Por qué las partes no escritas del libro de DeSantis están entre las más interesantes

En su nuevo libro, que saldrá a la venta el martes, el gobernador Ron DeSantis describe lo que cree que se necesita para gobernar Estados Unidos en una era de políticas de reclamaciones y polarización partidista, pero lo que el gobernador de la Florida deja fuera de su relato de 256 páginas es a menudo tan interesante como lo que incluye.

“The Courage to Be Free: Florida’s Blueprint for America’s Revival” es el precursor necesario para una probable campaña presidencial en 2024, que se espera que DeSantis anuncie esta primavera.

Para los lectores que hayan seguido sus numerosas conferencias de prensa y mítines políticos, no hay temas nuevos en el libro.

DeSantis desprecia el “estado administrativo”, el “autoritarismo médico”, al Partido Demócrata, las “empresas progresistas”, las grandes empresas tecnológicas, los “medios corporativos” y a la mayoría de las universidades estadounidenses.

Pero para un político cuyos asesores lo animan a ser más agradable y accesible, hay algunos detalles nuevos sobre su historia de origen como estrella del béisbol de clase obrera de Dunedin con el cerebro suficiente para entrar en la Universidad de Yale y a la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard.

DeSantis describe cómo trabajó los veranos en una compañía eléctrica local para pagarse la matrícula universitaria, cómo se sintió como un extraño cuando llegó al campus de Yale “con una camiseta, pantalones vaqueros cortos y chanclas” y cómo las raíces de su familia en la región siderúrgica de Ohio y Pennsylvania “me hicieron temeroso de Dios, trabajador y amante de Estados Unidos”.

Cuenta que sus padres se conocieron en la Universidad Estatal de Youngstown, que su padre trabajaba para la empresa de clasificación de programas de televisión Nielsen y que su madre era enfermera. Pero no menciona a su única hermana: Christina DeSantis, quien era siete años más joven y murió en 2015 a los 30 años.

DeSantis describe cómo conoció a la que es ahora su esposa, Casey, golpeando pelotas de golf en un campo de prácticas de Jacksonville: “Iba vestida con un elegante atuendo de golf y jugaba muy bien”.

La pareja se conoció mejor mientras DeSantis estaba en su primer año de servicio activo en la Marina en 2006, y se casaron en Disney World en 2009 porque la familia de su esposa era “una familia de entusiastas de Disney”.

El mayor rival del gobernador, el ex presidente Donald Trump, recibe algunas menciones. DeSantis habla de cómo, después de tres mandatos como legislador, decidió postularse para la gobernación de la Florida en 2017 y le preguntó a Trump si podía “enviar un tuit promocionándome como un buen candidato a gobernador”.

El presidente accedió, recordó DeSantis, convencido de que Trump lo recompensaba por su disposición “a hablar públicamente en defensa del presidente cuando se trataba de las acusaciones de la colusión Trump-Rusia”.

Pero al mencionar a su probable rival, quien ya es candidato a la nominación de 2024 del Partido Republicano, DeSantis también usa las citas para elevarse en la comparación.

Historias de Trump

En una larga anécdota, DeSantis describe la reunión con Trump en el Despacho Oval sobre el aumento de la asistencia federal al Panhandle de la Florida tras el huracán Michael, una tormenta de 2018 que dejó la región devastada. Trump finalmente accedió a enviar los fondos adicionales, escribió el gobernador, aunque también exigió que DeSantis hiciera saber a los habitantes de la región que él era el responsable del dinero.

Pero después de la reunión, el entonces jefe de gabinete interino de Trump, Mick Mulvaney, advirtió a DeSantis que no anunciara el financiamiento, según el gobernador, diciendo que el presidente no entendía cuánto dinero extra acababa de comprometerse a enviar.

DeSantis escribió: “’Solo deme 24 horas para medir las aguas’, rogó Mick, ya que necesitaba verificar la oposición y el apoyo a mi solicitud. ‘Ni siquiera sabe lo que ha acordado en términos de dinero’”. (DeSantis dice que Mulvaney, con quien trabajó en la Cámara de Representantes, es un “amigo”).

Si a DeSantis le molestó que el jefe de gabinete de Trump estuviera socavando su decisión de financiamiento, o si le preocupaba que el presidente no estuviera familiarizado con los detalles de una costosa decisión política, el gobernador no lo dejó entrever; como con la mayoría de las anécdotas del libro, el gobernador no comparte ninguna observación personal sobre la reunión, aunque recuerda el intercambio con todo detalle.

DeSantis relata otra reunión con Trump, celebrada antes de que el gobernador asumiera el cargo en Tallahassee, cuando pidió a Trump que le ayudara con la gestión del Lago Okeechobee por parte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Trump aceptó estudiarlo antes de hacer su propia petición.

“Cuando salía del Despacho Oval, oí que el presidente me gritaba”, escribió DeSantis. “’¡Ron, será mejor que te asegures de que yo gane la Florida!

En otro capítulo, DeSantis se atribuye el mérito de empujar a Trump a trasladar la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén y entra en detalles sobre los elementos preocupantes de una candidatura de Trump en 2016 que llevaron a lo que él describe como la razón por la que “la jerarquía del partido republicano se mostró, como era de esperar, casi universalmente opuesta a Trump durante las primarias”.

Pero el libro de DeSantis omite el tuit de Trump más relevante de la primera campaña del gobernador, cuando el presidente tuiteó el 22 de junio de 2018 que DeSantis “será un gran gobernador y tiene todo mi Respaldo”.

Aunque se considera ampliamente que el tuit ayudó a catapultar a DeSantis por delante del favorito, el comisionado de Agricultura republicano Adam Putnam en las primarias del Partido Republicano, DeSantis le da el crédito al debate que tuvo con Putnam el 28 de junio de 2018 como el punto de inflexión.

Anécdotas y omisiones

DeSantis usa gran parte del libro para defender su enfoque a menudo combativo para administrar la respuesta del estado al COVID-19, y para detallar su desdén por Anthony Fauci, el ex director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas.

Sin embargo, el relato del gobernador no cuenta nada sobre las batallas de trastienda, los desafíos jurídicos y los compromisos de política relacionados con los mandatos de vacunas ni otros temas que dieron forma a gran parte de su mandato, incluida la disputa de Disney y las reglas de inmigración de E-Verify.

Por ejemplo, DeSantis escribe que mientras luchaba con los CDC sobre los protocolos del COVID-19 en noviembre de 2021, convocó a un período especial de sesiones de la Legislatura de la Florida “para que pudiéramos promulgar protecciones para los trabajadores que no querían vacunarse”.

No explica, sin embargo, que el gobernador quería incluir una estipulación para responsabilizar legalmente a los empleadores si un empleado al que se le pidió que se vacunara contra el COVID-19 enfermaba posteriormente a causa de la vacuna. Las organizaciones de cabildeo empresarial más importantes del estado y la Legislatura, encabezada por el Partido Republicano, se opusieron fervientemente a dar a los empleados una causa de acción para demandar a los empleadores que impusieran la vacunación.

A las empresas les preocupaba que la propuesta del gobernador impidiera a los empleadores con problemas de salud mantener la seguridad en sus lugares de trabajo. Los legisladores retiraron las estipulaciones sancionadoras y el gobernador declaró la victoria de todos modos.

“Si hay una razón por la que la gente comenzó a llamarnos el Estado Libre de la Florida, fue porque defendimos a los individuos contra el autoritarismo médico”, escribió DeSantis.

Menos mencionado que Trump en el libro fue el colega republicano de DeSantis, Rick Scott, quien fue gobernador por dos mandatos antes de que DeSantis asumiera el cargo.

En un capítulo sobre los primeros días de su administración, DeSantis se refiere a una decisión de su “predecesor como gobernador” de vender todos los aviones estatales que una vez se usaron para transportar a los gobernadores de la Florida, escribiendo que Scott era “rico y tenía su propio avión”. En su lugar, DeSantis usó un avión de incautación de drogas reconvertido de la Policía Estatal de la Florida (FDLE) para asuntos oficiales.

Ese avión, cuenta DeSantis, se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en 2019, después que los dispositivos de oxígeno cayeran del techo mientras él y la procuradora general Ashley Moody volaban a Broward.

En un comunicado, el portavoz de Scott Chris Hartline defendió la decisión del entonces gobernador de vender los aviones estatales.

“El entonces gobernador Scott vendió los aviones estatales y viajó por todo el estado con su propio dinero mientras no recibía ningún salario, ahorrando a los contribuyentes de la Florida decenas de millones de dólares”, dijo Hartline. “Le importa mucho la responsabilidad fiscal y el respeto por el dinero de los contribuyentes”.

DeSantis no usó el libro para compartir ninguna frustración con Scott, ahora senador federal. En lugar de eso, se centra en cómo se dirigió al Condado Broward posteriormente ese día para anunciar que suspendía al jefe de policía Scott Israel de sus funciones. La suspensión de Israel fue uno de los primeros actos de DeSantis en el cargo y el gobernador lo acusó de mal manejo de la respuesta al tiroteo de 2018 en la preparatoria Marjory Stoneman Douglas.

DeSantis no menciona que una investigación realizada por un árbitro independiente dictaminó que Israel debía ser reintegrado. El Senado de la Florida, sin embargo, se puso del lado de DeSantis y se negó a devolverlo al cargo.

DeSantis también se muestra llamativamente reticente sobre otros asuntos políticamente delicados contenidos en el libro. Declina, por ejemplo, decir específicamente por qué George Floyd murió en 2020, escribiendo que el hombre de Minnesota murió “mientras estaba bajo custodia de cuatro agentes de la Policía de Minneapolis”.

La muerte de Floyd, que desencadenó protestas nacionales sobre la relación entre los policías y la comunidad negra, fue calificada de homicidio por las autoridades locales, después que un policía se arrodillara sobre su cuello varios minutos. El patólogo responsable de la autopsia, Andrew Baker, dijo posteriormente ante el tribunal en 2021 que la enfermedad cardíaca subyacente de Floyd y la presencia de drogas en su organismo contribuyeron a su muerte, pero no fueron la causa directa de la misma, testimonio que no ha impedido que algunas personalidades políticas de derecha insistan en que la Policía no fue responsable de su muerte.

DeSantis escribe que después de la muerte de Floyd, la “izquierda se abalanzó, citando la muerte de Floyd como confirmación del sesgo racial sistémico en la aplicación de la ley en todo el país”.

El gobernador sí escribe extensamente sobre cómo, en su opinión, la Revolución Americana “puso la esclavitud a la defensiva”, buscando un contraste con algunos políticos izquierdistas que argumentan que el país se fundó para proteger la institución de la esclavitud.

“La promesa completa de la Declaración de Independencia no se cumplió en 1776 para todos los estadounidenses, pero los Fundadores establecieron un proyecto revolucionario cuyas ideas cambiaron el curso de la historia humana”, escribió DeSantis.

Reflexiones sobre Washington

En los últimos capítulos del libro, DeSantis ofrece su tratado sobre el gobierno.

Sostiene que las instituciones se han “politizado a fondo” y que muchas “intentan activamente imponer una agenda ideológica a la sociedad”. Pide que se limiten el mandato de los legisladores federales, una enmienda para equilibrar el presupuesto y que se refuercen los poderes del presidente haciendo que 50,000 trabajadores federales sean empleados a voluntad que puedan ser despedidos por el presidente.

También critica al Congreso por no usar su “poder del monedero para hacer que el estado administrativo rinda cuentas” y sugiere que el gobierno federal siga el ejemplo de la Florida.

“La Florida ha hecho un trabajo mucho mejor que Washington en el fomento de la responsabilidad en el gobierno”, escribió DeSantis. “Para empezar, la Legislatura de la Florida está mucho más dispuesta a controlar el dinero para exigir responsabilidades a la burocracia”.

No menciona la demanda de 2022 que acusa a DeSantis de infringir las leyes presupuestarias de la Florida cuando su administración dio un contrato sin licitación a una empresa con estrechos vínculos con uno de sus asesores para reubicar a los migrantes de Texas a Massachusetts. Para poner fin a la demanda, la Legislatura de la Florida se reunió en período extraordinario de sesiones este mes para modificar la ley. También consideró aprobados todos los pagos anteriores sin exigir a la administración que entregara detalles presupuestarios.

El único ejemplo que ofrece DeSantis para demostrar que la Legislatura usó su autoridad “para proteger al pueblo contra el despilfarro en el gobierno” se basa en la información de la oficina de Tallahassee del Miami Herald y el Tampa Bay Times. En una serie de artículos, el Herald/Times reveló que la Florida Coalition Against Domestic Violence había compensado a su presidente ejecutivo con más de $7.5 millones de fondos estatales y federales, incluyendo casi $5 millones en compensación en efectivo por “tiempo libre pagado”.

“Cuando mi administración se enteró que uno de los proveedores de servicios para víctimas de abuso doméstico había estado despilfarrando grandes cantidades de dinero de los impuestos, trabajé con la Legislatura para ponerle fin”, escribió DeSantis. Añadió que la Legislatura revocó el contrato de fuente única y retuvo más dinero estatal de la organización.

Un tema constante en el libro es la crítica de DeSantis a lo que él percibe como “medios [de comunicación] tradicionales” hostiles y tendenciosos. Pero al poner el ejemplo de la violencia doméstica, DeSantis omite toda mención al hecho de que fueron los periodistas quienes sacaron a la luz esta práctica después que los legisladores mantuvieran los pagos durante años.

Michael Wilner, corresponsal de McClatchy de Seguridad Nacional y la Casa Blanca, contribuyó a este artículo.