Polémica en la Universidad Nacional de Córdoba por un software de reconocimiento facial para exámenes
CORDOBA.- Hoy comienzan en la Universidad Nacional de Córdoba la toma de exámenes del turno de mayo; la mayoría de las facultades resolvieron prorrogar los plazos y no los tomarán pero algunas lo harán y tienen a disposición -entre diferentes alternativas- un sistema de reconocimiento facial para evitar fraudes. Aunque son los docentes quienes eligen qué emplear, un sector polemizó y criticó la captura de datos personales y la posibilidad de uso posterior. Los cuestionamientos provienen más de ese segmento que de los estudiantes.
Las facultades de Ciencias Económicas y de Ciencias Exactas son las que usan el software Respondus en este turno: el programa inhibe la navegación por Internet mientras se rinde el examen y graba audio y video (el alumno firma el consentimiento antes). Un sistema de alarmas se activa si se comprueba alguna anormalidad y bloque la posibilidad de seguir. La UNC compró la licencia por un año a US$ 17.545.
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Facundo Quiroga Martínez, secretario general de la Facultad de Ciencias Económicas, explicó a LA NACION que el uso del software "no es obligatorio; de hecho es la modalidad menos elegida de las cuatro disponibles". Agregó que otra alternativa es un "híbrido" entre dos plataformas y también inhabilita continuar si se detectan intentos de accionar fuera del entorno del examen. "También interviene el sistema operativo pero la gestión es de manera manual y no con inteligencia artificial; no graba audio y video".
Quiroga Martínez admitió que hay un "colectivo docente" que cuestiona el software Respondus por el "tratamiento de los datos personales" pero enfatizó que el sistema es "legal" en la Argentina y cumple con todas las normas previstas sobre datos personales. En Ciencias Económicas cursan 15.000 alumnos y para este turno de exámenes hay inscriptos 5000.
Los docentes de la Facultad de Ciencias Sociales en un comunicado indicaron: "Entendemos que este sistema avanza contra los derechos de intimidad y privacidad de las/os estudiantes, profundiza las desigualdades, deteriora el vínculo pedagógico colocando al docente en el lugar de control policial, y además no es eficiente en relación a la tarea que se propone cumplir, ya que es posible que un estudiante 'haga trampa' usando esta aplicación".
Cuestionaron que los datos recabados van a la nube de Amazon. "Se podría acceder a las credenciales de inicio del estudiante, datos personales y a archivos y contraseñas de su computadora, poniendo en riesgo la protección de los datos", señala el comunicado.
Desde Ciencias Exactas, el secretario de Tecnología y Educación Virtual, Jorge Finochietto, coincidió con Quiroga Martínez en que no hay obligación de emplear el software, que también están habilitados los coloquios o aulas virtuales. "Este es un período donde debimos adaptarnos de dar clases a cómo evaluar -dice a este medio-. En el caso de los exámenes, se buscaron diferentes modalidades; en el caso nuestro si un alumno no quiere ninguna de las modalidades existentes, puede esperar el regreso de la presencialidad". En la facultad en el primer cuatrimestre cursaron en promedio 8000 alumnos.
Finochietto apuntó que las críticas apuntan a que el docente podrá acceder a la grabación de estudiante mientras rinde y "se entiende que se lo expone". El navegador del software impide que se pueda andar libremente por la red; es la cátedra la que define a qué se puede acceder.
"La grabación queda un tiempo, que es el que define el docente para evaluación, y después se borra. No tendría sentido guardarlo más tiempo que el que requiere la función. El examen no va a la nube, queda en la plataforma de la facultad. Hace tres meses que se venía planteando y analizando el tema y nadie se opuso hasta que se formalizó la compra. El uso del sistema hay que pensarlo más allá de esta coyuntura, a mediano plazo".