Nuevo presidente de la Cámara baja de EEUU enfrenta su primer examen por financiación del Gobierno

Imagen de archivo del nuevo presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, durante su nombramiento en el Capitolio, Washington, EEUU.

Por David Morgan

WASHINGTON, 1 nov (Reuters) - El nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Mike Johnson, se enfrenta a una prueba temprana para ver si puede unificar a su dividida mayoría en el hemiciclo mientras trata de evitar un cierre parcial del Gobierno dentro de poco más de dos semanas.

El legislador de Luisiana, que lleva cuatro periodos en la Cámara baja, intentará aprobar tres proyectos de ley de gastos para 2024, que podrían ayudar a aplacar a los conservadores de línea dura, antes de pasar a una medida provisional para mantener financiadas a las agencias federales más allá del 17 de noviembre.

No obstante, las tensiones entre los partidarios de la línea dura y los centristas, que condujeron a la histórica destitución del predecesor de Johnson este mes, amenazan con socavar los proyectos, que financiarían el poder legislativo; el transporte, la vivienda y el desarrollo urbano; y el Departamento del Interior y el medio ambiente hasta el 30 de septiembre.

"Están en peligro", dijo el representante Don Bacon, un republicano centrista de Nebraska que advirtió que las exigencias del sector de línea dura de profundos recortes al gasto podrían dividir aún más a la bancada.

Johnson ya ha escuchado las exigencias de los partidarios de la línea dura al pedir que se vote el jueves un proyecto de ley de 14.300 millones de dólares para ayudar a Israel en su guerra contra Hamás. Separó esa ayuda de la financiación para Ucrania, pese a las objeciones de demócratas y de algunos moderados republicanos, y ha intentado pagar la ayuda recortando el dinero que los demócratas destinaban al Servicio de Impuestos Internos.

El plan de compensar la ayuda a Israel con dinero para la agencia federal de recaudación de impuestos también socava el objetivo republicano de austeridad fiscal. La Oficina Presupuestaria del Congreso, que no es partidista, informó el miércoles de que la pérdida de dinero para el IRS reducirá los ingresos federales en casi 27.000 millones de dólares y añadirá 12.500 millones al déficit federal durante la próxima década.

Las medidas sobre la ayuda a Israel y las asignaciones suponen una primera prueba de la capacidad de Johnson y su estrecha mayoría de 221-212 para ponerse de acuerdo entre ellos y trabajar con los demócratas, que controlan el Senado y la Casa Blanca.

Los partidarios de la línea dura presionan para que se recorte el gasto y se logren victorias políticas, como una mayor seguridad fronteriza, como parte de cualquier medida de financiación temporal conocida como resolución continua (RC) para evitar un cierre parcial del gobierno.

El anterior presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, fue destituido por un pequeño grupo de partidarios de la línea dura tras aceptar aprobar una RC con el apoyo de los demócratas. La disputa interna que siguió ha dejado a muchos republicanos cautelosos de iniciar otra discusión por el cierre del Gobierno.

Eso aumenta la probabilidad de que Johnson opte finalmente por una RC "limpia", sin condiciones ni recortes de gastos.

(Editado en español por Ricardo Figueroa)