menos a Taiwán y esperan mejor oferta de China
Marcovia (Honduras), 21 dic (EFE).- Los pequeños productores de camarón en el sur de Honduras echan de menos el mercado de Taiwán, que pagaba un buen precio por el crustáceo, y lamentan que a más de un año de que su país estableció relaciones con China, no se haya logrado un acuerdo comercial para ingresar al gigante asiático.
En marzo de 2023, el Gobierno de Honduras anunció la ruptura de sus relaciones con Taiwán y pocos días después la apertura con China, entre la aceptación de algunos sectores y el rechazo de otros.
Esa ruptura es un duro golpe para los grandes, medianos y pequeños productores hondureños de camarón, que tenían asegurado una buena parte de su mercado con Taiwán y están experimentando pérdidas. Esperan que el Gobierno que preside Xiomara Castro logre un buen acuerdo comercial para abrirse campo en el mercado chino, que por razones de libre comercio ofrece precios bajos.
En junio pasado, el director de la Asociación Nacional de Acuicultores (Andah), Javier Amador, indicó luego de una Exposición Internacional de Pesquería y Mariscos de China, que Honduras podría llegar a exportar 250 contenedores de camarón al país asiático, lo que creó muchas expectativas entre los productores hondureños.
Pero en octubre, Amador dijo a los periodistas que después de varias conversaciones y visitas de expertos chinos a fincas de camarón hondureño, solo han comprado "un contenedor" y calificó de "desagradable y grosera" la respuesta de China.
Rafael Montoya, un pequeño productor de camarón en el sector de Marcovia, departamento de Choluteca, sur de Honduras, dijo a EFE que cuando escucharon que China compraría 250 contenedores sintieron "alegría", la que se apagó con el anuncio de que los chinos "solo habían agarrado un contenedor y venían los demás para atrás".
"Eso es un problema para nosotros, porque si ese camarón regresa al mercado local, entonces nos inunda y nosotros los pequeños productores no podemos vender", agregó Montoya.
Según Montoya, la situación era buena cuando Taiwán les compraba el camarón, pero ahora es difícil porque incluso han cerrado varias empacadoras y solo ha quedado trabajando una, de la cual ha "escuchado que también la van a cerrar".
Si cerrara esa empresa exportadora "quedamos más terminados nosotros", subrayó Montoya.
La tormenta Sara agudizó la situación de los productores
La situación de los productores de camarón en el sur de Honduras, principalmente de los pequeños y medianos, se agudizó por las intensas lluvias a causa de la tormenta Sara, que en noviembre afectó a casi todo el país.
Debido a las lluvias y el desbordamiento de ríos caudalosos como el Choluteca, que desemboca en el Golfo de Fonseca (Pacífico), las partes bajas fueron inundadas, dejando sumergidas grandes extensiones de cultivos agrícolas y lagunas artificiales de camarón, entre otros graves daños a la economía nacional.
Las inundaciones mezclaron el agua dulce de los ríos con la salada del Golfo de Fonseca, destruyendo además las bordas de varias fincas de camarón cultivado, cuyo producto se perdió, según productores locales.
"Aquí las bordas no resistieron. Tenemos una pérdida de 5.000 libras (2.272 kilos) que nos hace un total de pérdidas de 180.000 lempiras (unos 7.000 dólares)", relató Montoya mientras mostraba a EFE las pequeñas lagunas en las que tenía 8.000 libras (3.636 kilos) de camarón y la destrucción de un tramo de una borda a causa de las inundaciones de noviembre.
Montoya cultiva 4,5 hectáreas, produciendo en cada ciclo, que dura unos tres meses, 8.000 libras de camarón pequeño que vende a compradores mayoristas, y según su relato, no cultiva un producto grande porque resulta muy caro.
A pesar de las pérdidas que le dejó el temporal, Montoya piensa seguir cultivando camarón, contrayendo una deuda con un laboratorio que le abastece de larvas, a lo que hay que sumar el alimento concentrado y otros requerimientos, y el agravante de que al momento de cosechar, el intermediario le pague un precio bajo.
Germán Reyes
(c) Agencia EFE