Polémica y miles de denuncias en Escocia por una nueva ley sobre delitos de odio

Manifestantes protestan contra la nueva ley ante el Parlamento de Escocia
Manifestantes protestan contra la nueva ley ante el Parlamento de Escocia - Créditos: @GETTY IMAGES

LONDRES.- Una nueva ley escocesa que penaliza la incitación al odio desencadenó un debate que promete desbordar sus fronteras, entre quienes la defienden como herramienta contra el acoso y la violencia verbal, y quienes temen que limite la libertad de expresión.

La ley, introducida por el gobierno autónomo controlado por el Partido Nacionalista Escocés, prohíbe incitar al odio por motivos de edad, discapacidad, religión, orientación sexual o identidad transexual. La policía informó este miércoles que había recibido más de 7000 denuncias en la primera semana de vigencia, la mayoría anónimas.

“Esta importante demanda se sigue gestionando en nuestros centros de contacto”, declaró un vocero policial, señalando que hasta ahora no han tenido problema en manejar el enorme y repentino flujo de denuncias online.

Los grupos de derechos dicen que el cambio es una extensión muy necesaria de las protecciones contra los delitos de odio, consolidándolas en un solo estatuto por primera vez.

Sus detractores -entre ellos la autora de Harry Potter, J.K. Rowling- dicen que les preocupa que las protecciones sean tan amplias que puedan criminalizar injustamente la libertad de expresión.

El furor subraya el impacto polarizador de los intentos legales en todo el mundo por encontrar un equilibrio. La reacción ante la ley fue tan feroz que llevó a agitadores de extrema derecha a inundar a la policía con informes sobre delitos para abrumarla en señal de protesta.

Expertos jurídicos y el gobierno escocés afirman que el umbral de criminalidad es lo suficientemente alto para que la ley no pueda utilizarse para censurar chistes u opiniones ofensivas o chocantes. “La prueba es que tiene que ser amenazante o abusivo para alguien, o tiene que causarle miedo o alarma”, dijo Nick McKerrell, catedrático de Derecho de la Glasgow Caledonian University.

J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, es una de las críticas más conocidas de la nueva ley
J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, es una de las críticas más conocidas de la nueva ley - Créditos: @Insider

En una serie de publicaciones en las redes sociales, en las que utilizaba un término erróneo para referirse a las mujeres trans y se burlaba de su aspecto físico, Rowling escribió que “la libertad de expresión y de creencias llega a su fin si la descripción exacta del sexo biológico se considera delictiva”, y retó a la policía a detenerla “si lo que he escrito aquí se califica de delito”.

Las declaraciones de Rowling suscitaron la condena de grupos de defensa de los derechos: Stonewall, la mayor organización benéfica británica de defensa de los LGBTQ, dijo que “trivializan la violencia muy real que se comete contra nosotros”. La policía declaró que los comentarios de Rowling “no se consideran delictivos”.

Umbral de criminalidad

El líder del gobierno escocés, Humza Yousaf, dijo a la BBC que los delitos recién creados “tienen un umbral muy alto de criminalidad”. “Los tuits de JK Rowling bien pueden ser ofensivos, molestos e insultantes para las personas trans”, dijo Yousaf, “pero eso no significa que alcancen el umbral de criminalidad de ser amenazantes o abusivos y tener la intención de incitar al odio”.

Fuera de Gran Bretaña, el empresario Elon Musk ha sido una de las personalidades que criticaron la legislación. Musk dijo en un post en X que era “un ejemplo de por qué es tan importante preservar la libertad de expresión”.

El multimillonario dueño de X se pronuncia con frecuencia sobre el tema, calificándose a sí mismo de “absolutista de la libertad de expresión”. Los investigadores han identificado un aumento en el discurso de odio, mensajes antisemitas y teorías conspirativas supremacistas desde que adquirió la red social en octubre de 2022.

El empresario Elon Musk, dueño de la red social X
El empresario Elon Musk, dueño de la red social X - Créditos: @Michel Euler

McKerrell se hizo eco de la postura de Yousaf, afirmando que ni insultar a alguien ni hacer chistes ofensivos se convierte automáticamente en un delito penal en virtud de la nueva ley. “La ley defiende la libertad de expresión. Explícitamente, dice que la libertad de expresión incluye el derecho a ser ofensivo, chocante o perturbador”.

El concepto jurídico de proteger a los grupos minoritarios de la incitación al odio no es nuevo en Escocia, dijo McKerrell, pero la nueva ley amplía ese principio a otros grupos de personas.

Age Scotland, una organización benéfica para personas mayores, recibió con satisfacción la introducción de la edad como característica protegida, con la esperanza de que dé confianza a las personas mayores para denunciar delitos y disuada a posibles delincuentes.

Stonewall también celebró la ley, alegando que las minorías sexuales de toda Gran Bretaña se enfrentan a “un aumento del odio y una escalada de la violencia”.

El domingo pasado, el periódico británico Observer informó de que grupos neonazis estaban presentando denuncias en masa al amparo de la nueva ley, en un intento de desbordar a la policía escocesa en señal de protesta.

Para el director ejecutivo de Age Scotland, Adam Stachura, “parece que hemos perdido de vista en este debate la gran cuestión de cómo mejorar la vida de las personas y abordar las intolerables experiencias de quienes son objeto de odiosos abusos a diario”.

Leo Sands