Príncipe saudí cambia la dinámica de Oriente Medio ante las dudas sobre el apoyo de EEUU
Por Aziz El Yaakoubi
RIAD, 3 abr (Reuters) - El impredecible príncipe heredero de Arabia Saudita está presionando con fuerza para cambiar la dinámica de Oriente Medio, entablando relaciones con viejos enemigos y orquestando recortes de petróleo de la OPEP como los del domingo, que tomaron por sorpresa al mercado mundial.
El príncipe heredero Mohammed Bin Salman, conocido como MbS, ha señalado que está dispuesto a actuar en solitario, sin la ayuda de Estados Unidos, para lograr los objetivos saudíes, ya sea restableciendo lazos con adversarios de Washington como Irán, o retirando oferta del mercado petrolero y enfureciendo a los consumidores.
La estrategia está diseñada para crear las condiciones que permitan a Riad centrarse en el vasto plan de transformación económica de MbS, Visión 2030, en el que ha invertido cientos de miles de millones de dólares, con la esperanza de que abra el reino conservador a los negocios y al turismo, cuando enfrenta una cada vez mayor competencia regional.
El cambio estratégico comenzó en 2019 tras los devastadores ataques contra las instalaciones petroleras de Saudi Aramco -tras lo cual Riad cuestionó el compromiso de seguridad de Estados Unidos con la región- y cobró impulso tras los ataques israelíes contra objetivos iraníes, según analistas.
El reino espera evitar quedar atrapado en el fuego cruzado, dicen.
"Arabia Saudita está pasando del distanciamiento al involucramiento para poder centrarse en impulsar la Visión 2030", dijo el analista saudí Abdulaziz Sager.
El reino se ha lanzado a la carrera diplomática, restableciendo relaciones con Irán y aceptando un acercamiento a Siria en su intento de reconstruir alianzas regionales, en lugar de apoyarse totalmente en Estados Unidos, la gran potencia que es su aliado desde hace mucho tiempo.
Arabia Saudita tiene previsto invitar al presidente Bashar al-Assad a una cumbre de la Liga Árabe que Riad acogerá en mayo, han dicho tres fuentes familiarizadas con los planes, una medida que pondría fin formalmente al aislamiento regional de Siria.
El reino también anunció su decisión de unirse a la Organización de Cooperación de Shanghái, liderada por China, una señal de que está cultivando una relación a largo plazo con Pekín a expensas de Estados Unidos.
Un funcionario saudí declaró que tanto Estados Unidos como China son socios muy importantes para Riad.
"Desde luego, esperamos no formar parte de ninguna competencia o disputa entre las dos superpotencias. No somos una superpotencia, pero somos un actor importante en la región y en la economía mundial", dijo el funcionario, que no quiso que se mencionara su nombre.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo el lunes que Riad sigue siendo un socio estratégico para Washington aunque ambos no estén de acuerdo en todas las cuestiones. Washington y Riad están trabajando para hacer frente a los desafíos de seguridad comunes, dijo.
La creciente asertividad de Riad se extiende a las políticas petroleras.
El domingo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo liderada por Arabia Saudita y sus aliados (OPEP+), incluida Rusia, anunciaron nuevos recortes de la producción de unos 1,16 millones de barriles diarios (bpd), lo que provocó la desaprobación de Estados Unidos.
El Centro de Investigación del Golfo, un grupo con sede en Arabia Saudita, dijo que los recortes de la OPEP demuestran que los principales productores de petróleo pueden liberarse de la presión de Estados Unidos y Occidente y seguir una política independiente que anteponga sus intereses nacionales.
"Ahora estamos en un mercado petrolero de 'Primero Arabia Saudita'. Los productores no solo ganan más, sino que disfrutan de mucha más influencia geopolítica cuando los mercados están tensos", sostuvo Jim Krane, investigador del Instituto Baker de la Universidad Rice.
REPARAR RELACIONES
En un importante acuerdo auspiciado por China, Riad llegó a un pacto con Teherán para reanudar las relaciones diplomáticas, tras años de enconada rivalidad que han alimentado los conflictos en Oriente Medio.
Elisabeth Kendall, experta en Oriente Medio del Girton College de Cambridge, afirmó que el giro de 180 grados podría haberse visto espoleado por la escalada del enfrentamiento entre Israel e Irán.
"Es probable que Arabia Saudita espere que, al descongelar las relaciones con Irán, evitará verse envuelta en otro conflicto regional, eliminando así el riesgo de otro ataque iraní directo contra su infraestructura, como los de 2019 contra Aramco", dijo Kendall sobre los hechos en los que Irán negó responsabilidad.
El domingo, las fuerzas israelíes atacaron con aviones puestos de avanzada iraníes en Siria, dijo el Ministerio de Defensa sirio. Fuentes de inteligencia occidentales afirmaron que fueron alcanzadas una serie de bases aéreas en el centro de Siria en las que había personal iraní.
El ataque, el más reciente de una serie contra instalaciones militares iraníes en Siria, aliado cercano de Teherán, hizo surgir el espectro de una confrontación regional más amplia que pondría a los aliados estadounidenses del Golfo en la línea de fuego en caso de que se intensificaran las operaciones militares.
Los anteriores, contra instalaciones petrolíferas saudíes y contra un depósito de combustible de Emiratos Árabes Unidos por parte de las fuerzas hutí yemeníes respaldadas por Irán, habían puesto de manifiesto la incertidumbre que rodea el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de sus aliados árabes, lo que ha llevado a Riad a presionar para que se baje la tensión con Teherán y se diversifiquen sus socios en materia de seguridad.
Nunca ha habido un diálogo serio, ni en el seno del Gobierno estadounidense ni con los saudíes, sobre las condiciones en las que Washington acudiría en defensa de Riad en caso de ser atacada, afirmó Bilal Saab, director del Programa de Defensa y Seguridad del Instituto de Oriente Medio en Washington.
"Los saudíes no quieren verse inmersos en una guerra a tiros entre Irán y Estados Unidos. No confían en que Washington les proteja", afirmó Saab.
Los crecientes lazos de Riad con Pekín han provocado inquietud en Washington, que afirma que los intentos chinos de ejercer influencia en todo el mundo no cambiarán la política estadounidense hacia Oriente Próximo.
Shadi Hamid, de la Brookings Institution de Washington, dijo que la opinión de Riad de que Estados Unidos está cada vez más desvinculado de la región no es del todo errónea.
"El príncipe heredero ha decidido cubrir sus apuestas, como concesión a la realidad pero también como forma de provocar a Estados Unidos para que preste más atención a sus preocupaciones de seguridad", dijo Hamid.
"Estados Unidos se ha molestado pero no ha tomado represalias de ningún tipo, lo que a su vez ha envalentonado a Arabia Saudita para seguir profundizando su relación con los principales adversarios de Washington".
(Reporte de Aziz El Yaakoubi, reporte adicional de Ghaida Ghantous y Maha El Dahan. Editado en español por Javier López de Lérida)