Cómo son las primeras 48 horas de un bebé sano y cuáles son las complicaciones más frecuentes

Para los obstetras y neonatólogos, los procedimientos suelen repetirse salvo excepciones
Para los obstetras y neonatólogos, los procedimientos suelen repetirse salvo excepciones - Créditos: @Getty

El día del nacimiento de un hijo suele ser uno de los hitos más importante en la vida de una persona. La ansiedad por conocer la cara del bebé se mezcla con los nervios de los padres que esperan que todo el proceso de parto resulte exitoso. Si bien los obstetras y neonatólogos tienen una hoja de ruta bien definida, y esa rutina la repiten casi todos los días, un parto no deja de ser un momento en el que deben estar muy atentos por cualquier anomalía que pueda presentarse.

La semana pasada se conoció un hecho alarmante que derivó en una investigación judicial. En el Hospital Materno Neonatal de Córdoba fallecieron, al menos, cinco bebés en condiciones sospechosas. Cabe aclarar que este es un hecho absolutamente fuera de lo común y la Justicia buscará determinar si hubo mala praxis o si algún miembro del equipo les provocó la muerte de manera intencional. Con el fin de que los futuros padres conozcan el paso a paso de la hoja de ruta, LA NACION confeccionó una guía sobre cómo deberían ser las primeras 48 horas luego del nacimiento de un bebé sano.

En primer lugar, Mario Sebastiani, especialista en obstetricia, describe que los partos son vaginales o abdominales. “Tradicionalmente la cesárea se utilizaba para resolver los trabajos de parto que no lograrían un parto vaginal con un buen resultado para el recién nacido y la madre. La mirada era absolutamente biológica y naturalista. Aún hoy, la cesárea mantiene las indicaciones tradicionales, de falta de progresión del trabajo de parto, el compromiso de la salud fetal, entre otras”.

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¿Es necesario usar algún tipo de droga para facilitar el parto vaginal?

“Biológicamente el cuerpo de una mujer está preparado para efectuar una gestación y producir un trabajo de parto, un alumbramiento, la lactancia y el puerperio. El parto puede ser espontáneo en cuanto a que no sea necesaria ningún tipo de droga. En algunos casos la madre sí necesita de una analgesia para que sea más tolerado, o drogas para inhibir las contracciones porque hay más de las que puede tolerar el feto. O, por el contrario, drogas para estimular las contracciones dado que el trabajo de parto no progresa”, indica Sebastiani.

¿Cuáles suelen ser los controles de rutina y los inconvenientes más frecuentes?

Luciano Guido Vizcay, pediatra del Hospital Alemán, señala que los controles comienzan mucho antes de que nazca el bebé, por lo que los médicos ya suelen saber con qué tipo de complicaciones se podrían encontrar.

“Antes del parto, gracias a la historia clínica materna, uno se adelanta a cómo viene el bebé. Uno de los inconvenientes más comunes se da en los bebés que tienen un nacimiento posterior a las 41 semanas. Ahí se desencadena un reflejo de eliminación del meconio (materia fecal) dentro de líquido amniótico y existe el riesgo de que el bebé aspire ese meconio al nacer. Para esos casos siempre tenemos una cánula de aspiración para limpiar la zona nasal y la de la boca”, detalla Vizcay.

Comienza la “hora sagrada”

Magdalena de Elizalde, coordinadora del área de Maternidad y Recién Nacido Sano del Servicio de Neonatología del Hospital Austral, explica que a los primeros 60 minutos luego del nacimiento de un bebé se los suele llamar la “hora sagrada”. Un bebé sano debería ver vigoroso, rosado y debe llorar y respirar sin dificultad.

“En cuanto a los pies y las manos, pueden estar fríos, eso es normal. Sin embargo, las manos pueden estar cerradas, pero nunca rígidas. Si estuvieran rígidas habría que chequear que el bebé no tenga ningún problema neurológico o que, por ejemplo, haya sufrido el parto por algún motivo. Una vez que nace, por lo general lo primero que se hace es poner al bebé en contacto con la madre, piel con piel, el mayor tiempo posible. Se trata de respetar ese primer contacto con la madre ya que es la transición entre la vida intrauterina y la extrauterina”, argumenta de Elizalde.

La especialista indica que el siguiente paso, aproximadamente dos minutos después del parto, es revisar el cordón umbilical. Y, si dejó de latir, se procede a cortarlo. Luego se realiza un examen físico, llamado test de Apgar.

“En el test Apgar, que se realiza en los primeros cinco minutos después del parto, se inspecciona el aspecto físico de pies a cabeza, se lo ausculta, se evalúan sus reflejos y el color de la piel, entre otros indicadores. Luego al bebé se le pone un puntaje que va del 1 al 10 y eso les sirve a los especialistas para hacer un pronóstico sobre la salud del recién nacido”, agrega de Elizalde.

Luego de que el bebé es controlado empiezan las indicaciones para que se pueda alimentar. Primero, sostiene Vizcay, la madre empieza con el calostro, que es la primera leche que se produce cuando se inicia la lactancia. Luego, el bebé a través de la succión estimula la producción de leche. “Siempre decimos que la alimentación sea a demanda, es decir, que el bebé se prenda al pecho cuando quiera y que la madre lo coloque de 15 a 20 minutos en cada mama”, destaca el especialista.

Las horas posteriores al parto

Dos horas después del parto al bebé se lo sigue controlando, se le aplica la vacuna de la Hepatitis B, se le da una dosis de un miligramo intramuscular de vitamina K y se le pone eritromicina ocular para evitar una conjuntivitis si el parto fue por vía vaginal. “El color de la piel es evaluado desde las primeras 24 horas con mucha atención. El color amarillo puede indicar aumento de la bilirrubina en el organismo del bebé este aumento si llega a niveles críticos puede producir trastornos de tipo neurológicos. El tratamiento consiste en luminoterapia, una luz que ayuda a la eliminación de dicho elemento”, dice Viscay.

Los días siguientes al parto

A las 48 horas se realiza la pesquisa neonatal, en la que se le saca sangre al bebé. Por lo general se extraen unas gota del talón, y se realiza un análisis para buscar enfermedades, como el hipotiroidismo.