Pese a las dudas por su edad, Joe Biden ya empieza a probarse el traje de candidato para 2024

El presidente Joe Biden, al bajar del Air Force One en Delaware. (AP Photo/Patrick Semansky)
El presidente Joe Biden, al bajar del Air Force One en Delaware. (AP Photo/Patrick Semansky) - Créditos: @Patrick Semansky

WASHINGTON.- Joe Biden tiene una respuesta preparada cuando le preguntan acerca de las preocupaciones que genera su edad, y si aún está en condiciones de ejercer la presidencia de Estados Unidos: “Mírenme”, desafía. Esa fue lo que dijo en su última entrevista televisiva con la cadena ABC, en la cual reiteró –una vez más– que tiene intenciones de buscar la reelección el año próximo.

Unos días antes, su mujer, Jill Biden, había brindado la señal más contundente hasta el momento de que Biden piensa ir por un segundo mandato. Ocurrió en otra entrevista, durante una gira por África. “¿Cuántas veces tiene que decirlo para que lo crean?”, preguntó. “Él simplemente no ha terminado”, agregó. La respuesta de la primera dama –que después matizó un poco en otra entrevista– llevó a muchos a una frase que Biden repitió varias veces, y con énfasis, en su último discurso ante el Congreso: “Terminemos el trabajo”.

Joe Biden, al bajar del Air Force One en Delaware. (Mandel NGAN / AFP)
Joe Biden, al bajar del Air Force One en Delaware. (Mandel NGAN / AFP) - Créditos: @MANDEL NGAN

Ya pocos se preguntan si Biden competirá o no el año próximo. La incertidumbre que rodeaba a su futuro político a fines del año pasado ha comenzado a dar lugar a una –aparentemente– sólida determinación para ir en busca de la reelección, y de otros cuatro años en la Casa Blanca.

La primera dama de EEUU, Jill Biden, saliendo de la Casa Blanca (Archivo)
La primera dama de EEUU, Jill Biden, saliendo de la Casa Blanca (Archivo)

Su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso, y los últimos mensajes y movimientos que ha dado su anillo de mayor confianza, en particular su mujer, terminaron por acallar los murmullos sobre un eventual paso al costado de Biden que le permite tomar la posta a la próxima generación de figuras demócratas, sea quien fuere la persona elegida por el Partido Demócrata para pelear por la presidencia. Ahora, “Biden 2024″ parece ir de camino a la imprenta.

“Mi intención ha sido competir desde el principio”, dijo Biden en su entrevista con ABC. “Tengo otras cosas que terminar antes de meterme de lleno en una campaña”, remarcó.

A fines de 2022, Biden había dicho que tomaría una decisión sobre su futuro político en los primeros meses de este año. A principios de febrero, luego de su discurso ante el Congreso, dijo que todavía no estaba listo para tomar una decisión. Pero ahora el dilema parece zanjado, a pesar de los cuestionamientos por la avanzada edad de Biden, que lo acompañan desde su última campaña, y las inquietudes sobre su salud.

El resultado de una biopsia realizada en febrero fue noticia esta semana al confirmarse que una lesión cutánea era un carcinoma, y que todo el tejido canceroso había sido extirpado con éxito, según informó su médico en un comunicado.

El lanzamiento de una nueva campaña presidencial podría llegar tan pronto como el mes próximo, junto con la primavera boreal. A sus 80 años, Biden ya es el presidente más viejo en la historia de Estados Unidos. De conseguir su reelección, Biden dejaría la Casa Blanca con 86 años.

El presidente saliente de los Estados Unidos, Donald Trump, saluda mientras aborda el Marine One en la Casa Blanca en Washington, DC, el 20 de enero de 2021
Donald Trump buscará su regreso a la Casa Blanca - Créditos: @MANDEL NGAN

Su círculo de asesores más estrechos ha comenzado a rotar para oxigenar la administración de cara al final del mandato –que promete estar signado por las duras peleas con los republicanos– y el inicio de una nueva campaña. Ron Klain, su jefe de gabinete desde el inicio del mandato y uno de los principales arquitectos de su gobierno, le dejó el puesto a Jeff Zients. Y Kate Bedingfield, su directora de Comunicaciones, también dejó la Casa Blanca. Bedingfield acompañó a Biden desde su época como vicepresidente de Barack Obama.

Muro de contención

Con sus riesgos, la determinación de Biden de volver a competir por la Casa Blanca funciona como un faro ordenador del oficialismo, y le permite a los demócratas evitar el desgaste de las elecciones primarias y sacar una ventaja respecto de los republicanos al enfocarse de lleno en la elección general.

Con todo, las dudas sobre Biden no se han ido del todo, y quizá nunca lo hagan. Ante los desafíos que traerá la eventual nueva campaña, el equipo de Biden ha comenzado a reclutar figuras partidarias para formar una “junta asesora nacional” que salga a defender su gestión. Es, también, un eventual muro de contención a cualquier intento por desafiar a Biden en una interna. Otra candidatura de otra figura es, aún, un escenario plausible.

En la vereda de enfrente, el Partido Republicano se prepara para un áspera disputa. La interna ya cuenta con dos precandidatos: Donald Trump, lanzado en busca de la revancha de su derrota en 2020, y Nikki Haley, su exembajadora ante las Naciones Unidas. La lista de candidatos se ampliará. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aparece bien posicionado en los sondeos para competir con Trump por el liderazgo de la oposición.

La republicana Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora a la ONU, durante el lanzamiento de su campaña
La republicana Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora a la ONU, durante el lanzamiento de su campaña

La enorme abundancia de encuestas públicas en Estados Unidos auguran una pelea cerrada por la Casa Blanca, acorde con la profunda polarización que caracteriza al país. Biden ha logrado sostener el respaldo a su gestión en alrededor del 43%, a pesar del peor pico inflacionario de los últimos 40 años. Y la economía ha logrado navegar la amenaza de una recesión sin llegar a zozobrar.

Ni los escándalos que rodean a su hijo Hunter, o al mismo presidente, como el hallazgo de documentos clasificados en su casa de su paso por la vicepresidencia, parecen haber hecho mella en su determinación de intentar retener la Casa Blanca. Tampoco la falta de entusiasmo entre los propios demócratas por su reelección, algo que inquieta al partido. Apenas el 31% de los demócratas y los independientes que suelen votar a los demócratas quieren que Biden vuelva a competir, mientras que el 58% dijo que prefiere otra persona, según una encuesta del Washington Post y la cadena ABC de principios de febrero.

Otra encuesta, de CNN, arrojó la misma conclusión: el 59% de las personas que votarían por Biden prefieren otro candidato. Esa falta de entusiasmo es, ciertamente inusual, y puede llegar a complicar las posibilidades de Biden de seguir viviendo en la Avenida Pensilvania. Según el archivo de encuestas de CNN, la mayoría de los demócratas querían volver a nominar a Bill Clinton en 1996, y a Barack Obama en 2012, y la mayoría de los republicanos querían volver a nominar, también, a Trump en 2020. Nada de eso parece haber alterado, de momento, las intenciones de Biden.