Por qué no es buena idea darle carne cruda a tus perros y gatos

A todos los dueños de mascotas nos gusta cuidarlas y buscar lo mejor para ellas. La última tendencia, o moda, es basar la alimentación de perros y gatos en carne cruda. Lo que hasta cierto punto tiene sentido, ya que se parece más a la que llevarían de manera natural, al menos frente a piensos y demás. Pero los expertos advierten de que supone un serio riesgo tanto para la salud de las mascotas como para la de los humanos.

Tal vez no hayamos oído hablar de esta moda, pero ha llegado hasta el punto en el que algunas cadenas de supermercados y marcas comerciales han sacado preparados de carne cruda para las mascotas. Y ahí empieza el problema.

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Foto de Getty Images.
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Los expertos han analizado varios de estos preparados. No desde un punto de vista de mejora de la salud para las mascotas, que aún está por demostrar. El problema en que se han centrado son las contaminaciones que pueden tener dichos productos.

En concreto, lo que han hallado han sido cuatro tipos distintos de bacterias patógenas y dos de otros tipos de parásitos en estos alimentos preparados. Obviamente, no todos los preparados contenían todos los parásitos, pero ninguno estaba libre de ellos.

Y no son cualquier cosa. Casi todos producen zoonosis, o contagio de animal a humano. Entre las bacterias hay cepas de Escherichia coli muy agresivas, y de Toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis. Lo que pinta un cuadro realmente preocupante.

Claro, que no todo el mundo le da estos preparados a sus mascotas. En lugar de comprar un producto, hay quien directamente compra la carne cruda y se la ofrece a sus mascotas. Lo que puede parecer que aleja el peligro.

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Pero no es así. La carne en sí puede estar limpia. Pero raramente los animales se la comen de una sentada – especialmente en el caso de los gatos – , con lo que puede pasar bastante tiempo en el comedero al aire libre. Esto hace que la contaminación sea muy probable.

Y que su transmisión a humanos aumente también sus posibilidades. Primero, porque el tiempo de exposición es mayor. Por otro lado, las posibilidades de que esta carne contaminada termine “manchando” superficies que empleemos los humanos también se hace mayor. Y si sumamos los dos factores, la cosa se vuelve preocupante.

Así que tal vez la idea no sea mala – hay que recordar que aún no hay ensayos científicos rigurosos que respalden esta moda – pero los peligros son muchos y muy serios, especialmente si hay niños, enfermos o personas de edad avanzada en los hogares. De momento, dejemos las modas y las dietas a un lado.