Prioridad a la niñez después de Otis

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Como sabemos, un huracán azotó la costa del estado de Guerrero con una fuerza descomunal de grado 5. Los daños causados por Otis confirman la importancia de anticiparnos a las nuevas realidades del cambio climático. Tenemos que estar profundamente conscientes que a quienes más afecta es a determinados grupos de población, justamente los más desprotegidos y marginados, y entre ellos el que nos ocupa en primer lugar es la niñez.

La situación llevó a declarar oficialmente la emergencia en seis municipios del estado, con los daños más severos en Acapulco y Coyuca de Benítez; la destrucción de casas, negocios, hoteles, servicios y fábricas, así como los deslaves y bloqueo de carreteras, caminos, puentes y calles. Las inundaciones y desbordes de corrientes dejaron una devastación muy extensa. Al día de hoy, la estimación es que hay 222 mil viviendas afectadas, de las cuales 51 mil podrían ser de pérdida total. Por días no se dio una atención coordinada a las necesidades inmediatas de la población, y además de la interrupción del servicio eléctrico, la telefonía y la disponibilidad de agua, y de la imposibilidad para continuar con los servicios educativos, de la escasez de alimentos, de combustible y de medicinas, se padecieron saqueos y momentos de violencia.

Finalmente se hizo público, el 31 de octubre, un Plan General de Reconstrucción y Apoyo a la Población afectada, señalando la coordinación de la autoridad federal para atender diversos aspectos de las 250 mil familias damnificadas, en el primer cálculo. Las acciones anunciadas se concentran en entregas -de canastas básicas y de enseres domésticos- y en ajustes económicos -anticipo de los apoyos sociales ya vigentes, prórrogas o quitas de pagos e impuestos, otorgamiento de créditos, apoyo en efectivo para auto-reconstrucción de hogares afectados-, en la instalación de un cuartel de la Guardia Nacional en cada colonia de más de mil viviendas, la continuación de la búsqueda de desaparecidos. En el Plan no se mencionan explícitamente ajustes mayores para la infraestructura pública, no hay referencia a la coordinación con la respuesta humanitaria de las organizaciones sociales, ni tampoco se prevén espacios de consulta, de participación o de rendición de cuentas a la población.

Sobre nuestra razón de ser como Save the Children, que es lograr cambios inmediatos y duraderos en la vida de niñas, niños y jóvenes, cambios que se desprenden de la forma en que el mundo les considera, y al ejercicio pleno de sus derechos, en el Plan del gobierno federal, por el momento, sólo encontramos que se habla de los jóvenes en el punto 3, en el que se señala que se reclutará a diez mil de ellas y ellos para la limpieza, con el esquema del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”; mientras que sobre las niñas y niños, la única referencia es el punto 4, en el cual se postula que se otorgará el doble de becas. Esperamos que en las formulaciones de los días siguientes se vayan precisando las urgentes tareas de las agencias del Estado para convocar a las familias, los educadores, los agentes de salud, las organizaciones y toda la sociedad para abordar las necesidades de protección, salud emocional, juego y aprendizaje de niñas, niños y jóvenes.

El equipo que está en campo por parte de Save de Children, además de realizar la entrega de 2,800 paquetes de alimentos y de 400 kits de higiene y limpieza familiar, en coordinación con las autoridades, se encuentra mapeando las necesidades en terreno, conversando con las familias y con los propios niñas y niños; expresan temor e inquietud, han sufrido falta de sueño y las experiencias con la precariedad continuada nos exigen actuar con contundencia. Pudimos también entregar 400 kits de bienestar, que incluyen pelotas para estrés, peluches, lápices, libros de mandalas, en un primer paquete para ayudar a la contención emocional y a favorecer la calma.

Por supuesto, lo primero para atender a la niñez es asegurar alimentación nutritiva y balanceada, hidratación e higiene; nos preocupa que se desarticule el esfuerzo de vacunación y proponemos que pronto agentes de todos los sectores ofrezcan alternativas para cuidar la salud mental. La experiencia con la pandemia por Covid 19 nos enseñó, con amargo costo, que es urgente establecer espacios seguros y de desarrollo de la niñez, pues estar fuera de la cotidianidad de la escuela no sólo afecta los aprendizajes, sino que golpea en el estado de ánimo, desubica en el proyecto de vida y multiplica en forma alarmante la posibilidad de ser reclutado al trabajo informal o a las redes del crimen organizado, así como de sufrir abuso y hasta violencia sexual.

La decisión de Save the Children es quedarnos al menos 18 meses; que fluya la ayuda solidaria en estas primeras semanas es fundamental, pero lo es igualmente, trabajar en coordinación estrecha con las autoridades, como lo hemos venido haciendo, para que se ofrezcan espacios amigables a la niñez. Se requiere un trabajo dedicado a reestablecer a la brevedad el servicio escolar -tan sólo en Acapulco y Coyuca cerraron 1,536 escuelas, lo que deja sin clase a 184 mil estudiantes; urge que las escuelas que están operando ahora como albergues puedan ser sustituidas por otros espacios idóneos a esa función, y se permita que regresen a su función de centro educativo- y que en él se construya resiliencia.

Apoyar para procesar el duelo y la incertidumbre, para recuperar el juego y la imaginación, para dejar a niñas y niños ser sí mismos y poder desarrollarse en ambientes que es responsabilidad de las personas adultas proveer, es un gran reto. Pero junto con las autoridades, los aliados de otras organizaciones, las fundaciones y donantes, y las propias comunidades, vamos a dedicar recursos y talento; vamos a trabajar en la reactivación de los medios de vida, en la reconstrucción, en poner o mejorar instalaciones de agua y saneamiento, pues todo ello hace concreto el interés superior de la niñez, que una y otra vez hay que recordar a la sociedad y a los gobiernos como deber indeclinable. Pero, como primer paso, les tenemos que ver y les tenemos que escuchar: si alguien tiene una irrupción mayúscula en sus vidas por este evento, son niñas y niños. Si no se los llevó de entre nosotros un huracán, que no se los lleve la inacción y la indiferencia.

Te invito a conocer más de lo que estamos haciendo en emergenciahumanitaria.mx.

* David Calderón es Director de Calidad Innovación e Impacto en Save the Children en México (@SaveChildrenMx), organización independiente líder en la promoción y defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Trabaja en más de 120 países atendiendo situaciones de emergencia y programas de desarrollo. Ayuda a los niños y niñas a lograr una infancia saludable y segura. En México, trabaja desde 1973 con programas de salud y nutrición, educación, protección infantil y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.

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