A preservar el "tíbiri"

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 4 (EL UNIVERSAL).- Ahora que la alcaldesa en Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, "casi prohíbe" los bailes sonideros, se prepara este sábado 4 de marzo un gran "tíbiri" en la explanada de esa demarcación, para que saques los pasos prohibidos.

Pero la historia del sonidero corre por la sangre de los chilangos. Se trata de un género que surgió en CDMX durante la década de los 60 como una alternativa para las fiestas de clases populares que no podían pagar por una orquesta en vivo.

Pablo Perea de León, uno de los precursores de este movimiento cultural gracias a su sonido Arcoíris, amenizaba fiestas en su barrio con sus discos de salsa a todo volumen; pero decidió ofrecer a sus conocidos nuevos géneros alejados del danzón que los hicieran bailar compuestos por ritmos venezolanos, cubanos, dominicanos, panameños, colombianos y puertorriqueños que vieron nacer a la rumba, ritmo batanga y chachachá.

Según el artículo "Los sonideros en México", publicado por la revista "Interdisciplinaria" del INAH, el lugar ideal para experimentar este ambiente fue El Peñón de los Baños, ubicado en la Alcaldía Venustiano Carranza, conocida como la "Colombia chiquita".

Con el paso de los años, los sonideros se han consolidado como parte de la historia del país, por la forma en que se convirtieron en una especie de maestros de ceremonias en las fiestas. Incluso algunos han participado en festivales como el Cervantino y el Vive Latino.

Con el nacimiento de una capital del sonidero, también surgió el baile "tíbiri" que imitaba los pasos de Germán Valdés "Tin Tan". Antes de que los sonideros se convirtieran en un movimiento cultural, las personas detrás de ellos tenían equipos precarios, según el artículo "Los sonideros en México".

La mayoría sólo contaba con un amplificador, una tornamesa, un bafle y una enorme cantidad de discos. Con el objetivo de ofrecer un entretenimiento que pudiera competir con los grupos musicales, incorporaron el micrófono para formar parte de las fiestas.

Además de Sonido Arcoíris, existieron otras familias que fundaron sus sonidos en la CDMX. El texto "De fiesta callejera: historia de los sonideros de Tepito", publicado por la revista "Tierra Adentro", identifica a Sonido Pancho como uno de los primeros que ganó relevancia en el "barrio bravo".

En 1968 Francisco González, mejor conocido como "Pancho", fundó esta organización junto a sus hermanos. En la actualidad, Jesús González selecciona la música y otorga el estilo urbano que lo llevó a presentarse en el Vive Latino 2015.

El festival musical dedicado al rock también fue escenario en 2014 de otro pionero en Tepito: Sonido La Changa. Ramón Rojo es el fundador y desde 1968 ha puesto a bailar a los mexicanos fuera de la capital, pues se presentó en el Cervantino en 2022 y el Festival de las Culturas en Madrid, España, así como todo el sur de Estados Unidos.

Aunque la escena musical de los sonideros parezca ser dominio de hombres, desde inicios de 1960, Guadalupe Reyes Salazar fundó Sonido La Socia en Tepito, esto de acuerdo con la Secretaría de Cultura de la CDMX.

Reyes fue amiga cercana de la Matancera, lo que mantenía popular su sonido. Además, la Fonoteca Nacional la identificó como la pionera que definió gran parte de las estrategias de los sonideros.