Las buenas personas alcanzan la felicidad y comparten los mismos rasgos según la psicología
“Se considera que alguien es una buena persona por sus actos y por sus palabras”, afirma la ‘Enciclopedia Humanidades’. Para poder considerar a alguien de esa manera, debe cumplir con ciertas cualidades y capacidades, como:
Bondad: es la disposición de ayudar a quien lo necesite de una forma amable y generosa.
Empatía: es la capacidad de ponerse en el lugar y sentir del otro en situaciones tanto de felicidad como de tristeza.
Sinceridad: es la virtud de lograr actuar de acuerdo a lo que se siente y se piensa, sin necesidad de fingir ni disimular.
Humildad: se considera humilde a una persona que reconoce cuáles son sus virtudes o habilidades y no alardea de ellas, por el contrario también es consciente de sus defectos y actúa acorde a ellos de manera genuina.
Gratitud: es la capacidad de agradecer por cualquier acto recibido de otra persona, por más mínimo que sea. Incluso agradecer por la vida, la naturaleza y todos aquellos aspectos por los que sea capaz de demostrar ese agradecimiento.
Confianza: es la virtud de generar una sensación de seguridad en los demás.
Conciencia: es el conocimiento que se tiene de una responsabilidad y cómo se actúa frente a ella, para reconocer el impacto que tienen las decisiones que se toman en torno a las situaciones y personas que lo rodean.
Durante la historia han existido diferentes referentes de buenas personas, como Nelson Mandela, Luther King, Mahatma Gandhi, La Madre Teresa de Calcuta, conocidos por ser empáticos y ayudar a los otros.
Según la página de ‘Psicología Monzo’, “las ‘personas felices’ tienen formas de pensar y de actuar muy concretas. Sus actos, su actitud positiva respecto a los demás y a la vida en general, les ayuda a mantener un estado de felicidad más duradero”. Teniendo esto en cuenta, las características ya mencionadas son las que se evidencian en la actitud de alguien que vive con felicidad.
Para ser una persona feliz, existen algunos hábitos que puede incorporar a su vida y así sentirse como una buena persona.
Hábitos que tienen las personas felices
Aquellas personas que viven con una felicidad absoluta comparten algunos hábitos en su vida diaria, que no resultan complicados de incorporar a su día a día. “No se trata de cambiar de la noche a la mañana, pero sí de darnos cuenta de algunas cosas que, tal vez, no prestábamos atención hasta ahora”, explican en la página ‘Psicología y Mente’.
Se quieren a sí mismos: las personas felices se conocen a sí mismas y se quieren tal y como son. No les importa disfrutar de su propia compañía.
Se tratan con cariño: no son duras consigo mismas, porque saben que todo el mundo comete errores.
Quieren a otros: si muestra amor hacia los suyos, estos se lo devolverán.
Eligen los amigos con sabiduría: se rodean de gente positiva que comparte sus valores. Necesitan tener cerca a personas que les aporten cosas buenas, no momentos malos.
Son personas soñadoras: esto les motiva a seguir creciendo y peleando por conseguir esas metas.
Hacen lo que les gusta: las personas felices también realizan y practican las actividades que les gustan, lo que convierte su tiempo en algo por lo que merece la pena vivir.
Aceptan lo que no pueden cambiar: conocen y aceptan los límites. Esto significa que no se recrean en las cosas que no pueden cambiar.
Son agradecidos: son personas que tienen una gran habilidad a la hora de ver el lado bueno de las situaciones y no son duras consigo mismas por los fracasos.
No culpan a los demás por sus problemas: suelen analizar la situación de manera realista y asumen su parte de culpa cuando la tienen. Esto les ayuda a seguir mejorando como personas.
Perdonan: no se puede ser feliz siendo un rencoroso. Por otro lado, perdonarse a uno mismo también es necesario, porque todos podemos cometer errores en la vida.
Estas son algunas de las costumbres que han adquirido las buenas personas que son felices, según el psicólogo Juan Armando Corbin, para la página ya mencionada. “Si quieren ser felices, aprendan de ellas, aplíquenlas en sus vidas y pronto notarán que empezarán a ver la realidad de otro color”, afirma en el texto.