Pequeños carpinteros: chicos de Tigre construyen un bote para entender el principio de Arquímedes

Con la iniciativa, se busca que los chicos adquieran conocimientos de matemática y de trabajo en equipo
Con la iniciativa, se busca que los chicos adquieran conocimientos de matemática y de trabajo en equipo - Créditos: @Gentileza

Información, noticias, tecnología: durante muchos años la vida de Daniel Helft estuvo atravesada por ese combo, producto de su trabajo como periodista. Formó parte de la redacción de LA NACIÓN y fue director periodístico de Bloomberg y gerente de comunicaciones de Google y Facebook.

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En sus ratos libres huía del ajetreo de la ciudad para refugiarse en una geografía inmune al progreso, el Delta. Cautivado desde hace más de 25 años por el ritmo pausado del remo, comenzó a interesarse por la carpintería náutica, el viejo oficio de construir botes de madera.

Daniel Helft es periodista y fundó la ONG Bote al agua
Daniel Helft es periodista y fundó la ONG Bote al agua - Créditos: @Gentileza

Con 62 años, Daniel sigue disfrutando de sus salidas a remar por el arroyo Toro, pero decidió que quería pasar más tiempo con los pies en el barro del Delta y combinó su pasión por el remo con sus inquietudes sociales y su vocación de educador para fundar Bote al agua, una ONG con sede en un galpón de Tigre que se dedica a ofrecer aprendizajes basados en proyectos. El proyecto con el que aprenden es la construcción en madera de un bote de remo. Lo que para Daniel era un hobby, un escape de su rutina citadina, se convirtió en el centro de un programa social que ya lleva cuatro años. “El bote es la excusa”, señala Daniel.

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Experiencia educativa

La idea es que la construcción del bote es el elemento que guía toda la experiencia educativa de la ONG, pero no es su fin último. El bote es la puerta de acceso a las formas geométricas que lo atraviesan, las nociones de trigonometría necesarias para su construcción, el trabajo en equipo que supone el proyecto y la capacitación para utilizar herramientas manuales que resultan de todo el proceso. El concepto es del aprendizaje basado en un proyecto. “Cuando los chicos se sienten protagonistas del proyecto incorporan conocimientos más rápido”, dice Daniel. Para desarrollar su ONG, viajó a Estados Unidos y se capacitó con Joe Youcha, el director de Building to Teach, el proyecto en el que se inspira Bote al agua.

Además de una oportunidad de aprendizaje, el proyecto también rescata el oficio de carpintero náutico, que cada vez tiene menos profesionales
Además de una oportunidad de aprendizaje, el proyecto también rescata el oficio de carpintero náutico, que cada vez tiene menos profesionales - Créditos: @Gentileza

La ONG está dirigida a chicos de los barrios vulnerables de Tigre mayores de 12 años y en edad escolar. “Son chicos que están cerca del río, pero no suelen tener acceso”, explica Daniel. El proceso completo, desde el inicio a tener el bote listo y flotando en el río, lleva unas nueve clases de dos horas y se completa en alrededor de tres meses. Los grupos incluyen tandas de alrededor de 12 chicos.

Trabajan en un galpón cerca del canal San Fernando y siempre construyen el mismo modelo de bote: una embarcación lagunera, de fondo plano, con 3,85 metros de eslora (largo) y 1,15 de manga (ancho). Puede transportar cuatros chicos y tiene un par de remos. “Lo probamos en el río Luján, con las olas de las lanchas, y va bien. Sirve para ir de un muelle a otro”, explica Daniel.

Además de una oportunidad de aprendizaje, el proyecto también rescata el oficio de carpintero náutico, que cada vez tiene menos profesionales. Los clubes ribereños solían tener flotas de botes de madera y sus carpinteros para construirlos y mantenerlos, pero las embarcaciones tradicionales fueron reemplazadas por modelos construidos en plástico y se fue perdiendo el saber de cómo trabajar la madera.

Los chicos que pasan por Bote al agua salen con nociones básicas sobre cómo usar un serrucho, un cepillo carpintero, herramientas de medición y de terminación, formones, martillos, adhesivos, y destornilladores. También aprenden matemática, trabajo en equipo y el planeamiento y la ejecución de proyectos.

La primera tarea es construir una pequeña maqueta del bote a la que cargan con tornillos y monedas. El peso de la carga es mucho mayor al del pequeño bote. Sin embargo, flota. El experimento sirve para explicarle a los chicos el principio de Arquímedes.

En sus cuatro años de existencia, por Bote al agua pasaron más de 100 chicos que construyeron unos 20 botes. Muchos de ellos fueron vendidos o canjeados por donaciones. Además de los chicos de barrios humildes de Tigre, Bote al agua llamó la atención de las autoridades del Michael Ham, un colegio con sedes en Vicente López y Nordelta con el que se asociaron para llevar la experiencia a sus alumnos. “Cuando están construyendo el bote no hay grieta socioeconómica”, dice Daniel.