La posición social y el contexto familiar influyen en el desarrollo cognitivo

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Hablamos de desarrollo cognitivo para referirnos a cómo crecen y maduran nuestras formas de pensar a medida que crecemos. Eso incluye una amplia gama de procesos que van desde cómo percibimos el mundo hasta cómo recordamos información, generamos ideas y empleamos nuestra imaginación.

Son numerosos los psicólogos han ayudado a entender este desarrollo. Jean Piaget, por ejemplo, describió el desarrollo cognitivo como un proceso continuo hasta la edad adulta. Se inicia entre el nacimiento y los dos años, cuando exploramos el mundo con nuestros sentidos. Y concluye una vez que somos capaces de pensar abstractamente y de controlar los impulsos, entre los 11 y los 20 años. Se puede medir a través de la inteligencia, analizando cómo resolvemos problemas.

¿Qué influye en el desarrollo cognitivo?

Algunos piensan que es principalmente hereditario. Sin embargo, un estudio reciente sugiere que solo el 0.5 % de la inteligencia estaría relacionada con la genética, mientras que el 20 % estaría influenciado por el ambiente.

Según esta misma investigación, la posición social es el factor con mayor peso, aunque tampoco explica del todo las diferencias en el desarrollo cognitivo.

Aquí es donde interviene la teoría ecológica de Bronfenbrenner, que nos dice que el desarrollo infantil ocurre en diferentes entornos que interactúan entre sí alrededor del niño o niña. Estos entornos incluyen aspectos tan amplios como la sociedad en general, que a su vez influye en entornos intermedios como la comunidad, así como en contextos más cercanos como la familia y la escuela. Todos estos entornos anidados ejercen un impacto sobre el desarrollo cognitivo.

Esto quiere decir que, aunque las relaciones que los propios niños establecen con su entorno directo influyen directamente en su desarrollo, las condiciones del entorno más distante también pueden afectar a la familia. Es un efecto en cadena.

Por ejemplo, imaginemos que Manuel es albañil y se cansa mucho por su trabajo, que le consume muchas horas. Es posible que cuando llegue a casa quiera descansar. Por tanto, pasará menos tiempo con su hijo Juan, o puede que le preste poca atención. Quizás Manuel esté estresado. O puede que no le apetezca leerle un cuento a su hijo o pensar en qué hacer el fin de semana.

Por tanto, este sería el modo en el que las condiciones de trabajo de Manuel estarían influyendo en el desarrollo cognitivo de su hijo Juan.

Buscando las conexiones

Con este planteamiento en mente, en el Proyecto INMA decidimos explorar estas relaciones en un estudio en el que evaluamos la relación entre varios elementos:

  1. Los indicadores socioeconómicos y desarrollo cognitivo. Para ello, tuvimos en cuenta indicadores clásicos como la clase social, el nivel educativo o la situación de empleo. Pero también consideramos otros menos comunes como el nivel de ingresos y el riesgo de pobreza o de exclusión social.

  2. Los indicadores socioeconómicos y el contexto familiar.

  3. El contexto familiar y el desarrollo cognitivo.

Resultados

El estudio reveló que, de forma general, una posición socioeconómica más vulnerable implica peor desarrollo cognitivo. Es decir, que hogares con menor renta o en situación de desempleo tienen hijos e hijas con menor capacidad de resolución de problemas de lógica.

De todos los indicadores que se consideraron, la clase social fue el que presentó una relación más directa.

Además, observamos un gradiente en el contexto familiar en función de la clase social. Eso quiere decir que las clases sociales más bajas tienen un contexto familiar menos rico y estimulante, las medias mostraron una puntuación media, y las clases más altas ofrecen mejor estimulación.

Se detectaron tendencias parecidas en cuanto al perfil parental, un concepto que se refiere a las actitudes y conocimientos que tienen las madres y los padres sobre el desarrollo de sus hijos e hijas. Las familias de clase social más alta, por ejemplo, tenían actitudes más abiertas al diálogo y al razonamiento. Además, también mostraron una mayor capacidad para la resolución de conflictos.

En conclusión, los resultados revelaron que las familias con mejor contexto familiar, es decir, con mayor estimulación cognitiva, mejor perfil parental y resolución de conflictos, tenían hijos e hijas con mayor desarrollo cognitivo.

La mediación del contexto familiar

En un artículo anterior explicamos en qué consistía la mediación. Resumidamente, es cuando parte del efecto de una variable sobre otra depende de un tercer factor.

Pues bien, como hemos explicado, en nuestro estudio valoramos el efecto de la clase social en el desarrollo cognitivo, pero comprobando también si el contexto familiar condicionaba parte de dicho efecto.

En nuestro caso, encontramos que la estimulación cognitiva, la gestión de estrés y el perfil parental mediaron entre un 5-11 % de la relación entre clase social y desarrollo cognitivo, cuando se tenían en cuenta por separado. Esta mediación fue de un 12 % cuando se consideraban estos factores de forma conjunta.

Becas, ayudas familiares y programas de parentalidad positiva

Dado que una peor posición social parece relacionarse con menor desarrollo cognitivo, se deberían promover medidas económicas y sociales para paliar las desigualdades. Por ejemplo, promover las becas de estudios y ofrecer ayudas económicas a familias en riesgo de pobreza.

Sin embargo, también deberíamos considerar en esta relación la importancia del entorno familiar y los programas de parentalidad positiva. Estos programas se centran en conocer mejor el desarrollo infantil, trabajan estilos comunicativos asertivos y democráticos, enseñan estrategias de control del comportamiento, y animan a las madres y padres a proporcionar estimulación cognitiva a sus hijos e hijas. Elementos que suman al correcto desarrollo de niños y niñas.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.

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Marisa Estarlich Estarlich no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.