La princesa Catalina hace su primera aparición oficial en una carroza tras diagnóstico de cáncer

Sonriente en una carroza, la princesa Catalina hizo este sábado en Londres su primera aparición oficial tras el cáncer que le fue diagnosticado en marzo, en ocasión del desfile por el cumpleaños del rey Carlos III.

La última aparición de la princesa de Gales, de 42 años, esposa del heredero de la corona británica Guillermo, se remontaba a diciembre. Al mes siguiente se sometió a una misteriosa operación abdominal, previa al anuncio de su cáncer, del que no se conocen detalles.

Catalina, vestida de blanco y con un sombrero del mismo color que tapaba en parte su rostro, asistió al “Desfile del estandarte” (“Trooping the colour”), un acto protocolario organizado desde 1748 para celebrar los cumpleaños de los soberanos.

El monarca cumplirá 76 años el 14 de noviembre, pero la tradición dicta que se celebren los aniversarios de los soberanos en junio, con una temperatura más benigna, pese a que este sábado fue una jornada lluviosa, con un desfile militar y una aparición de la familia real en el balcón.

La princesa recorrió en un carruaje el Mall, la avenida principal que conduce al Palacio de Buckingham, acompañada de sus tres hijos, y después debía unirse a los demás miembros de la familia real tras el desfile para saludar desde el balcón.

El rey, también en tratamiento por un cáncer del que tampoco se conocen los detalles, participó en el desfile militar en un carruaje, con uniforme militar, acompañado de su esposa Camila, y no a caballo como el año pasado.

- Guillermo a caballo -

Su hijo Guillermo, de 41 años, marido de Catalina, también con uniforme militar, realizó a caballo el trayecto, igual que sus tíos, Ana y Eduardo, desde el Palacio de Buckingham, bajando por el Mall hasta Horse Guards Parade, una gran plaza para desfiles en el centro de Londres, donde el soberano inspeccionaría las tropas.

La popular princesa de Gales había anunciado el viernes su asistencia al acto tras indicar que está “teniendo buenos progresos, pero como cualquiera que pase por la quimioterapia sabrá, hay días buenos y días malos”.

La noticia fue recibida con alegría y alivio entre los británicos presentes el sábado por la mañana cerca del Palacio de Buckingham para asistir al desfile.

“Me alegré mucho al escuchar la noticia”, afirmó a la AFP, entusiasmada, Angela Perry, una profesora que vino de Reading, al oeste de Londres. “Es nuestra futura reina, es muy importante”, insistió.

Nicky Weech, una empleada bancaria, se acercó “el espectáculo”. “Le deseamos buena suerte”, añadió.

El mensaje emitido el viernes por la princesa estaba acompañado de una fotografía suya frente a un árbol junto a un río, tomada a principios de semana en Windsor, al oeste de Londres.

“Mi tratamiento continúa y lo hará durante unos meses más.En los días malos te sientes débil, cansada y tienes que dejar que tu cuerpo descanse. Pero en los buenos, cuando te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el sentirte bien”, escribió Catalina.

- Manifestantes antimonárquicos -

Entre los seguidores de la corona se mezclaron manifestantes antimonárquicos, que llevaban pequeñas banderas amarillas con el lema “Not my king” (No mi rey).

Catalina había anunciado el 22 de marzo en un vídeo que le habían diagnosticado un cáncer, del que no dio detalles, y que había comenzado sesiones de quimioterapia.

Aquel anuncio ponía fin a dos meses de conjeturas sobre su salud después de someterse a una misteriosa operación “abdominal”.

El anuncio sobre la enfermedad de Catalina significó el segundo mazazo para la familia real británica, menos de dos meses después de que el rey Carlos III fuera diagnosticado a su vez de cáncer.

El rey había anunciado el 5 de febrero su cáncer, tras haberse sometido antes a una operación de próstata.

Carlos III reanudó sus actividades públicas a finales de abril tras el anuncio de su cáncer, del que ha estado recibiendo tratamiento, después de que los médicos afirmaran que estaban “alentados” por los avances realizados en la lucha contra su efermedad.