Portugal se apresta a celebrar el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles

Civiles y soldados se concentran juntos el 27 de abril de 1974 cerca de los cuarteles de la Guardia Republicana en Lisboa (-)
Civiles y soldados se concentran juntos el 27 de abril de 1974 cerca de los cuarteles de la Guardia Republicana en Lisboa (-)

Portugal conmemora el jueves el 50 aniversario de la Revolución de los Claveles, un golpe de Estado militar que en 1974 puso fin a la dictadura, a las guerras coloniales en África e instauró la democracia.

La conmemoración coincide con un crecimiento electoral de la extrema derecha.

El 25 de abril de 1974, la dictadura más antigua de Europa occidental se derrumbó en cuestión de horas, prácticamente sin derramar sangre, gracias a un alzamiento dirigido por suboficiales rápidamente apoyado por la población.

Los claveles rojos, colocados en los fusiles de los jóvenes militares que salían de los cuarteles para transformarse en los héroes libertadores de un pueblo sometido durante 48 años, se convirtieron en el símbolo de esta convulsión política, económica y social.

El golpe allanaría el camino para la realización de las primeras elecciones libres con sufragio universal, el 25 de abril de 1975, y el proceso de independencia de las colonias portuguesas en África: Angola,  Mozambique, Guinea Bissau y Cabo Verde.

"La guerra colonial tuvo una influencia fundamental para que abriéramos los ojos sobre la situación de Portugal", comentó a AFP el coronel retirado Vasco Lourenço, presidente de la Asociación 25 de Abril, heredera del "movimiento de los capitanes" que organizaron el alzamiento de hace 50 años.

- Apoyo de la población -

El apoyo "inmediato e intenso" de la población ayudó a la causa de "los que realmente queríamos un cambio radical, una verdadera liberación y democracia", agregó.

"El 25 de abril es técnicamente un golpe de Estado que, el día mismo, se transformó en revolución", precisa la historiadora Maria Inácia Rezola, encargada de los programas conmemorativos que incluyen cientos de iniciativas institucionales y culturales.

Algunos de los 5.000 militares que participaron en el golpe desfilarán el jueves por el centro de Lisboa con unos 15 vehículos de la época.

Además de la sesión conmemorativa anual del Parlamento y del tradicional desfile popular, también estarán presentes los presidentes de los países africanos que se independizaron tras la Revolución de los Claveles para conmemorar junto a su colega portugués.

Algunos pensaban que el pasado autoritario de Portugal frenaría el ascenso de la extrema derecha observado en otros países de Europa.

Pero un partido creado en 2019 se consolidó como la tercera fuerza política del país, obteniendo 18% de los votos en las recientes elecciones legislativas.

Aunque el fundador y presidente de este partido, André Ventura, ha criticado al antiguo régimen, el partido "Chega" incluye a algunos de sus nostálgicos.

- "Conocer la historia" -

Dentro de Chega y otros partidos "hay mucha gente en la derecha portuguesa que no tienen una visión negativa de (António) Salazar y su régimen", destacó el investigador italiano Riccardo Marchi, especialista en la derecha radical del Instituto Universitario de Lisboa.

Rita Rato, directora del Museo de la Resistencia y la Libertad, creado por la alcaldía de Lisboa en una antigua prisión donde fueron detenidos y torturados militantes antifascistas, reconoce que la mayoría de los portugueses "sabe poco de su pasado".

"El contexto actual hace más evidente la importancia de que los jóvenes conozcan la historia contemporánea de nuestro país", destacó esta exdiputada comunista.

Según una investigación divulgada el viernes, la mitad de las personas consultadas consideró que el viejo régimen tenía más aspectos negativos que positivos, pero una quinta parte señaló lo contrario.

Además, 65% de la muestra consideró que la revolución del 25 de abril fue el evento más importante de la historia portuguesa, muy por encima de la adhesión a la precursora de la Unión Europea en 1986, o al fin de la monarquía en 1910.

Hasta 1974, Portugal era "un país pobre, atrasado, analfabeta y aislado del resto del mundo", que luego "se modernizó en todos los niveles", destacó Rezola.

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