Presentaron a Clementina XXI, la supercomputadora que compró la Argentina y está entre las 100 más potentes del mundo

Presentaron la computadora Clementina XXI, que es la más potente de América Latina y estará al servicio de la ciencia y la tecnología nacionales
Presentaron la computadora Clementina XXI, que es la más potente de América Latina y estará al servicio de la ciencia y la tecnología nacionales - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Clementina XXI ya se encuentra en una habitación refrigerada en el edificio del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Se trata de la computadora destinada al sector público de la ciencia y tecnología más potente de América Latina y la número 82 del mundo, según dijo Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, que estuvo hoy en la presentación de esta novedad cuya capacidad de cómputo equivale a 15.000 celulares trabajando al mismo tiempo y con el mismo objetivo.

El nombre de la supercomputadora se inspira en “Clementina XXI”, la primera computadora de uso científico que se instaló en el país en 1960, bajo la gestión del científico y matemático Manuel Sadosky. Si bien la “supercomputadora” está Instalada en el edificio del SMN, esa inmensa capacidad de cómputo estará a disposición de 21 instituciones públicas que se dedican a la investigación científica.

Clementina XXI fue instalada en el edificio del Servicio Meteorológico Nacional
Clementina XXI fue instalada en el edificio del Servicio Meteorológico Nacional - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Celeste Saulo, actual directora del SMN y quien próximamente será la secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, describe que las funcionalidades de Clementina “no tienen límites”.

“Esta computadora viene a retomar la idea de la primera Clementina XXI, que era formar recursos humanos y acompañarlos de un sistema de cómputos que permitiera que la ciencia argentina pudiera tener avances importantes. Esta capacidad de cómputo se puede aplicar a la física de materiales, a la biología molecular, a la nanotecnología, a la astrofísica, a la meteorología, o a cualquier disciplina que necesite hacer modelos para resolver, simular y experimentar posibles estados”, señala Saulo.

Para los entendidos, Clementina XXI tendrá una capacidad de 15.4 petaFLOPS, siendo cada petaFLOP igual a 1000 teraFLOPS. Cada teraFLOP tiene la capacidad de hacer un trillón de cálculos por segundo. Esto representa un avance significativo en comparación con las computadoras con las que actualmente cuenta el SMN. La más potente hasta ahora se llama Huayra Muyu y tiene unos 340 TeraFLOPS.

La computadora más potente con la que contaba el Servicio Meteorológico Nacional se llama Huayra Muyu y tiene 40 veces menos capacidad de computo que Clementina XXI
La computadora más potente con la que contaba el Servicio Meteorológico Nacional se llama Huayra Muyu y tiene 40 veces menos capacidad de computo que Clementina XXI - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Una vez que la computadora comience a funcionar, que estiman será en las próximas semanas, se lanzarán llamados abiertos anuales o semestrales de los que podrán participar científicos de todas las jurisdicciones del país. Cada grupo interesado deberá presentar un proyecto explicando qué es lo que quieren hacer y cuál es el tiempo que necesitan. Una vez evaluado por pares, se les asignará una determinada cantidad de horas para utilizar la capacidad de Clementina XXI.

Clementina XXI fue adquirida en el marco de la Iniciativa Nacional de Supercómputo, implementada conjuntamente entre las carteras de Ciencia, de Defensa, el SMN y el CONICET, licitada por la empresa Lenovo y financiada por el ministerio de Ciencia con fondos provenientes de un crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

Para Filmus, que estaba acompañado por el ministro de Defensa, Jorge Taiana, agregó que esta computadora representa un paso enrome para la ciencia argentina. “Es una inversión total aproximada de 2100 millones de pesos. Es la computadora más importante de América Latina al Servicio del público y la 82 a nivel mundial. Estos instrumentos son indispensables para estudios de genómica, diseño de fármacos, nuevos materiales, diseño industrial, modelado de cuencas petroleras y gasíferas, el desarrollo de la inteligencia artificial y la ciencia de datos, el modelado de sistemas complejos, la confección de pronósticos meteorológicos, entre otras cosas”, indicó Filmus.

Los ministros de Defensa y Ciencia y Tecnología e Innovación, Jorge Taiana y Daniel Filmus, junto a Celeste Saulo, directora SMN
Los ministros de Defensa y Ciencia y Tecnología e Innovación, Jorge Taiana y Daniel Filmus, junto a Celeste Saulo, directora SMN - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Por su parte, Taiana remarcó que, como el SMN pertenece al área de defensa, esta computadora será un apoyo destacado para las operaciones de las distintas fuerzas.

El vicepresidente corporativo de Programación Estratégica del CAF, Christian Asinelli, manifestó que el aporte que los organismos multilaterales de crédito pueden hacer hoy para estimular el desarrollo científico y tecnológico es clave para el futuro, pero también para el presente de América Latina y el Caribe. “El fortalecimiento de los sistemas de ciencia y tecnología es indispensable para transformar las matrices productivas, así como para contribuir a la generación de empleo y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, agregó.

Un poco de historia

La Clementina original que usó Sadosky contaba solo con 5Kb de memoria RAM, tenía 18 metros de largo y pesaba 500 kilos, a diferencia de la actual que ocupa solo un espacio de, aproximadamente, tres por tres metros.

Si bien la capacidad de computo de aquella máquina hoy no llama la atención, hace 61 años esas cifras eran muy llamativas. De hecho, fue la primera computadora científica del país, se ocupó de resolver cálculos complejos y fue el símbolo de un proyecto que pretendía desarrollar la ciencia y tecnología argentina. Su nombre en realidad era “Mercury” y llegó al país en barco en 1960, tras haber sido encargada a la fábrica británica Ferranti, pero se la conoció popularmente como “Clementina”, porque al finalizar un cálculo la máquina ejecutaba un sonido con los acordes de la canción “Oh My Darling’ Clementine”.