Un poquito de tierra sí te beneficia

Desde hace mucho tiempo, los científicos saben que un poco de tierra puede ser bueno para uno. Las investigaciones sugieren que las personas que se crían en granjas, por ejemplo, son menos propensas a desarrollar padecimientos como la enfermedad de Crohn, asma y alergias, probablemente debido a que están expuestas a una diversa gama de microbios.

En la década de 1970, los científicos incluso descubrieron una bacteria que habita en el suelo llamada Mycobacterium vaccae, que tiene un efecto antiinflamatorio en el cerebro, lo que tal vez reduce el estrés y mejora nuestra respuesta inmunitaria a él.

En fechas más recientes, ha habido un enorme interés en el microbioma del ser humano, pues la gente toma probióticos, busca alimentos con cultivos bacterianos vivos y “repuebla” su microflora. Al mismo tiempo, los científicos han estado descubriendo lo amplia que puede ser la participación de los microbios de la tierra en nuestra salud física y mental.

Si estamos tocando el suelo o incluso con solo estar en la naturaleza, “respiramos una enorme cantidad de diversidad microbiana”, señaló Christopher A. Lowry, profesor de Fisiología Integrativa en la Universidad de Colorado, campus Boulder.

Un experimento finlandés hace poco reveló que los niños que asistían a guarderías urbanas donde habían plantado “suelo boscoso” de la región tenían un sistema inmunitario más fuerte y un microbioma más sano que los niños que iban a guarderías con patios de grava y, después de dos años, seguían teniendo bacterias beneficiosas tanto en el intestino como en la piel.

Y no solo es bueno para los niños; también para los adultos es beneficioso exponerse a los microbios que están en el suelo, señaló Lowry. Así que esta primavera, tómate algún tiempo para salir y ensuciarte un poco.

Aprovecha la tierra mientras realizas actividades.

Las actividades como el ciclismo de montaña, acampar y el senderismo son prácticas sencillas para entrar en contacto con un ecosistema de biodiversidad microbiana, recomendó Lowry. “Creo que nosotros subestimamos lo expuestos que estamos con solo salir al aire libre”.

El Servicio Forestal de Estados Unidos te acepta como voluntario en proyectos como el mantenimiento de senderos e incluso en excavaciones arqueológicas. También podrías intentar tomar pequeños baños de bosque —una manera de caminar en la naturaleza de modo consciente y sensorial— y recoger un puñado de tierra.

“Pasa algún tiempo mirando el bosque e inhalando sus aromas”, recomendó Amos Clifford, fundador de la Association of Nature and Forest Therapy Guides and Programs y autor del libro “Baños de bosque”. “Pasa la tierra por tus dedos y luego llévate las manos al rostro”. Cuando Clifford se topa con un arroyo mientras guía una caminata, invita a la gente a quitarse los zapatos y pararse en “el fondo blando y lodoso” para sentir las texturas.

Si no es suficiente ensuciarte las manos y los pies, busca participar en una carrera de barro local en la cual los participantes corren por el lodo y superan obstáculos en el camino.

Planta o recolecta algo.

Desde hace mucho, la jardinería ha estado asociada con una disminución de la depresión, la ansiedad y el estrés, y requiere pasar mucho tiempo en la tierra.

Cuando la gente le pregunta cómo empezar, Leigh Johnstone, un jardinero y defensor de la salud mental residente en Southampton, Inglaterra, que es conocido como “The Beardy Gardener” entre sus 21.000 seguidores en Instagram, les hace una pregunta: “¿Pues qué quieren comer?”.

Como los tomates no requieren mucho mantenimiento y pueden plantarse en una maceta o una canasta colgante en el balcón, son de las cosas más fáciles de cultivar, comentó Johnstone. También recomendó las fresas, los cebollines y hierbas como la albahaca y la menta.

O, bien, puedes crear un jardín hábitat con plantas nativas para atraer o alimentar a animales silvestres, comentó Mary Phillips, quien encabeza programas de jardines hábitats para la Federación Nacional de Vida Silvestre. Se puede plantar Asclepias tuberosa para recibir a las mariposas monarca y ásteres para atraer a las abejas.

Si no tienes acceso a un espacio exterior, busca un lugar para recolectar tus propios vegetales en U-Pick Farm Locator o http://PickYourOwn.org, explicó Ginny Yurich, fundadora de 1000 Hours Outside, una plataforma que invita a los jóvenes a pasar más tiempo al aire libre. También sugirió inscribirse para trabajar en una granja a través de una organización llamada Organización Mundial de Granjas Orgánicas, la cual ofrece oportunidades que van desde un día hasta varias semanas.

Haz como los niños.

Jill Dreves, fundadora de Wild Bear Nature Center en Nederland, Colorado, tiene una receta sencilla para ensuciarse: hacer un pastel de lodo.

Dreves propuso hacer algo parecido a los eventos de pintura y degustación: pídeles a todos que traigan un molde viejo para pastel y hagan cosas creativas con el lodo.

“Saquen algunas piedras y cuentas para hacer impresiones, recojan algunas hojas bonitas y metan en ellas los pies o las manos”, sugirió Dreves, quien ha organizado fiestas de pasteles de lodo con su personal. “Ese tipo de cosas se las dejamos a los niños, pero realmente tenemos que hacerlo más como adultos”.

Si tienes niños de visita, construye un jardín de hadas, sugirió Yurich. Junta hojas y musgo para diseñar un paisaje mágico en miniatura, usa palitos para construir chozas, corteza para hacer el suelo y piedras para sentarse.

A Johnstone y a su hija de 2 años les gusta hacer hoteles para insectos, los cuales animan a los insectos a refugiarse ahí dentro. También hacen bombas de semillas que se pueden armar en cualquier época del año y luego almacenarse hasta la primavera o el otoño para tirarlas por el jardín, mencionó Johnstone.

“Mucha gente sigue teniendo miedo de tocar la tierra”, comentó Johnstone. Pero “a mí me hace feliz”, afirmó.

c.2024 The New York Times Company