Las plantas invasoras y el cambio climático degradan este parque de Coral Gables. Pronto llegará ayuda

Matheson Hammock Park, un querido oasis natural del sur de la Florida, está amenazado y la amenaza se esconde a plena vista. Muchos visitantes pasean admirando la vegetación que crece en el parque, sin saber que la mayoría de las plantas son invasoras y ahogan la vegetación y la fauna locales.

Catorce plantas autóctonas desaparecieron del parque. Hace años que no se ven muchas criaturas que antaño prosperaban en el parque, como gatos monteses y la mariposa de ala púrpura de la Florida.

Mientras tanto, el cambio climático está haciendo subir el nivel del mar, empujando el agua salada hacia las reservas subterráneas que antes almacenaban agua dulce para plantas y animales.

El Condado Miami-Dade tiene un plan y $5 millones para intentar abordar el problema. El dinero fue concedido a partes iguales por el Departamento de Protección Medioambiental de la Florida (DEP) y los fondos fiduciarios del Condado Miami-Dade para la Bahía de Biscayne.

El proyecto de restauración, que durará dos años, empezará este verano. Es una continuación de los esfuerzos por gestionar las tierras del parque en peligro medioambiental. En 1990, el condado se asoció con Nature Conservancy y Fairchild Botanical Garden para restaurar las zonas ecológicamente sensibles, como Snapper Creek Slough y los hábitats de manglares de Matheson Hammock.

El parque está entre la Bahía de Biscayne y Old Cutler Road, en la ciudad de Coral Gables; durante décadas ha sido un destino popular para los picnics familiares de fin de semana y, gracias a sus rampas para embarcaciones, para excursiones. Uno de los destinos más populares del parque es el atolón artificial que se llena con el agua de la Bahía de Biscayne. Los visitantes también pueden usar el puerto deportivo y las múltiples rutas de ciclismo y senderismo.

“Esta subvención de $5 millones será lo que haga realidad toda esta visión”, dijo James Duncan, director del proyecto de restauración.

Barbara y Gary Keisberg tomándose un tiempo para leer sus libros mientras visitan Matheson Hammock Park durante una visita en 2020.
Barbara y Gary Keisberg tomándose un tiempo para leer sus libros mientras visitan Matheson Hammock Park durante una visita en 2020.

Los fondos se dividieron en 40% y 60%, de los cuales $2 millones se destinaron a la protección y restauración del litoral y $3 millones a los humedales de agua dulce.

Matheson Hammock alberga diversos sistemas, como roquedales de pinos árboes de madera dura, humedales y manglares, todos los cuales recibirán ayuda.

Parte del trabajo consistirá en restaurar 400 acres de hábitat de manglares.

“Vamos a retirar los residuos sólidos que hay allí, vamos a retirar los montones de relleno, vamos a elevar toda esa zona a la cota adecuada y vamos a plantar una mezcla de manglares”, dijo Duncan.

En la década de 1930 se excavó un canal para evitar la inundación de las casas cercanas, con lo que se drenó el histórico Snapper Creek Slough y se secó la zona. Otro objetivo de este proyecto de restauración es instalar bombas para restablecer el caudal y los niveles de agua adecuados en el parque.

Las islas arboladas son zonas elevadas rodeadas de humedales, lo que las convierte en un hábitat importante para diversas especies vegetales y animales. Esta zona del parque ha sido especialmente devastada por plantas invasoras. Se ha establecido un plan de eliminación masiva de estas plantas no autóctonas junto con la plantación de árboles autóctonos.

Matheson Hammock es la zona cero de la intrusión de agua salada, debido a su proximidad a la costa, los canales de drenaje y la amenaza inminente de la creciente subida del mar. Para garantizar que las plantas y los animales tengan suficiente agua dulce, el parque usará riego intensivo para expulsar el agua salada.

Se prevé que el proyecto de restauración esté terminado para el verano de 2025. Dado que la mayor parte de las obras se harán fuera de los senderos, no se espera que interrumpan las actividades de los visitantes.

Este reportaje se hizo en colaboración con la Escuela de Periodismo y Media Lee Caplin de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y Miami Herald. Milena Malaver es estudiante de periodismo en FIU.