Como nuevo presidente del Colegio de Abogados de la Florida, este jurista de Coral Gables defiende la salud mental
Durante cuatro años en la década de 1980, Roland Sánchez-Medina Jr. estudió mucho en la Universidad de Miami. Su familia de inmigrantes cubanos no tenía riqueza generacional, por lo que sintió la presión de hacer que su experiencia universitaria fuera importante, graduándose con un título en finanzas y encontrando rápidamente trabajo como analista de crédito bancario.
Pero cuando pensó cómo sería tener una carrera que realmente le gustara, recordó su época en la clase de Educación Cívica en la escuela miamense Belen Jesuit Preparatory.
“Quiero hacer algo positivo todos los días”, le dijo al Miami Herald.
Sánchez-Medina se arriesgó y cambió de rumbo: fue a la facultad de derecho y comenzó una nueva carrera como abogada. Este verano, la abogada de Coral Gables fue nombrada presidenta del Colegio de Abogados de Florida.
En Florida, cualquier abogado que desee ejercer la abogacía debe ser miembro del Colegio de Abogados, y Sánchez-Medina aspira a que cada uno de los más de 112,000 miembros tenga un alto nivel de exigencia. Pero además de aplicar medidas disciplinarias por indiscreciones, también quiere que los miembros que se enfrentan a factores estresantes relacionados con la salud mental se sientan respaldados.
En su nuevo cargo, una de sus principales prioridades es asegurarse de que los abogados del estado gocen de buena salud mental. El bienestar de los abogados puede pasarse por alto, dijo, y quiere cambiar eso. Un estudio de 2023 publicado en la revista Healthcare citó una investigación que mostraba que en una muestra de 13,000 abogados, 28% sufría depresión, 21% tenía problemas de abuso de alcohol y 11% abusaba de las drogas.
“Tenemos que hablar de ello en algún nivel”, dijo Sánchez-Medina. “Es algo que se esconde debajo de la alfombra porque los clientes no quieren que sus abogados tengan problemas de salud mental o abuso de sustancias”.
Sánchez Medina nació en La Habana en 1966. Su padre era cirujano ortopeda y se mudó con su familia desde Cuba para trabajar en la República del Congo. Después de vivir allí durante dos años, la familia encontró asilo político en Sudáfrica y poco después se mudó a España. Sánchez Medina tenía 9 años cuando su familia se mudó a Miami.
“Lo que me parece sorprendente es que mis padres tuvieron dos hijos pequeños y dejaron el país en el que se habían establecido”, dijo. “Es la historia de los inmigrantes que se ve tanto en el sur de Florida. Este país les estaba dando a mis padres la oportunidad de triunfar”.
Aunque los orígenes de su familia fueron humildes, su padre ganó suficiente dinero trabajando como cirujano como para enviarlo a Belen. Fue allí donde Sánchez-Medina se interesó por la educación cívica y el sistema de justicia.
Después de la Universidad de Miami y su breve paso por el banco, asistió a la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York y comenzó su carrera legal en 1992.
Sánchez-Medina dijo que siempre quiso hacer más que simplemente trabajar en una oficina todo el día y facturar horas a sus clientes con el objetivo de ganar dinero. La necesidad de retribuir lo llevó a unirse a la Asociación de Abogados Cubanoamericanos en 2001 como miembro de la junta directiva y en 2009 fue elegido presidente de la organización.
“Disfruté muchísimo de mi experiencia en la Asociación de Abogados Cubanoamericanos por las amistades que hice y las diferencias que se pueden ver al ayudar a los abogados”, dijo.
Ser útil a otros abogados y construir relaciones ayudó a Sánchez-Medina a encontrar su propósito en un sector que, según él, a menudo puede ser estresante e ingrata.
Teniendo en cuenta el estrés que implica trabajar en el ámbito jurídico, Sánchez-Méndez se centra en mejorar el estilo de vida de los miembros del Colegio de Abogados de Florida. Se recomienda a los miembros del Colegio de Abogados de Florida que busquen asesoramiento con Florida Lawyers Assistance y, según la situación, a veces se les exige que obtengan asesoramiento.
Además de una exigente carrera en derecho, Sánchez-Medina y su esposa, la también abogada Johanna Armengol, de 57 años, son los padres de Mariana, graduada de Harvard de 26 años; Alessandra, graduada de la Universidad de Vanderbilt, y Christian, estudiante de último año de secundaria de 17 años.
En última instancia, Sánchez-Medina considera que su mayor responsabilidad como abogado es representar a los estadounidenses de ascendencia cubana.
“Quiero que otros cubanoamericanos sepan que es posible lograrlo”, dijo. “Quiero asegurar que la comunidad cubanoamericana se sienta orgullosa de mí. La razón por la que trabajo duro es porque quiero que la gente diga que cuando deje el Colegio de Abogados, está mejor que cuando entró. Para mí es importante no hacer un trabajo decente, sino un trabajo fantástico”.