La Presidencia húngara intenta reavivar el debate sobre la desregulación de los OGM

La Presidencia húngara intenta reavivar el debate sobre la desregulación de los OGM

En los primeros días de su presidencia semestral de las negociaciones intergubernamentales, Hungría ha cuestionado una propuesta para equiparar una nueva generación de cultivos modificados genéticamente a las variedades producidas mediante técnicas convencionales, con el fin de reabrir un controvertido expediente político de la UE.

Mientras la presidencia del Consejo de la UE se ha caracterizado hasta ahora por el enfado ante los viajes improvisados del primer ministro Viktor Orbán a Moscú y Pekín, el personal diplomático de Bruselas ha incluido discretamente en el orden del día de una reunión de delegados nacionales el 19 de julio una propuesta de revisión de las normas de la UE sobre cultivos modificados genéticamente.

En un documento de debate fechado el 3 de julio y visto por 'Euronews', la Presidencia húngara señala el "punto muerto" en que se encuentran los Estados miembros desde que la Comisión Europea propuso el año pasado la desregulación de ciertos tipos de cultivos modificados genéticamente.

El Reglamento sobre Nuevas Técnicas Genómicas (NTG) permitiría una regulación más flexible de una nueva categoría de cultivos creados a partir de la modificación de la secuencia de ADN de un organismo mediante técnicas que no estaban disponibles cuando se adoptó, hace más de 20 años, la actual Directiva sobre OGM, que exige estrictos controles de seguridad y vigilancia.

Bélgica estuvo a punto de alcanzar una posición de compromiso sobre la propuesta, en un intento de eliminar el retraso legislativo antes de ceder las riendas a Hungría, pero fracasó en el último intento debido a las dudas existentes sobre si estos nuevos productos vegetales deberían ser patentables, lo que, según los críticos, podría dar lugar a monopolios y limitar las posibilidades de elección de los agricultores.

Los defensores de los OGM acogieron con satisfacción un nuevo aplazamiento que, según ellos, daría tiempo a los legisladores para debatir aspectos más amplios de la evaluación de riesgos y examinar un dictamen del organismo regulador francés de la salud y la seguridad alimentaria ANSES, que se ha mostrado contrario a tratar los productos NTG como equivalentes a los cultivos convencionales.

Ahora parece que ese retraso podría ser aún mayor, ya que Hungría pretende reabrir el debate sobre la equivalencia, argumentando que una evaluación basada únicamente en el número y tamaño de las modificaciones genéticas podría no ser suficiente para establecer el riesgo que plantea un nuevo producto transgénico en comparación con un cultivo convencional con un largo historial de seguridad.

Entre otros puntos del documento húngaro, la mayoría de ellos planteados en un momento u otro durante el pasado año de negociaciones, figuraban preocupaciones que iban desde el etiquetado y la identificación de las plantas NTG hasta las exportaciones y la compatibilidad de la desregulación propuesta con el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad de la ONU.

Mientras Hungría busca reabrir el debate, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria publicó el 10 de julio una esperada evaluación de la propuesta francesa, en la que concluye que las plantas con modificaciones genéticas dentro del umbral propuesto para las plantas de "categoría 1" podrían surgir espontáneamente o por mutación aleatoria.

"Por lo tanto, está científicamente justificado considerar las plantas NTG de categoría 1 como equivalentes a las plantas criadas convencionalmente con respecto a la similitud de las modificaciones genéticas y la similitud de los riesgos potenciales", escribió la EFSA.

El dictamen científico del organismo regulador de la UE fue aprovechado por los defensores de la desregulación como un apoyo más a su postura de que los cultivos NTG no son lo mismo que los OGM en los que se trasplanta un gen de una especie a otra. Petra Jorasch, responsable de defensa de la innovación de la asociación comercial Euroseeds, afirmó que reabrir el debate sobre la equivalencia podría hacer retroceder el debate político cinco años.

"Consideramos que el enfoque del documento [húngaro] es un intento de ralentizar la adopción de la propuesta y el avance hacia una regulación adecuada y basada en la ciencia, negando el acceso del sector agrícola a los avances en innovación en mejora vegetal", dijo Jorasch a 'Euronews'.

La activista de Greenpeace Eva Corral criticó a la EFSA por un dictamen que, en su opinión, tampoco coincide con las conclusiones de las agencias austriaca y alemana de medio ambiente UBA y BfN.

"El dictamen de la EFSA contradice a las agencias nacionales europeas, incluida la ANSES en Francia, que advierten de los riesgos potenciales de los nuevos OGM para la salud humana y el medio ambiente y piden que todos los nuevos OGM se sometan a controles de seguridad y seguimiento".

El Parlamento Europeo ya ha acordado su posición sobre la reforma de la normativa sobre OGM, y está a la espera de un acuerdo intergubernamental para que el proceso pueda avanzar.