Pintura para puentes y asfalto nuevo: cosmética para La Habana por la cumbre del G77+China

La Habana, 14 sep (EFE).- Una larga fila de coches avanza lentamente frente al icónico Malecón de La Habana. Al inicio de la cola, un hombre con un bote de pintura en la mano hace marcas sobre el pavimento para luego dibujar sobre ellas las rayas de los carriles.

"Esto normalmente se hace una vez al año, pero no con esta intensidad", cuenta a EFE el trabajador, que prefiere no dar su nombre, mientras los autos lo rodean para seguir su camino, guiados por un policía de tránsito.

Esta imagen es replicada en otros puntos de la capital, que en los últimos días ha visto cómo se ha echado mano de un fuerte despliegue humano para tratar de mostrar su mejor cara para el inicio este viernes de la cumbre del Grupo de los 77 y China.

Sin embargo, esta bella ciudad -cuyo centro histórico fue declarado en 1982 patrimonio de la humanidad por la UNESCO-, sus infraestructuras y gran parte de sus viviendas acumulan décadas de evidente deterioro por las crónicas dificultades económicas del país.

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El Malecón es un buen ejemplo. En vísperas de la cumbre el trazado de esta avenida costera de ocho kilómetros aparecía salpicado de tramos rectangulares de oscuro asfalto nuevo, como un mosaico. La pintura en muchos casos seguía fresca.

"Estamos así desde hace dos meses... Antes no había pintura. Esta que estamos usando es de México", cuenta a EFE un trabajador que conduce un vehículo que pinta las líneas sobre la carretera.

Reto logístico

De acuerdo con los organizadores, Cuba espera un centenar de delegaciones internacionales, entre ellos unos treinta jefes de Estado y Gobierno, además del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.

Ser anfitrión de una cita así supone siempre un enorme reto logístico y financiero. Más aún en el caso de Cuba, que atraviesa desde hace más de dos años una profunda crisis, con una gran escasez de alimentos y medicinas, déficit fiscales de dos dígitos, inflación desbocada y una creciente dolarización.

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El canciller, Bruno Rodríguez, subrayó que la cumbre será "austera" y "simple en su desarrollo" y reconoció la "muy difícil situación" en la que se encuentra la economía cubana.

El esfuerzo para la cumbre, sobre todo en la capital cubana, es evidente: distintos servicios estatales se han visto afectados en las últimas semanas por la cita internacional.

De médicos que han bloqueado sus agendas durante días para estar de guardia a cuadrillas de técnicos que han aparcado otros proyectos para la puesta a punto del Palacio de Convenciones y el centro de prensa.

Asimismo, la empresa estatal de alquiler de vehículos -principalmente para turistas- ha reservado para las delegaciones internacionales toda su flota hasta octubre, según pudo saber EFE.

Además la Comisión Provincial de Seguridad Vial de La Habana va a cerrar decenas de calles y avenidas para facilitar los traslados de las delegaciones.

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En puntos clave de la ciudad se ven más agentes de tráfico así como equipos de Servicios Comunales, que se esmeran recogiendo basuras y adecentando jardines.

En las últimas semanas las máquinas no han parado para asfaltar las avenidas por donde se presume pasarán los jefes de Estado y de Gobierno -como la que conecta al aeropuerto con la ciudad- o la Quinta Avenida, cerca del Palacio de Convenciones y de la mayoría de embajadas.

"¡Quitaron hasta los baches!", le cuenta sobre esa avenida una habanera mayor a su vecina. Mientras, su calle, a apenas unos metros, no ha sido asfaltada y el trazado sigue mordido por baches antiguos.

La selección de ciertas vías ligadas a la cumbre, dejando de lado otras secundarias en peor estado, ha generado críticas, evidentes en redes sociales. Muchos habaneros recuerdan no obstante que ya sucedió así en otras citas de carácter político, como la visita en 2016 del entonces presidente de EE. UU., Barack Obama.

Sistema eléctrico

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El operativo se puede apreciar hasta en el subsuelo. A días de la cumbre, en un túnel de la conocida Plaza de la Revolución, una docena de pintores retocaba con un azul intenso los costados del acceso mientras otro de mediana edad hacía lo mismo con un andamio para colorear el techo.

Arley González, de 34 años, explicó a EFE que son una cuadrilla de 17 pintores de una empresa privada mediana contratada también para trabajos de albañilería y para labores de jardinería en zonas públicas antes de la cumbre.

"Ya llevamos varios (túneles y puentes). Para nosotros, entre más trabajo mejor. Esto nos vino bien", dice.

Otros problemas estructurales de Cuba serán más difíciles de reparar. Como el precario Sistema Eléctrico Nacional (SEN), con apagones crónicos, que amenaza con convertirse en fuente de preocupación para los anfitriones tras los recientes fallos en varias centrales termoeléctricas.

Tras unas semanas en que los apagones eran menores (aunque diarios en algunas zonas del país), la intensidad de los cortes ha aumentado en los últimos días, con un déficit de capacidad de generación que ha afectado hasta el 24 % del país.

Juan Carlos Espinosa

(c) Agencia EFE