Princesa Kate: Ni Photoshop puede borrar la mancha más reciente en la monarquía; así fue que todo se salió de control

Una imagen de un diario británico que muestra la foto alterada publicada por la princesa Kate el 11 de marzo  (Foto: PAUL ELLIS/AFP via Getty Images)
Una imagen de un diario británico que muestra la foto alterada publicada por la princesa Kate el 11 de marzo (Foto: PAUL ELLIS/AFP via Getty Images)

LONDRES — Si una imagen vale más que mil palabras, una fotografía alterada digitalmente de una princesa británica ausente parece valer un millón.

Esa podría ser la lección tras otro día de rumores y teorías conspiratorias en internet en torno a Catalina, princesa de Gales, también conocida como Kate, quien se disculpó el lunes por haber trucado una fotografía suya con sus tres hijos que circuló el domingo por sitios de noticias y redes sociales.

Era la primera foto oficial de Kate desde antes de someterse a una operación abdominal hace dos meses: una alegre instantánea del Día de la Madre, tomada por su marido, el príncipe Guillermo, en casa. Pero si se pretendía apagar semanas de especulaciones sobre el bienestar de Kate, el retrato tuvo precisamente el efecto contrario.

Ahora la familia real británica se enfrenta a una avalancha de preguntas sobre cómo se comunica con la prensa y el público, si Kate manipuló otras fotos familiares que publicó en años anteriores y si se sintió obligada a retocar esta foto para disimular el impacto de su enfermedad.

Se trata de una nueva tempestad para una familia real que ha ido dando tumbos de una crisis autoimpuesta a otra. A diferencia de episodios anteriores, este afecta a uno de los miembros más populares de la familia, una plebeya convertida en futura reina. También refleja una cultura de la celebridad en las redes sociales impulsada en parte por la propia familia, que está muy lejos de las intrusivas fotos de los paparazzi que solían causar disgusto a la realeza, incluida a una Kate Middleton más joven.

El puño del suéter de Charlotte no está completo.
El puño del suéter de Charlotte no está completo.

“Como muchas celebridades milénials, la princesa de Gales se ha forjado una imagen pública exitosa compartiendo con su público una versión cuidadosamente elaborada de su vida personal”, señaló Ed Owens, historiador de la realeza que ha estudiado la relación entre la monarquía y los medios de comunicación. La fotografía manipulada, dijo, es perjudicial porque, para el público, “pone en duda la autenticidad” de la vida doméstica de Kate.

¿Compuesto de varias imágenes?

La autenticidad es lo de menos: el misterio que rodea la enfermedad de Kate y su prolongada recuperación, lejos de la mirada pública, ha dado lugar a disparatados rumores sobre su salud física y mental, su paradero y su relación con Guillermo.

El descubrimiento de que la fotografía había sido alterada llevó a varias agencias de noticias internacionales a emitir avisos —incluido uno de The Associated Press que se denominó ominosamente “notificación de eliminación”— instando a las organizaciones de noticias a retirar la imagen de sus sitios web y borrarla de cualquier red social.

Owens dijo que el incidente había sido una “debacle”.

“En un momento en que hay mucha especulación sobre la salud de Catalina, así como rumores que pululan en internet sobre su vida privada y la del príncipe Guillermo, los acontecimientos de los últimos dos días no han hecho nada para disipar las preguntas y preocupaciones”, sostuvo.

El palacio de Kensington, donde Kate y Guillermo tienen sus oficinas, se negó el lunes a publicar una copia no editada de la fotografía, lo que dejó a los detectives visuales aficionados a seguir escudriñando la imagen en busca de signos de alteración en las poses de la princesa y sus tres hijos, Jorge, Carlota y Luis.

La AP dijo que su examen arrojó pruebas de que había “una inconsistencia en la alineación de la mano izquierda de la princesa Carlota”. La imagen tiene una serie de evidentes incoherencias visuales que sugieren que fue manipulada. Falta una parte de una manga del suéter de Carlota, un cierre de la chamarra de Kate y su pelo está desalineado, además de que un patrón en su cabello se ve claramente artificial.

Samora Bennett-Gager, experto en retoque fotográfico, identificó múltiples signos de manipulación de la imagen. En su opinión, los bordes de las piernas de Carlota son antinaturalmente suaves, lo que sugiere que el fondo que las rodea ha sido desplazado. La mano de Kate en la cintura de su hijo menor, Luis, aparece borrosa, lo que, según el experto, podría indicar que la imagen se tomó de un fotograma distinto de la toma.

En conjunto, según Bennett-Gager, los cambios sugerían que la foto era un compuesto elaborado a partir de varias imágenes y no una sola imagen suavizada con el programa Photoshop. Un portavoz de Kate declinó hacer comentarios sobre los conocimientos de la princesa sobre la edición fotográfica.

La princesa Kate durante un viaje al Caribe. (Foto: Ian Vogler - Pool/Getty Images)
La princesa Kate durante un viaje al Caribe. (Foto: Ian Vogler - Pool/Getty Images)

Incluso antes de que Kate se disculpara, la red explotó con memes de fotos “sin retocar”. Una de ellas mostraba a una Kate aburrida fumando con un grupo de niños. Otra, que según su creador era para “confirmar que ella está absolutamente bien y recuperándose bien”, mostraba a la princesa chapoteando en un tobogán de agua.

Falta de credibilidad

Más allá de las burlas, la familia real se enfrenta a una persistente falta de credibilidad. Kate ha sido una fotógrafa ávida desde hace años, y ha retratado a los miembros de la familia real en situaciones cándidas: a la reina Camila con una canasta de flores; al príncipe Jorge con su bisabuelo, el príncipe Felipe, en una calesa tirada por caballos.

El palacio ha difundido muchas de estas fotografías, las cuales se publican habitualmente en las portadas de los periódicos británicos (The Times of London publicó la foto del Día de la Madre a tres columnas). Un antiguo funcionario del palacio predijo que los medios de comunicación examinarían ahora las fotografías anteriores para ver si también habían sido alteradas.

Esto pondría al palacio de Kensington en la delicada situación de tener que defender a uno de sus comunicadores más eficaces de un problema que podría ser de gran alcance, que además difícilmente podría controlar el personal de comunicación. Tras un aluvión de preguntas sobre la foto, el palacio dejó que Kate explicara lo sucedido. Ella se mostró arrepentida, pero se presentó como otra fotógrafa frustrada con acceso a Photoshop.

“Como muchos fotógrafos aficionados, de vez en cuando experimento con la edición. Quería expresar mis disculpas por cualquier confusión que haya causado la fotografía familiar que compartimos ayer”, escribió en las redes sociales.

La transparencia, la diferencia con el Rey

La manera en que Kate utiliza las redes sociales la diferencia de los miembros más veteranos de la familia real, quienes recurren a los medios de comunicación tradicionales para presentarse. Cuando el rey Carlos III grabó un mensaje en video con motivo del Día de la Commonwealth, por ejemplo, el palacio de Buckingham contrató a un equipo de cámaras profesionales pagado por las emisoras británicas, un acuerdo habitual para los discursos reales.

También hay un difuminado verde alrededor de la rodilla derecha de la princesa Charlotte que no coincide con los adoquines grises del fondo.
También hay un difuminado verde alrededor de la rodilla derecha de la princesa Charlotte que no coincide con los adoquines grises del fondo.

Cuando Carlos salió del hospital tras ser tratado por un agrandamiento de próstata, él y la reina Camila caminaron ante una falange de cámaras, sonriendo y saludando mientras se dirigían a su limusina.

A Kate no se le vio entrar ni salir del hospital para su operación, ni se fotografió a sus hijos visitándola. Esto podría reflejar la gravedad de sus problemas de salud, según los observadores reales, pero también la determinación de Guillermo y Kate de crear una zona de privacidad en torno a sus vidas personales.

Según los expertos reales, a Guillermo también le mueve el deseo de no repetir la experiencia de su madre, Diana, que murió en un accidente automovilístico en París en 1997 tras una persecución a gran velocidad por parte de los fotógrafos. Kate también ha sido víctima de los paparazzi, pues en 2017 ganó una indemnización por daños y perjuicios en un tribunal francés después de que una revista de celebridades publicara fotos reveladoras de ella durante sus vacaciones en Francia.

La semana pasada, fotos borrosas de Kate en un auto con su madre aparecieron en el sitio estadounidense de chismes sobre celebridades TMZ. Los periódicos británicos informaron de la existencia de las fotos, pero no las publicaron por deferencia a la petición del palacio de que se le permitiera recuperarse en privado.

Kate y Guillermo no son los únicos miembros de su generación real que han buscado ejercer el control sobre su imagen. El príncipe Enrique y su esposa, Meghan, publicaron fotos suyas en Instagram, e incluso utilizaron su cuenta para anunciar su retirada de las funciones reales en 2020.

El hecho de que Kate haya recurrido a las redes sociales para difundir sus fotografías es una forma de reivindicar su vida de los largos lentes de los paparazzi. Pero el revuelo causado por la foto del Día de la Madre demuestra que esta estrategia conlleva sus propios riesgos, entre ellos el de que un retrato familiar haya aumentado la desinformación que se pretendía contrarrestar.

El lunes por la tarde, Kate volvió al modo tradicional de la realeza. Fue fotografiada, fugazmente, en la parte trasera de un auto con Guillermo cuando este abandonaba el castillo de Windsor para asistir a un servicio religioso por el Día de la Commonwealth en la abadía de Westminster. El palacio de Kensington dijo que la princesa se dirigía a una cita privada.

c.2024 The New York Times Company

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