Pepx Romero pasa una hora lamiendo y besando piezas del Museo Nacional de Antropología
La polémica que generó el “performance” de Pepx Romero en el Museo Nacional de Antropología, en donde se grabó lamiendo y besando 30 piezas arqueológicas durante una hora el pasado 31 de marzo, ha generado una discusión sobre la seguridad del recinto y los tesoros históricos que ahí se resguardan.
A pesar de no haber solicitado permiso para hacer un registro audiovisual, a lo largo de una hora de recorrido y acompañado por tres personas más, tuvo contacto con 30 de las piezas en exhibición en cinco salas del museo como parte de un performance impulsado por el movimiento digital “Obras de arte comentadas” que tiene una cuenta en Instagram con el mismo nombre.
“El artista fue al Museo Nacional de Antropología en CDMX, besó y lamió algunas piezas de su colección. Por supuesto que esto coloca a las espectadoras en una posición incómoda, están presenciando un aparente daño (habrá que discutir qué tanto afecta la saliva a la piedra) a ‘nuestro patrimonio’. A diferencia de las subastas de Drouot de piezas prehispánicas que son realizadas casi sin la indignación generalizada de la audiencia”, dice una publicación que habló sobre el performance de Pepx Romero.
“La casa de subastas (Drout) en 2019 vendió 130 piezas de arte prehispánico, nadie pudo impedir que lo hicieran”, dice el vídeo de la publicación de Instagram en donde se ve parte del material grabado por Romero y sus acompañantes.
Diego Prieto Hernández, director del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), declaró que aunque legalmente no se cometió un delito, sí hubo una violación al protocolo de comportamiento dentro del museo, por lo que el área jurídica del INAH está buscando al artista para exhortarlo a que cubra los derechos por el uso de imagen o en su caso la retire de todas las vías de difusión.
Prieto defendió también la seguridad del recinto, subrayando que el sistema obedece a normas de máxima seguridad, y que fue fortalecido desde el incidente de 1985.
“Acercarse a una pieza a una distancia tan cercana no es correcto, pero en cualquier museo del mundo es posible. No pensamos que haya habido absolutamente ninguna falla en los sistemas. Tenemos sistemas que mundialmente obedecen a las normas máximas de seguridad. Podríamos pensar que tal vez sea el museo más seguro que existe en el país”, declaró.
Por su parte, Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología e Historia, declaró que actualmente en las salas del recinto se exponen cerca de 8,000 objetos, por lo que, dijo, “es muy difícil el cerco uno a uno”. Informó además que desde sus inicios, el Museo asumió el riesgo de mostrar muchas de sus piezas sin un vidrio protector lo que, si bien ha sido respetado por la mayoría de los visitantes, sí generó un deterioro paulatino por el contacto manual constante que los espectadores tienen con las piezas.
“Tan sólo en la sala mexica hay expuestos mil 500 objetos arqueológicos. Es muy difícil el cerco uno a uno, como se antojaría. Desde el área de monitoreo hay un par de personas que se turna para el monitoreo de las pantallas. Por cuestiones de seguridad nunca hemos dicho el número de cámaras que tenemos operando en el museo, pero puedo asegurar que son más de 250 de última generación”
Además, explicó que el museo es resguardado cada día por 65 elementos de seguridad que se reparten en todas las áreas.