PRI de México recuerda a candidato presidencial asesinado en 1994

El candidato del PRI Luis Donaldo Colosio en campaña presidencial en Ciudad de México, el 28 de noviembre de 1993, un año antes de ser asesinado (AFP/Archivos | Files)

Veinte años después de su asesinato en pleno acto proselitista, Luis Donaldo Colosio, entonces candidato presidencial del PRI de México, se mantiene en el imaginario popular como el mandatario que el país necesitaba pero que fue acribillado por hacer pública su aparente intención de reformar ese partido que este domingo lo homenajea. "Aquel 23 de marzo de 1994, México perdió a un gran líder. Colosio era un hombre de servicio, hombre de familia, provenía de la cultura del esfuerzo. Era un político visionario", dijo en días recientes el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, con quién el Partido Revolucionario Institucional (PRI), otrora partido hegemónico de 1929 al 2000, volvió al poder en diciembre de 2012. El PRI recordará este domingo a Colosio -quien fue también diputado, senador, presidente de ese partido y titular de la secretaría de Desarrollo Social- con una guardia de honor en su monumento de la capital mexicana, una ceremonia en una universidad privada, la proyección de un documental y un concierto de música clásica. Colosio "se comprometió a concretar la transformación democrática de México; sus legatarios, las siguientes generaciones de políticos de corrientes diversas, tomamos la estafeta que su abrupta ausencia dejó y la adoptamos como consigna", aseguró en el homenaje César Camacho, presidente del PRI. El político fue asesinado a los 44 años de dos balazos mientras caminaba al término de su mitin del 23 de marzo de 1994 entre la nutrida multitud que asistió a escucharlo en el empobrecido barrio Lomas Taurinas de la ciudad de Tijuana, fronteriza con California (suroeste de Estados Unidos), un crimen atribuido oficialmente a un "asesino solitario", aunque algunos sectores aún sostienen que se trató de una operación en la que participó más de una persona. La figura de Colosio, puntero en sondeos de ese época, cobró mayor fuerza cuando su esposa, Diana Laura Riojas, falleció ocho meses después por un cáncer de páncreas, dejando huérfanos a sus hijos, Luis Donaldo de 8 años, y Mariana, de menos de un año. - "Un hombre exigente, pero leal" - Colosio -titulado como economista- fue un "hombre vertical, riguroso con sí mismo, exigente con sus amigos pero siempre brindando una gran lealtad", dijo su esposa en su funeral en el norteño estado de Sonora, de donde era originario. Una encuesta de la firma Mitofsky de febrero arrojó que 66,1% de los consultados dijeron que Colosio "hubiera sido un buen presidente", en un momento en el que México enfrentaba la aparición de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (EZLN, izquierda) conformada por indígenas del sureño estado de Chiapas. "Lo mataron porque no iba con las tendencias políticas (...) fue el último idealista mexicano", comentó a la AFP Alejandro Macías, que tenía 19 años cuando Colosio fue asesinado poco antes de las elecciones presidenciales. El 6 de marzo de 1994 Colosio pronunció ante unas 50.000 personas congregadas en el Monumento de la Revolución de la capital mexicana un discurso con alusiones al PRI -que ese año cumplía 65 años consecutivos en la presidencia de México-, considerado a la postre por muchos como el detonante de su asesinato. Ese día propuso "la reforma del poder (...) para democratizarlo y para acabar con cualquier vestigio de autoritarismo. Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder". También reconoció el alzamiento del EZLN como un "llamado a la conciencia de todos los mexicanos". "La tesis del asesino solitario es completamente frágil", ha dicho Jesús Zambrano, actual presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda). "Fue un crimen fraguado desde el poder", dijo Alfonso Durazo, secretario particular de Colosio en entrevista con la cadena estadounidense CNN. - "Colosio no era un rupturista" La investigación judicial plasmada en más de 100 tomos concluyó que el único responsable del crimen fue Mario Aburto, un obrero de 23 años, descrito como un individuo con padecimientos siquiátricos y profundamente inconforme con el sistema político. Raymundo Riva Palacio, reconocido columnista en México, rechazó la sospecha generalizada de que el crimen involucra al entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), de quien aparentemente Colosio se había distanciado. "El momento que inmortalizó a Colosio en el imaginario colectivo fue un discurso (el del 6 de marzo) que construyó la imagen de un político rupturista con un sistema que respiraba despotismo ilustrado, y de alejamiento formal de quien lo había hecho candidato", Salinas de Gortari, expuso Riva Palacio. "Colosio no era la figura rupturista que muchos creen", era en realidad partícipe de la intención de Salinas de crear un nuevo partido, según Riva Palacio. Minutos después del asesinato de Colosio, Mario Aburto fue detenido en Lomas Taurinas e inmediatamente se declaró culpable, pero para algunos periodistas y expertos no es más que un chivo expiatorio.